La habitación de una de las víctimas del triple crimen.
Con el corazón destrozado por el asesinato de su hija Morena, víctima del triple crimen de Florencio Varela, Sabrina Verdi rompió el silencio y abrió las puertas de su humilde hogar. En un recorrido cargado de dolor, la madre mostró la habitación donde dormía Morena, al buscar refutar las acusaciones que vinculan a su hija con el robo de 30 kilos de cocaína.
"Los invito a ver cómo vivíamos mi hija y yo. No somos personas que podríamos robar 30 kilos de cocaína, ni ella ni mi sobrina Brenda (del Castillo)", declaró Sabrina al inicio del móvil de Telenoche, visiblemente afectada.
La cámara recorrió la precaria vivienda, y mostró un sillón que servía de cama y paredes a medio construir. "Quise dejar entrar a los medios a mi intimidad para que no pluralicen, para que no digan que les robaron. Vivimos así, dormidos en un sillón con ladrillos", explicó Sabrina.
"La memoria de Morena"
En la habitación de la joven, el tiempo parecía haberse detenido. "Así lo dejó More y quiero guardar el olor de ella, sus perfumes y sus pañuelitos. Está su saliva. No lavé las sábanas", confesó Sabrina, dejando entrever la profundidad de su pérdida. "Esto es para que vean que así no vive una piba que supuestamente dicen que se robó 30 kilos", agregó.
Además de defender la memoria de Morena, Sabrina apuntó hacia Lara Gutiérrez, otra de las víctimas del crimen, al sugerir que la responsabilidad del supuesto robo recae sobre ella. "Quien robó se tiene que encargar la Justicia. Las autopsias hablan. Mi hija no tiene los dedos cortados, ni mi sobrina tampoco", afirmó.
La situación se torna aún más angustiante al conocer que Sabrina recibió amenazas tras la muerte de su hija. "Me dijeron que venían por mí, que si no paraba esto iban por Jana (su otra hija). Tengo bronca y odio. Me cuido porque tengo una nena de 16 años... Tengo miedo, pero me voy a defender y me van a tener que matar", detalló.
A pesar del dolor y el temor, Sabrina se aferra a la esperanza de encontrar la verdad. "Está todo confuso, pero ocupando a cada uno en su rol podemos tejer el caso. Ayer me senté en la pieza de mi hija y me puse a leer los chats. Sé en qué momento alguien le regaló algo, dónde pudieron ir, alguna fiesta, y sé que eso me va a dar la claridad para saber lo que pasó", afirmó.






