La Nación
El mes de diciembre trae consigo, además del cierre de año, el inicio de una temporada muy especial: las fiestas. La Navidad, en particular, transforma los hogares y las calles, convirtiéndolos en escenarios de celebración. El pesebre se establece como uno de los símbolos más presentes y queridos de este período. Su sola vista evoca el espíritu navideño y la calidez familiar en esta época del año.
Más allá de su propósito decorativo, esta composición representa el nacimiento de Jesús e invita a la reflexión familiar, la tradición y la espiritualidad. Resulta fundamental explorar los orígenes del pesebre, identificar sus personajes principales y comprender el significado de cada elemento. Conocer la fecha adecuada para armarlo y desarmarlo también constituye una parte importante de esta tradición festiva.
Quiénes son los personajes del pesebre de Navidad
El pesebre se compone de diversas figuras que encarnan lecciones y valores fundamentales. Cada personaje cumple una función significativa en la escena y porta un mensaje particular:
Niño Jesús: Es la pieza central, símbolo de la luz y la redención que, según la fe cristiana, llega al mundo para renovar la esperanza.
Virgen María: Representa la fidelidad, la pureza y el amor maternal. Su imagen, junto al pesebre, evoca la devoción y entrega de una madre.
San José: Encarnación de la fortaleza y obediencia. Su figura transmite protección y responsabilidad familiar.
Reyes Magos (Gaspar, Melchor y Baltasar): Llegan desde Oriente guiados por la Estrella de Belén. Ellos representan la sabiduría, la diversidad de los pueblos y el reconocimiento de la divinidad de Jesús. Tradicionalmente, se colocan algo distanciados en la escena y se acercan al pesebre el 6 de enero, víspera de la Epifanía.
La Estrella de Belén: Simboliza la fe y la esperanza que ilumina el camino de los creyentes. Su presencia en el pesebre recuerda la guía de la luz divina.
Animales: La mula, el buey, gallinas, ovejas y cabras evocan la sencillez y humildad de la escena. Estos animales se incluyen tradicionalmente en la representación, pues el pesebre, originalmente, era el lugar donde los animales se alimentaban.
Pautas para armar el pesebre de navidad
El proceso de armado del pesebre respeta criterios que aseguran el sentido y la armonía de la tradición, a pesar de la creatividad familiar. Primero, el pesebre se ubica en un lugar visible y accesible del hogar, usualmente cerca del árbol, y se cuida que las figuras guarden proporciones adecuadas entre ellas. Para recrear el entorno de Belén, se utiliza pasto artificial, virutas o arena en el suelo. Además, la estructura del establo puede ser artesanal, siendo el techo a dos aguas una forma común que admite mucha creatividad.
Respecto a la distribución, el Niño Jesús ocupa la posición central, flanqueado por María y José. Los Reyes Magos se sitúan a cierta distancia, acercándose el 6 de enero, y los animales completan la escena en un segundo plano. En cuanto a la iluminación, se puede integrar con la del árbol, pero es clave destacar la Estrella de Belén con una luz simbólica. Por seguridad, se desaconseja por completo el uso de velas.








