"Los artesanos no talan árboles"

Un carpintero transforma nogal, pino o cedro en puertas y ventanas. Entre toda la producción, la más folclórica es la sillita "matera", de baja altura y con asiento de cuero trenzado.

A MANO. Santos González lija una silla de madera. LA GACETA / FRANCO VERA A MANO. Santos González lija una silla de madera. LA GACETA / FRANCO VERA
02 Agosto 2006
El oficio de carpintero, en su variante más artesanal, es el que cultiva Santos González (46). Heredó las destrezas de su padre, que en otros tiempos se las arreglaba para trabajar la madera en lo alto de los cerros, cuando la familia vivía en el paraje llamado El Garabatal. Este lugar está ubicado a dos horas a caballo desde Raco. "Vivir allá era muy complicado, por las dificultades para conseguir muchas cosas, en especial la mercadería para comer", contó González.

La silla matera

Con troncos de nogal, de pino o de cedro, fabrica puertas, ventanas y muchos objetos más. Entre toda la producción, la más folclórica es la sillita "matera", de baja altura y con asiento de cuero trenzado. Las vende a $ 40 o $ 50. A veces, los veraneantes también le encargan sillones y mesitas para living. El artesano explicó que en la zona hace falta un aserradero que facilite la provisión de material. "Acá, por estos lugares, ya queda poca madera, porque se ha sacado mucha con los desmontes", dijo. También se apresuró en aclarar que los artesanos no talan los árboles. "Nosotros usamos los que se caen solos, de viejos o por los vientos. Los buscamos en el cerro y los hacemos traer tirándolos con bueyes", afirmó el carpintero.