La “Piedra pintada” no es el único petroglifo ubicado en la zona de influencia de San Pedro de Colalao. Existen otras tres piedras más a las que se quiere sumar, en un interesante proyecto, a un circuito arqueológico. El proyecto, denominado Identidad, Arqueología y Turismo Sustentable (IATS), está elaborado por el Puedes, programa de la Secretaría de Extensión de la UNT, y ya cuenta con la financiación del Ministerio de Educación de la Nación.
Una de las responsables del proyecto, Magdalena Franco, comentó que se busca crear un área protegida y cercar los petroglifos. En primer lugar, el más conocido, la Piedra Pintada, se encuentra ubicado a 9 kilómetros al oeste de la villa de San Pedro, en el paraje llamado La Ovejería, sobre la margen derecha del río Tipas.
Es un bloque pétreo de aproximadamente 1,5 m de ancho por 4 m de largo y 1,60 m de altura. Tiene grabados con representaciones antropomorfas, zoomorfas y dibujos abstractos. Otra es la Piedra de Hualinchay, situada a 17 kilómetros al sur de San Pedro, por el camino que lleva hacia Hualinchay, y sobre la margen izquierda del río Tacanas. Otra está en Chulca, a 10 kilómetros al norte de la villa sampedrina. La última es la llamada Piedra con Espirales, que está a pocos metros de la piedra pintada, pero en la margen derecha del río Tacanas, por lo que hay que cruzarlo para llegar a ella.
Los petroglifos están siendo cuidadosamente analizados. Por un lado, se busca conocer su origen, ya que se supone que provienen de una cultura anterior a la incaica y que datan de un dos o tres siglos después de Cristo. Por otra parte, se quieren obtener fondos suficientes para detener el deterioro que están sufriendo y evitar que sigan sometidas a la erosión provocada por el viento y la lluvia. Magdalena Franco comentó que la Piedra de Hualinchay resulta muy llamativa, aunque aclaró que todavía no hay estudios contundentes. “En las observaciones preliminares vemos que en un sector de la superficie de la piedra se ven figuras que, comparadas con una foto satelital, muestran el mapa con la ubicación de todos los petroglifos. Es asombroso, pero todavía hay que profundizar los estudios”, indicó.
Guías estudiantiles
El proyecto comprende también la capacitación de los alumnos de la escuela 44 de San Pedro de Colalao, que realizan el Polimodal con orientación de guías turísticos.
“La intención es generar excursiones y que los chicos sean los que expliquen a los turistas o a los visitantes tucumanos el significado de estos joyas arqueológicas que tenemos aquí en San Pedro”, afirmó Franco.
El proyecto, que está en su fase preliminar, es mucho más ambicioso, ya que pretende unir los puntos arqueológicos centrales de las cumbres calchaquíes.
Por ejemplo, se aspira a relacionar el circuito de los petroglifos de San Pedro de Colalao y de Hualinchay con las Ruinas de Quilmes, y con el asentamiento de Cóndor Huasi, ubicado en El Pichao, a 8 kilómetros de Colalao del Valle, a través del futuro camino Hualinchay-Tolombón.