Leyenda de una deidad agrícola benigna

Según estudiosos, el mito de la Pachamama estuvo vinculado, en un principio, con el tiempo. Indígenas de Perú y de Bolivia realizaron también ayer varias ceremonias en su honor.

02 Agosto 2006
BUENOS AIRES.- Cuando llegaron los españoles a América, la Pachamama era una leyenda en el folclore incaico y ya se había difundido en la Argentina a través de Salta, Jujuy y Tucumán, integrantes del Collasuyo, una de las cuatro regiones en las que estaba dividido el imperio, al que se conocía en su lengua, el quechua, como Tahuantisuyo.
Precisamente, en los Valles Calchaquíes y en la Puna -donde el culto a la Madre Tierra encuentra todo su esplendor- hay sendas incaicas, empedradas y zigzagueantes, que son vestigios de la vasta red de caminos que comunicaba todo el imperio de los incas, una de las cuales -se dice- conduce a la morada de la Pachamama.

Simplificaciones
Aunque se la identifica con la Tierra, en rigor su nombre no remite a eso: “Pacha”, en kolla, significa tiempo.
Rigoberto Paredes, un estudioso de la tradición indígena, sostiene que el mito debió referirse primitivamente al tiempo, vinculado en alguna forma a la Tierra: el tiempo que cura los dolores, el tiempo que distribuye las estaciones.
Más tarde, las diversas lenguas indígenas que difundieron el culto, habrían simplificado la relación original y convertido a la Madre Tiempo en Madre Tierra.
Hoy, la Pachamama es la diosa femenina de la Tierra y la fertilidad; una deidad agrícola benigna, concebida como la madre que nutre, protege y sustenta. La tradición manda que el 1 de agosto hay que comenzar a “carar” (alimentar) y a agasajar a la Pachamama, porque, cuanto mejor se la sirva, mayor será la abundancia que deparará.
Para esto, cerca de cada casa se hace una “apacheta” (pozo cavado en la tierra o dentro de un montículo de piedras) donde se mete una olla de barro con comida; pan y dulces; espigas de choclo; botellas de aguardiente, vino y chicha, algunos cigarros y unas hojas de coca.
Más allá de la tradición andina, la ceremonia se convirtió en los últimos años en un eje de atracción turística dado que la fecha coincide con las vacaciones de invierno en varios distritos. (Télam)