San Miguel de Tucumán entre las ciudades elegidas por el ránking de la UBA. FOTO ARCHIVO
En la segunda edición del Índice de Gestión Estratégica de Ciudades (IGEC) elaborado por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lidera con 3,65, seguida por Mendoza, con 3,34; Córdoba, 3,25; San Miguel de Tucumán, 3,17; Rosario, 3,16; San Juan y Santa Fe, ambas con 2,98; Salta, 2,85; Mar del Plata 2,74 y cierra Resistencia con 2,54.
Para la elaboración de este índice, el Centro de Ciudades Inteligentes, que depende de la mencionada Facultad, estudió durante 2025 el desarrollo estratégico de los 10 conglomerados urbanos más destacados del país. El índice, refleja en una escala del 0 al 5, el resultado de un análisis de 5 dimensiones: política e institucional, desarrollo económico, sociedad, medio ambiente y tecnología e infraestructura. Cada una de esas dimensiones se desagrega, a su vez, en 31 variables representativas de los principales focos prioritarios. Y a su vez, esas 31 se abren en un amplio abanico de 159 indicadores, cuyos datos permiten efectuar una estudio cuantitativo y cualitativo de cada uno de los centros urbanos analizados.
Cuáles son las mejores ciudades para vivir
De las 10 ciudades incluidas en este informe, ocho son capitales: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Miguel de Tucumán, Salta, San Juan y Resistencia, y solo dos no lo son, Rosario y Mar del Plata.
En términos generales, dice el diagnóstico elaborado por la UBA, la valuación global de las 10 ciudades estudiadas tuvo un leve incremento de 0,06 puntos. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires sostiene la mayor valuación general y en cada una de las dimensiones de análisis que ya había obtenido en 2024. Las cifras globales de la capital del país muestran una situación estable, con valores similares a los alcanzados en la medición del año pasado. Mendoza, Córdoba y Rosario también sostienen sus valuaciones, expresando leves incrementos en los puntajes.
San Miguel de Tucumán entre las primeras ciudades
San Miguel de Tucumán destaca con un marcado crecimiento en sus niveles de desarrollo estratégico sustentado en un fuerte crecimiento en la dimensión político institucional. Apalancada en la aplicación y seguimiento de un Plan Estratégico y ordenamiento institucional, potenció las restantes dimensiones, fundamentalmente lo atinente a lo ambiental y al desarrollo tecnológico apuntado en la atención del vecino, puntualiza el reporte académico. También Salta mejoró su performance de manera importante, mientras que Mar del Plata y Resistencia impulsaron subas leves en su valuación. Por último, San Juan y Santa Fe emergen con leves disminuciones en sus valores, aunque las mismas no expresan niveles relevantes.
Omar Quiroga, responsable del Centro de Ciudades Inteligentes, explicó que “el objetivo de este trabajo es el de establecer, tanto cuantitativa como cualitativamente, un diagnóstico de cada una de las ciudades estudiadas, para entender sus fortalezas y debilidades de manera de obtener un diagnóstico que permita elaborar en un futuro, estrategias de políticas públicas innovadoras o repensar las que están en ejecución, para así facilitar el desarrollo armónico y sostenible”. “El objetivo sigue siendo el de desarrollar un indicador potente que permita establecer un punto de partida para medir la sostenibilidad urbana y afrontar agendas Smart Cities en los diez conglomerados urbanos analizados”, puntualizó Quiroga.
Es evidente que cada ciudad tiene su propio ADN. Esto se manifiesta en varios aspectos: cada ciudad tiene su propia evolución, sus progresos y retrocesos. Cada centro urbano tiene un origen único, tiene su ambiente, geografía, clima, historia, una construcción social determinada y una energía cultural propia. Esa es su propia identidad, el perfil que la representa. Las personas que viven en la misma ciudad comparten experiencias, impulsos, miradas, preocupaciones y emociones comunes que modelan sus mentalidades y comportamientos. Esto influye en cómo se vinculan entre ellas y cómo conforman una cultura ciudadana única, indica el informe al que accedió LA GACETA.
"Desarrollar una “ciudad inteligente” implica repensar el modelo de ciudad en sí mismo. Diseñar una agenda urbana en un entorno complejo, donde en un contexto de crisis climática y creciente desigualdad, necesitamos revisar cómo se trabaja sobre la movilidad, la construcción, la ocupación del suelo y la relación entre lo construido y la naturaleza. Una hoja de ruta que implica revisar las formas de gobernanza urbana", sugiere la UBA.










