

El Ministerio de Salud Pública de Tucumán emitió un parte en el que busca concientizar sobre las causas, síntomas y tratamiento de los cálculos renales. Se trata de una formación en el interior de los riñones que, dependiendo de su tamaño, puede ocasionar síntomas que van desde la molestia hasta el desgarro. Pero muchas veces, pueden pasar desapercibidos.
“El síntoma principal es el dolor que se ocasiona cuando, en alguna parte del trayecto urinario, uno de estos cálculos impide el flujo normal de la orina. Esa obstrucción produce hacia arriba una dilatación por acumulación de orina -que el riñón sigue fabricándola y no se elimina como corresponde- la cual produce un dolor intenso, desgarrante, que es mal llamado cólico-renal”, explica Javier Semrik, médico del servicio de Urología del Hospital Centro de Salud.
La falta de ingesta de líquidos y algunos problemas metabólicos pueden favorecer a la formación de cálculos, así como el consumo de algunas bebidas como las gaseosas o jugos que tienen algunos conservantes: “Nuestra recomendación es siempre ingerir una muy buena cantidad de agua, que es mejor que cualquier jugo o gaseosa, lo cual ayuda a eliminar los sustratos que terminan aglutinándose y formando el cálculo”.
Cómo saber si tengo cálculos renales
Según la Mayo Clinic, en general, los cálculos renales no causan síntomas hasta que empiezan a moverse dentro del riñón o se desplaza hacia los uréteres, los conductos que conectan los riñones y la vejiga. Si un cálculo renal queda atravesado en los uréteres, puede bloquear la salida de la orina, producir inflamación del riñón y espasmos, lo que genera mucho dolor.
En este momento, los cálculos pueden causar síntomas como dolo punzante e intenso a los costados de la espalda baja, dolor que se propaga hacia la parte baja del estómago y la ingle, dolor que viene en oleadas con mayor o menor intensidad y sensación de dolor o ardor al orinar.
Prevención de cálculos renales
Hay algunos factores indispensables en la prevención de los cálculos renales. El primero de ellos es beber abundante líquido durante todo el día. El médico puede indicar que registres la cantidad de orina que eliminar en un día para saber si llegás a los dos litros, nivel que se considera saludable.
Otro factor de prevención es cambiar la alimentación por una que incluya menos alimentos ricos en oxalatos como la remolacha, las espinacas, las batatas, el té, el chocolate, productos con sésamo, pimienta negra o productos con soja. También se puede recomendar disminuir el consumo de sodio y proteínas animales que pueden reemplazarse por lácteos.
Existen sustancias que tienden a acumularse en los riñones como oxalato de calcio, fosfato de calcio o ácido úrico. Las restricciones en la dieta también puede indicar, no una disminución del consumo de alimentos ricos en calcio, pero sí de los suplementos de calcio.








