Las reservas del Banco Central caen tras el pago al FMI y el swap con Estados Unidos

Un informe privado sostiene que esas operaciones, admitidas fuera del circuito oficial, encendieron nuevas alertas sobre la verdadera posición cambiaria de la entidad financiera.

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25 Noviembre 2025

La evolución reciente del balance del Banco Central de la República Argentina (BCRA) volvió a quedar en el centro del debate económico. Aunque desde el Gobierno mantienen una estricta reserva sobre la situación financiera, en los últimos días se conocieron, a través de fuentes externas, movimientos que presionan aún más las reservas internacionales y reavivan las dudas sobre la solidez del organismo que conduce Santiago Bausili.

Por un lado, se confirmó la activación del swap con Estados Unidos para que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, acceda a los dólares que había vendido antes de las elecciones. Por otro, el país afrontó el pago del último vencimiento previsto para 2025 con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas dos operaciones, admitidas fuera del circuito oficial, encendieron nuevas alertas sobre la verdadera posición cambiaria del BCRA.

Un informe de la consultora 1816, publicado por Infobae, aportó detalles del impacto que dejaron esas decisiones en las reservas internacionales netas. El análisis señala que, una vez descontados los pasivos del monto bruto informado por la autoridad monetaria, el panorama es más ajustado de lo que se admitía públicamente. “Como el BCRA pasó a tener un nuevo pasivo por U$S 2.500 millones y además crecieron los pases en moneda extranjera otros U$S 1.000 millones, las reservas netas caen un total de U$S 3.500 millones”, subrayó el trabajo.

Un balance que se inclina hacia terreno negativo

De acuerdo con los cálculos de la consultora, las tenencias netas del Banco Central se ubican prácticamente en cero y pasarían a terreno negativo si se incorporan como obligaciones en dólares los pagos de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal) con vencimiento a un año. “Siguiendo la metodología del EFF, calculamos que quedamos a alrededor de U$S 13.000 millones de la meta de diciembre 2025 del programa con el FMI”, añadieron los analistas.

El peso de los pasivos explica buena parte de la fragilidad del balance. Entre ellos aparecen los U$S 18.291 millones del swap con China, U$S 15.897 millones correspondientes a encajes bancarios en dólares, U$S 2.500 millones del acuerdo con Estados Unidos, U$S 3.295 millones del Repo SEDESA y otros repos con vencimiento anual, además de U$S 99 millones provenientes de préstamos de organismos internacionales.

En la última revisión del programa con el FMI, el organismo que lidera Kristalina Georgieva aceptó flexibilizar las metas de acumulación de Reservas. El ministro de Economía, Luis Caputo, se comprometió a cerrar el año con un piso de U$S -2.600 millones. Sin embargo, con la reciente asistencia financiera de Estados Unidos por medio del swap por U$S 20.000 millones, el funcionario aseguró que el escenario cambió. “Lejos de ser algo que nosotros subestimamos, para nosotros es una prioridad, pero hoy por hoy está separado lo que es acumulación de reservas de lo que es el pago de nuestras deudas (...). Hoy estamos en una situación que cambió, se abrieron varias avenidas desde lo financiero. No solo tenemos el swap chino y el apoyo de Estados Unidos, sino que ahora se han abierto otras alternativas que es la que escuchan, también estamos hablando con bancos”, afirmó durante la Conferencia Industrial de la UIA.

Caputo insistió en ese mismo foro en que hay una lectura equivocada de parte de algunos economistas sobre la dinámica cambiaria. Recordó que “este es el Gobierno que más reservas compró por lejos, más del doble que el que nos sigue. Hemos comprado U$S 29.000 millones de reservas. Se han comprado muchas reservas y se han retenido muchas menos porque hemos tenido que usar esas reservas para pagar deuda”, sostuvo.

La posición del titular del BCRA va en una línea similar. Bausili señaló la semana pasada que el objetivo del programa económico no puede centrarse exclusivamente en la acumulación de reservas, especialmente si esa estrategia compromete la estabilidad lograda en los últimos meses. Remarcó también que la meta final sigue siendo alcanzar la flotación del tipo de cambio y avanzar hacia una competencia de monedas. Aun así, reconoció que ese camino llevará tiempo y que, en una primera etapa, la incorporación de divisas no provendrá del superávit de la cuenta corriente. “Lo importante es no perder de vista los objetivos del programa de estabilización económica, el crecimiento económico sostenido y la reducción de la inflación. La acumulación de reservas será consecuencia del éxito del programa, no su motor”, sentenció.

El rol del Tesoro y el límite fiscal

Tras las elecciones de medio término, y con depósitos en pesos en el Banco Central, el Tesoro aprovechó para recomponer parte de sus tenencias en moneda extranjera. Según estimaciones de distintas consultoras, adquirió cerca de U$S 200 millones en ese período. En Analytica calcularon que, entre el 27 de octubre y el 14 de noviembre, la cifra llegó a U$S 201 millones. Desde Eco Go elevaron levemente esa estimación hasta los U$S 260 millones.

Sin embargo, esta estrategia enfrenta un condicionante inmediato: los vencimientos de deuda en el mercado local. La Secretaría de Finanzas deberá afrontar esta semana una licitación por $15 billones, con un nivel de depósitos en pesos que ronda los $4,4 billones, lo que reduce su margen de maniobra.

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