Casas con efectos especiales

Manos a la obra
Hágalo usted mismo. Si bien el proyecto y la dirección de los trabajos de decoración conviene que estén en manos de un profesional, para abaratar costos el propio cliente puede encargarse -en caso de que sepa cómo hacerlo- de tareas accesorias como pintar las paredes y confeccionar cortinas o almohadones.

Pedir ayuda a las amigas. Si no sabe coser, seguramente hay amigas que están dispuestas a ayudar. Involucrar a amigos y familiares en la decoración de la casa no sólo es una forma de abaratar costos sino de convertir la decoración -con poco presupuesto- en un proyecto colectivo.

Renovar los muebles. No necesariamente hay que comprar muebles nuevos sino que se pueden retapizar -en el caso de los sofás- y también renovar mesas, sillas o alacenas -ya sean de madera o de metal-, quitando barnices o cambiando la pintura.

Elegir telas de colores vivos. Alfombras, almohadones y tapices alegran la decoración de una casa. No son elementos costosos y tienen la virtud de que pueden transformar el aspecto de un salón, una entrada o un dormitorio.

Buscar armonia. La calidad ambiental de un espacio, su armonía, influye en el estado de ánimo de la persona. Existen recursos sencillos que permiten volver más acogedor un ambiente.

La música no es un elemento decorativo pero forma parte del ambiente. Si es suave y reposada, ayuda a lograr una sensación de paz.

La iluminación, en lo posible, debe ser natural. Cuando resulte indispensable el uso de la luz artificial, conviene evitar los excesos, usando lámparas de bajo consumo distribuidas por sectores.

Los materiales naturales conectan con la vida y otorgan calidez. Plantas, piedras, agua, tierra, hojas, flores y frutas tienen que estar presentes en el ambiente.

El color también es vida. Si no está en las paredes, debe aparecer en las telas o en los objetos.