02 Diciembre 2007 Seguir en 
LA GUERRA EN IRAK. “George Bush sólo ha conseguido enardecer las luchas religiosas”, sostiene Jorge Estrella.
Una voz suave atiende el teléfono. Detrás de ella, un marcado silencio enaltece sus palabras. “¿Aceptaría hacer un balance del año que está terminando?”, escucha Jorge Estrella. Y el doctor en Filosofía y escritor acepta. Desde la reserva de su “vida de solitario”, como él mismo definirá, el intelectual respondió estas preguntas:
- ¿Qué puede destacar de 2007?
- En el orden mundial seguimos siendo testigos de estos dos fenómenos: por un lado, el incremento de la población (nacen 300.000 personas cada día) y, por otro, la absurda pretensión de George Bush de combatir al terrorismo islámico con ejércitos regulares, con lo cual ha conseguido únicamente enardecer las luchas religiosas. Ambos asuntos enseñan el enorme rol de la mentira, el olvido y el absurdo en la historia humana. Otra cosa a destacar es que, entre los argentinos, la democracia es un sistema muy deficiente. Y aunque 2007 ha cumplido con normalidad varios recambios de autoridades, sigue sospechada de corrupta, ineficiente, populista e interesada en la acumulación de poder más que en el manejo racional de la cosa pública. Sin embargo, estos vicios despiertan adhesión: no hay novedad, basta mirar hacia atrás y se notará esa propensión a elegir lo peor cada vez que votamos. Por otro lado, el despegue económico de estos últimos años muestra otro rostro de nuestro país: su vitalidad, dinamismo y creatividad.
- ¿Qué expectativas tiene para el año 2008 en el ámbito de la filosofía?
- La filosofía es el ejercicio de una racionalidad, adiestrada en el análisis y la solución de problemas. Pero en Argentina y en el mundo se ha reinstalado como el ejercicio de la repetición de lo dicho por los clásicos del pensamiento. Al revés de las ciencias, que crecen planteando y resolviendo dificultades, los profesionales de la filosofía son maestros de la repetición de los viejos maestros ¿Qué hubiera ocurrido con la física y la biología, por ejemplo, si hubiesen limitado su tarea a contar sumisamente lo que dijeron Ptolomeo o Galeno? Sencillamente, estaríamos anclados en el pasado y ni remotamente contaríamos con la enormidad de conocimientos actuales.¿Eso puede cambiarse? Hace falta un giro espiritual que no hemos sabido dar. Y el apoltronamiento institucional de la filosofía en las universidades impide cuidadosamente que se haga.
- ¿Cuál será su contribución para que 2008 sea un mejor año?
- Mi vida es la de un solitario que ha elegido la soledad. Desde ella, ensayo mirar y hacer lo que cualquier escritor siente como su destino. Si cada uno hiciera bien sus tareas en sociedad, esta mejoraría. No puedo juzgar si hago bien o mal mi oficio de aprendiz de filósofo, por simple pudor. Sin embargo, tengo certeza de algo: el valor del ejemplo. Pienso que sólo movilizan hacia arriba el orden comunitario aquellos que son fieles a la dignidad de su oficio. He tratado en mi vida docente de mostrar con el ejemplo ese difícil ejercicio de pensar. Y sigo haciéndolo desde mis escritos. Ni de lejos puedo estar seguro de lograrlo, claro.
- ¿Qué puede destacar de 2007?
- En el orden mundial seguimos siendo testigos de estos dos fenómenos: por un lado, el incremento de la población (nacen 300.000 personas cada día) y, por otro, la absurda pretensión de George Bush de combatir al terrorismo islámico con ejércitos regulares, con lo cual ha conseguido únicamente enardecer las luchas religiosas. Ambos asuntos enseñan el enorme rol de la mentira, el olvido y el absurdo en la historia humana. Otra cosa a destacar es que, entre los argentinos, la democracia es un sistema muy deficiente. Y aunque 2007 ha cumplido con normalidad varios recambios de autoridades, sigue sospechada de corrupta, ineficiente, populista e interesada en la acumulación de poder más que en el manejo racional de la cosa pública. Sin embargo, estos vicios despiertan adhesión: no hay novedad, basta mirar hacia atrás y se notará esa propensión a elegir lo peor cada vez que votamos. Por otro lado, el despegue económico de estos últimos años muestra otro rostro de nuestro país: su vitalidad, dinamismo y creatividad.
- ¿Qué expectativas tiene para el año 2008 en el ámbito de la filosofía?
- La filosofía es el ejercicio de una racionalidad, adiestrada en el análisis y la solución de problemas. Pero en Argentina y en el mundo se ha reinstalado como el ejercicio de la repetición de lo dicho por los clásicos del pensamiento. Al revés de las ciencias, que crecen planteando y resolviendo dificultades, los profesionales de la filosofía son maestros de la repetición de los viejos maestros ¿Qué hubiera ocurrido con la física y la biología, por ejemplo, si hubiesen limitado su tarea a contar sumisamente lo que dijeron Ptolomeo o Galeno? Sencillamente, estaríamos anclados en el pasado y ni remotamente contaríamos con la enormidad de conocimientos actuales.¿Eso puede cambiarse? Hace falta un giro espiritual que no hemos sabido dar. Y el apoltronamiento institucional de la filosofía en las universidades impide cuidadosamente que se haga.
- ¿Cuál será su contribución para que 2008 sea un mejor año?
- Mi vida es la de un solitario que ha elegido la soledad. Desde ella, ensayo mirar y hacer lo que cualquier escritor siente como su destino. Si cada uno hiciera bien sus tareas en sociedad, esta mejoraría. No puedo juzgar si hago bien o mal mi oficio de aprendiz de filósofo, por simple pudor. Sin embargo, tengo certeza de algo: el valor del ejemplo. Pienso que sólo movilizan hacia arriba el orden comunitario aquellos que son fieles a la dignidad de su oficio. He tratado en mi vida docente de mostrar con el ejemplo ese difícil ejercicio de pensar. Y sigo haciéndolo desde mis escritos. Ni de lejos puedo estar seguro de lograrlo, claro.
Lo más popular
