POR POCO. Una serie de malas decisiones de Alpine privaron a Franco Colapinto de sumar su primer punto de la temporada.
“Nos faltó hacer un mejor trabajo de equipo”. La frase que dijo Franco Colapinto al final de su participación en el Gran Premio de Países Bajos es un justo resumen de lo que acababa de vivir en la pista del circuito de Zandvoort.
Se habían abierto oportunidades en una competencia loca, y él quedó al borde de sumar su primer punto como integrante de Alpine. Fue su mejor resultado en lo que va del año, 11° a sólo 448/1000 de llegar a la zona de los pilotos que suman. Pero no nos podemos quedar sólo en el resultado final y, si se quiere, en la chance perdida. Porque aunque quedó una sensación de vaso medio vacío, o medio lleno, hay aspectos que muestran que tanto Franco en el aspecto personal, como sus mecánicos en la puesta a punto del coche, dieron un saltito para mejor.
Hay que decirlo: ¡qué carrera! De principio a final, los golpes de escena en Zandvoort fueron una constante, y con matices como la amenazante lluvia que nunca terminó de concretarse, o la múltiple entrada del auto de seguridad que abría un mundo de oportunidades para todos en eso de ganar posiciones.
En la previa, una situación particular: la reina Máxima en la zona de largada. Le preguntaron por Colapinto y por el crédito local, Max Verstappen y fue salomónica: “suerte a los dos”.
Ya en carrera, lo de Colapinto tuvo de todo: largada desde la posición 16, buen ritmo y trabajo en tándem con su compañero, el francés Pierre Gasly, varios sobrepasos, tres ingresos a los pits a cambiar neumáticos y la chance final que mantuvo en vilo a todos, cuando con neumáticos blandos frescos fue por el también galo Esteban Ocon (hizo una sola parada con su Haas) para intentar llegar a zona de puntos. En esa búsqueda, quedó flotando una certeza: con otra estrategia de equipo, a menos paradas y con una mejor gestión de los pilotos en la pista, el objetivo se hubiese logrado. Las palabras de Franco lo confirman: “Era bastante fácil hacerme sumar un punto por lo menos, y siento que estuvimos mal en no haberlo sumado, no había que esforzarse mucho”.
Hay algo más, un diálogo con el ingeniero de pista, Stuart Barlow, que resulta clave para entender que otra vez Alpine hizo de las suyas. Ocurrió cuando Gasly venía atrás de él. “Franco, nos gustaría intercambiar posiciones en la curva 1, por favor”, le dijeron. El bonaerense respondió: “Está a un segundo atrás, ¿qué querés decir? Un segundo. No creo que se vaya a acercar más”.
A la carrera, pues. Colapinto calzó neumáticos blandos en su Alpine e hizo una muy buena largada, superando al alemán Nico Hulkenberg (Sauber) y poniéndose a la cola del coche de Gasly, por lo que comenzaron a tirar juntos.
Cuando apareció un alerta por lluvia en la vuelta 6, fue cuando Franco superó a Gasly y pasó a estar ubicado 14°. Pero dos vueltas después llegó el pedido del equipo para intercambiar posiciones, lo que molestó al bonaerense.
A esa altura, las gotas de lluvia se veían dispersas pero amenazantes, por lo que todos los equipos estaban en vilo ante la necesidad de que haya que cambiar neumáticos para piso húmedo. Era evidente que los blandos estaban perdiendo algo de rendimiento y Colapinto era uno de los afectados.
En la vuelta 20 registró su primer ingreso a los pits para el cambio de gomas (puso duras). La parada fue normal y, al salir, se mantuvo delante de Hulkenberg, en el puesto 19.
Cuatro vueltas después, el británico Lewis Hamilton golpeó su Ferrari contra el muro, por lo que entró el auto de seguridad. Esto abrió una andanada de ingresos a los pits para cambiar compuestos. Cuando relanzaron la carrera, Franco pasó a ser 15°.
En ese tramo se vieron muchas maniobras agresivas; la estrechez del trazado alimentaba esa posibilidad. Pedazos de autos aparecieron por todos lados y el momento culminante fue cuando se ordenó un virtual safety car en la vuelta 32, por trozos de fibra de carbono en la pista. Las diferencias volvieron a reducirse, por lo que tiran juntos con Gasly, en un tren de cinco autos separados por décimas de segundo.
En el relanzamiento quedó 14°, aunque el coche parecía estar perdiendo rendimiento: no lograba avanzar y se acercaban los de atrás. Allá por el giro 43 se produjo un incidente entre el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) y el italiano Kimi Antonelli (Mercedes), por lo que volvió a ingresar el auto de seguridad. En esa instancia, Colapinto entró otra vez a los pits para cambiar neumáticos a medios, y esta vez la parada fue lenta. Con el relanzamiento de la competencia, que a esa altura era prácticamente una lotería por la cantidad de incidentes, todos los corredores quedaron de nuevo en un grupo muy compacto, muy cerca unos de otros. Pero habría algo más para este espectáculo…
Fue cuando se quedó el McLaren del británico Lando Norris, por fuga de aceite en su coche. Nuevo auto de seguridad a la pista y luego una chance abierta para que Verstappen, que estaba 2°, fuera por todo. Finalmente no lo logró, quedando la victoria en manos del australiano Oscar Piastri (McLaren), con Verstappen y el sorprendente francés Isack Hadjar (RB) 3°.
En ese tramo final fue que Colapinto volvió a parar, y con neumáticos blandos fue por un ataque feroz sobre quienes estaban adelante, incluyendo a Gasly. Pidió que Alpine diera una orden para dejarlo pasar y, a pesar de que tardó en llegar, finalmente el francés cedió la posición. El esfuerzo le alcanzó para ocupar el 11°.
En resumen, ganó cuatro puestos en la pista y avanzó otro por una penalización que le impusieron a Antonelli por el incidente con Leclerc. Con su posición final en Zandvoort superó el puesto 13º que ocupó en Mónaco y en Canadá.
Quedó así entre la satisfacción de la mejora de resultado y rendimiento, y la bronca por no haber conseguido algo más. Igual, sus palabras finales abren un horizonte cargado de expectativa ante lo por venir. “Me siento más consistente con el auto, un poco más cómodo”.
Ese próximo desafío llegará pronto: desde el viernes y hasta el domingo, el Gran Premio de Italia en Monza será una nueva oportunidad para su búsqueda. Por rendimiento, confianza y energía, está muy cerca. Pero tendría que contar con un mejor acompañamiento de su equipo, hasta aquí, su talón de Aquiles.










