Energizantes y vapeo superan al alcohol y al tabaco entre los adolescentes

La Séptima Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza Media reveló un cambio inesperado en los consumos juveniles. En Tucumán, siete de cada diez chicos toman bebidas energéticas, y un tercio usa cigarrillos electrónicos. Las edades de inicio bajaron a 13 años y crece la preocupación por el uso de apuestas online.

ENERGIZANTES. Las bebidas de este tipo parecen estar siendo consumidas, sin mezclarlas, durante el día. ENERGIZANTES. Las bebidas de este tipo parecen estar siendo consumidas, sin mezclarlas, durante el día.

Los ayuda a estar despiertos más tiempo. Para muchos, son imprescindibles en tiempos de exámenes. O para salir a divertirse y estar “bien para arriba”. También lo usan cuando van a practicar deportes o cualquier esfuerzo físico. Les produce adrenalina, motivación, intensidad.

El consumo de bebidas energizantes ha estado muy relacionado con la noche y el alcohol, pero esto parece estar cambiando: en la actualidad, muchos adolescentes también las consumen (sin mezclarlas) durante el día.

Ese dato fue la gran sorpresa en la Séptima Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza Media, que se hizo este año en todo el país, y de la cual Tucumán formó parte. A diferencia de otros años en los que el alcohol y el tabaco encabezaban las estadísticas de consumo entre los adolescentes, la realidad actual parece haber cambiado de manera contundente: las bebidas energizantes hoy se convirtieron en la sustancia de mayor uso entre los estudiantes secundarios.

Los resultados del estudio, a los que accedió LA GACETA, dibujan una radiografía inquietante del comportamiento adolescente: además de los energizantes, las otras sorpresas fueron el vapeo, que ya supera ampliamente al tabaco tradicional, y las apuestas online, que se consolidan como una práctica extendida en los varones desde los 13 años. A la vez, emerge un dato preocupante: casi uno de cada cuatro adolescentes no recurre a nadie cuando tiene un problema.

El relevamiento fue coordinado por la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (Sedronar). En Tucumán fue desarrollado por Secretario de Estado de Políticas Integrales Sobre Adicciones de Tucumán. Se hizo este año en 42 establecimientos tucumanos (públicos u privados) entre 5.100 alumnos secundarios (de 11 a 17 años).

Las cifras

Según la encuesta, así quedaron las prevalencias de consumo entre adolescentes tucumanos:

- Bebidas energéticas: 75%

- Alcohol: 72%

- Vapeadores: 35%

- Tabaco tradicional: 28%

- Marihuana: 17%

- Cocaína: 4%

- Paco: 1,5%

En una entrevista con LA GACETA, Lucas Haurigot Posse, secretario de Estado de Políticas Integrales sobre Adicciones de Tucumán, confirmó la magnitud del cambio: “aparece como número uno el consumo de bebidas energéticas; es algo que nos sorprendió.

VAPEO. Esta práctica ya supera ampliamente al uso de tabaco tradicional. VAPEO. Esta práctica ya supera ampliamente al uso de tabaco tradicional.

Los jóvenes las utilizan para estudiar, para entrenar, para mantenerse despiertos, o simplemente para “estar al palo”, como describen ellos mismos, según resaltó el funcionario. “La percepción de riesgo es muy baja: muchos la ubican al nivel de una gaseosa, sin advertir que un solo envase equivale, en términos de estimulación, a tomar varias tazas de café de golpe”, explicó.

Haurigot Posse advierte que en un organismo en desarrollo -especialmente entre los 12 y los 15 años, momentos de maduración del sistema nervioso central- esa sobreestimulación puede tener impacto futuro en áreas como el autocontrol o el manejo de impulsos.

Alcohol y marihuana

El alcohol, pese a caer al segundo lugar de las sustancias más consumidas, continúa siendo preocupante, más teniendo en cuenta la edad de inicio: 13 años, un año menos que en el estudio anterior, señaló el psicólogo.

La marihuana, que en ediciones anteriores ocupaba el segundo lugar, descendió al quinto puesto. Para Haurigot Posse, ese descenso muestra el impacto de las campañas preventivas implementadas en las escuelas.

Vapeo y desinformación

Que tres de cada 10 estudiantes use cigarrillos electrónicos es una muestra clara de la naturalización del vapeo y la falsa creencia de que “no hace nada”. “Es algo que también comprobamos en las anécdotas que los chicos y los propios padres relatan al equipo de Adicciones. Los chicos cargan los vapers como si fuera un celular, lo esconden, lo usan en las fiestas. Y muchos padres no saben ni cómo funciona”, explica el funcionario.

Aunque no es un producto legal, se vende como si lo fuera y circula sin controles en kioscos y redes sociales.

Apuestas

Otro hallazgo relevante es la extensión de las apuestas, tanto presenciales como online.

El 35% de los varones admitió haber apostado al menos una vez. El 17% de las mujeres también reconoció hacerlo.

El fenómeno está muy vinculado a las apuestas deportivas y a las plataformas digitales que hoy están a un clic de distancia.

Aunque el relevamiento no determina adicción, sí muestra una tendencia peligrosa: tres de cada diez chicos están en riesgo temprano de desarrollar conductas problemáticas.

Tucumán, a través del centro CREAS, fue pionera en implementar un espacio específico para abordar esta problemática.

Edad de inicio

“La adolescencia empieza antes, y las edades de inicio también”, señala Haurigot Posse, antes de dar detalles de las edades promedio en las primera experiencia: 13 años para el alcohol, los energizantes, el tabaco y los vapers. Para la marihuana, los 14 años. Y las apuestas, a los 13 y 14 años.

