"Hoy está mirando el rostro de Dios"

"Hoy está mirando el rostro de Dios"

El capellán del Ejército dijo que Pinochet fue siempre un hombre de fe. Ivan Well, confesor del dictador, definió al ex general como un oficial que entregó toda su existencia para servir a la patria.

12 Diciembre 2006
SANTIAGO.- Augusto Pinochet seguirá amando a Chile “desde la eternidad, para protegerla contra la cultura de la muerte que combatió durante su gobierno”. Así se expresó el capellán del Ejército, Iván Wells, en medio del recogimiento y de las lágrimas de los asistentes, al iniciar una misa en la Escuela Militar, donde el ataúd del dictador dominaba la escena.
Luego, el capellán militar y confesor personal de Pinochet, expresó en la misa fúnebre: “estamos ciertos que hoy (el dictador chileno) está mirando el rostro de Dios para siempre”. Y agregó: “sí, tenemos duelo. Tenemos duelo en nuestro corazón, un duelo lejos del odio y del rencor, un duelo de amor”. Destacó que Pinochet fue siempre un hombre de fe, la que fue acrecentando a través de su vida, que amó siempre a Dios, a la Santísima Virgen, al Ejército, a la Patria y a su familia, y que entregó toda su vida a servir al país. Unos 400 asistentes, entre los que estaba toda la familia Pinochet, parientes, amigos, representantes de la derecha y adherentes rompieron en aplausos y en gritos de apoyo al militar en retiro, cuando terminó la ceremonia. En un oficio anterior, el arzobispo de Santiago, cardenal Francisco Errázuriz, rogó a Dios que perdone a Pinochet y que tome en cuenta lo bueno que hizo en la tierra.
Pinochet siempre tuvo más apoyo entre las mujeres que entre los hombres y la diferencia también se notó en el concurrido velatorio de sus restos. “Estamos muy apenadas por lo que está pasando. Estamos aquí porque somos agradecidas con un hombre que salvó a Chile de la desgracia comunista”, dijo Victoria Avendaño, una elegante mujer, mientras lloraba. (DPA-Reuter)