Haurigot Posse plantea que estos números se explican en parte porque la adolescencia se adelantó: “Antes se empezaba a los 14 o 15; hoy arranca a los 10. Y están expuestos muy temprano”.

La encuesta también revela brechas claras entre varones y mujeres: ellos consumen más energizantes y tabaco, mientras que ellas eligen más alcohol y más vapeadores.

La soledad preocupa

Uno de los aspectos más sensibles del estudio explora a quién recurren los adolescentes cuando tienen un problema. El resultado muestra una desconexión profunda con el mundo adulto.

El 48% recurre a un amigo, el 18% a la madre, el 15% al padre, el 3% a un docente y el 22%, a nadie.

“Ese 22% nos mató”, admite Haurigot Posse. “Son chicos que cargan solos su angustia. Eso deriva en cuadros de depresión, ansiedad, ataques de pánico o ideación suicida”.

La debilidad del vínculo con los docentes se vuelve especialmente alarmante: apenas el 3% considera a un profesor como figura de apoyo.

Ante estos resultados, el funcionario destaca la importancia de fortalecer programas como el que vienen desarrollando bajo el nombre de “preventores escolares”, donde jóvenes del último año reciben herramientas de primeros auxilios psicológicos.

El objetivo es que puedan contener a un compañero, escucharlo, acompañarlo y derivarlo a un adulto cuando la situación lo amerite. La participación estudiantil, asegura, es excelente, y las producciones que surgen en los talleres muestran la necesidad de espacios de acompañamiento emocional. Tucumán apuesta a fortalecer la prevención desde la primera infancia, a intensificar las campañas sobre alcohol y energizantes, y a seguir ampliando la respuesta frente a las adicciones con y sin sustancia.

Primaria: el nuevo foco

El estudio identifica un “umbral sensible” entre los 13 y 16 años, pero advierte que la prevención debe empezar mucho antes. ¿Cuándo? En la primaria, con el manejo de impulsos, de la autoestima. regulación emocional, empatía y fortalecimiento del rol infantil

“Las adicciones ingresan por la vulnerabilidad emocional. No importa si sos de clase baja o de clase media; el quiebre interno es la puerta de entrada”, explica Haurigot Posse.

El funcionario contó que para atender la creciente problemática de adicciones, cuentan con una red de Centro de atención primaria en adicciones (CEPLAS): hay seis en capital y en 15 municipalidasdes.

En estos espacios notan una creciente demanda de los pacientes.

Los CEPLA tucumanos atienden cada vez más consultas, no solo por consumo de sustancias sino por salud mental en general.

Los riesgos: la opinión de un cardiólogo

La cafeína actúa como un fármaco estimulante: incrementa la actividad del corazón -aumentando la frecuencia cardíaca o generando taquicardia- y también puede provocar efectos neurológicos como el insomnio. Mientras una taza de café aporta unos 40 miligramos de esta sustancia, las bebidas energizantes pueden contener entre 80 y 100 miligramos.

Luis Aguinaga, cardiólogo especialista en arritmias (electrofisiología) y expresidente de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), explicó que, en determinadas circunstancias y en ciertos pacientes, se comprobó que estas bebidas, por la combinación y la concentración elevada de algunos de sus componentes, pueden favorecer la aparición de arritmias.

Energizantes y vapeo superan al alcohol y al tabaco entre los adolescentes

Además, remarcó que pueden producir diferentes alteraciones cardíacas. “Pueden elevar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y modificar períodos llamados vulnerables dentro del ciclo cardíaco. En personas con alguna afección previa, estos cambios pueden desencadenar arritmias y, aunque el riesgo de muerte súbita tras consumir una bebida energética es bajo, existen casos”, detalló.

El especialista advirtió que uno de los principales problemas es la falta de regulación sobre las cantidades de cada ingrediente. “Muchas energizantes contienen niveles muy altos de cafeína, lo que favorece las alteraciones del ritmo cardíaco en quienes ya tienen patología cardíaca”, señaló.

Aguinaga agregó que el creciente consumo de estas bebidas es motivo de inquietud para los profesionales. “Están presentes en gimnasios, en espacios deportivos y son muy utilizadas por estudiantes para mantenerse despiertos. No es raro ver arritmias asociadas a su consumo; aparecen tanto en consultorios como en guardias. La mayoría son arritmias o taquicardias simples, pero en pacientes con otros factores de riesgo, el cuadro puede volverse serio”, concluyó.

Comparaciones: más sustancias legales en el consumo de los jóvenes

A once años del último relevamiento nacional, el panorama de consumo de adolescentes escolarizados muestra cambios significativos:

- Las sustancias legales (energizantes, alcohol) son hoy las que más alarman.

- 72% de los adolescentes actuales consume alcohol, un 15% más que en el último relevamiento. En 2014, fue del 61%.

Energizantes y vapeo superan al alcohol y al tabaco entre los adolescentes

- El consumo de tabaco no aumentó. Pasó del 32% en 2014 al 28% este año. Aunque sí se puede inferir que más adolescentes fuman teniendo en cuenta que el 35% usan vapeadores.

- El uso de energizantes pasó del 47,8% en 2014 al 75% en 2025; es decir que se incrementó un 36%.

- Las edades de inicio en el consumo bajaron. Eran de casi 14 años en 2014 y ahora es a los 13 años.

- 17% de los  consumen marihuana. Hace 11 años

- La otra preocupación: las apuestas se instalan como un problema emergente. Antes ni siquiera aparecían en los relevamientos.

También llegan madres que no entienden por qué sus hijos pasan días aislados en sus habitaciones o presentan signos de ansiedad. “Muchas veces no hay consumo, pero hay sufrimiento”, remarcan desde el organismo.

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