Dólar.
Mientras que el mercado esperaba que el inicio de la Fase 3 involucrara mayor volatilidad del tipo de cambio, el dólar se movió casi exclusivamente en una sola dirección: hacia abajo. Desde el 11 de abril se verifica un desplome acumulado de 13% del “contado con liqui”, que aportó anabólicos a todos los instrumentos en moneda local. Hubo ganancias de hasta 24% en dólares, observa GMA Capital.
El gran fomento al “carry trade“ se dio con un objetivo: anclar las expectativas del tipo de cambio y lograr una baja en la inflación. La tarea parece marcharía sobre ruedas en el corto plazo, pero habría sido realizada a un costo alto: no haber acumulado reservas.
El Gobierno parecía haber convalidado a inicios de la Fase 3 una corrección acotada en el tipo de cambio. El trade off inicial era claro: una pausa en el ritmo de desinflación a cambio de una mejora en el equilibrio externo. Sin embargo, a menos de seis meses de las elecciones, cualquier aceleración de precios podría desdibujar la imagen del oficialismo. En este contexto, la agenda desinflacionaria volvió a ganar protagonismo. De hecho, el mercado espera el dato que este miércoles difundirá el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) sobre el comportamiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril. El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), elaborado por el Banco Central en base a proyecciones de consultoras y analistas, reflejó una variación del 3,2% para el mes pasado, con bajo impacto del esquema de flotación cambiaria entre bandas.
La gestión del presidente Javier Milei no sólo busca que la retracción se evidencie en los precios, sino también en el tipo de cambio con un dólar que se dirija hacia el piso de la banda. De allí el fomento al “carry trade”. La salida del cepo para no residentes y la vuelta de las retenciones en julio estimularía la venta de dólares, sumado a una tasa real positiva que garantizaría un gran rendimiento en moneda extranjera, indica el economista Nery Persichini.
Pero la medida más controversial, sin embargo, fue el anuncio de que el Central no compraría dólares hasta que el precio de la divisa no perforase los $ 1.000. Con el objetivo de acumulación de reservas que el FMI demanda, esta declaración reforzaba la idea de que el equipo económico veía un dólar en retirada. En los siguientes días posanuncios se observó una alineación de expectativas a la baja del tipo de cambio. Su precio no perforó los $ 1.200 y logró llegar a $ 1.070 a mitad de abril.
En cuanto al impacto sobre el IPC, el pass through (traspaso de la devaluación a inflación) habría sido acotado. GMA Capital estima en 20% en las últimas tres semanas. En tanto, los índices de alta frecuencia volvieron a mostrar variaciones semanales por debajo del 3%, logrando así un primer éxito en el objetivo de desinflar. El principal activo que muestra el Gobierno de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre es, precisamente, la desinflación como pilar del apoyo popular hacia la gestión de La Libertad Avanza.
Especulaciones
Sin embargo, la vuelta del tipo de cambio a $ 1.200 a principio de la semana pasada llevó al Gobierno a reforzar su apuesta. En este sentido, disipó los rumores de que el Tesoro podría acceder a los dólares en el Mercado Libre de Cambios para cumplir con la meta del FMI. En paralelo, en las mesas se especula que el BCRA habría intervenido de manera agresiva en el mercado de futuros (una práctica que no cuenta con el agrado de Washington), provocando una baja de casi $ 100 a lo largo de la curva. En una suerte de whatever it takes (lo que sea necesario), el Gobierno habría dejado en claro que su compromiso de que bajar la inflación es el principal objetivo, advierte GMA.
La contracara de desinflar es no acumular reservas. Pero el reloj corre: el BCRA debería sumar U$S 4.800 millones antes del 13 junio para cumplir con la meta acordada con el FMI. Algunas voces oficiales deslizaron la posibilidad de emitir deuda en pesos con suscripción en dólares, una operación que permitiría “comprar” divisas sin romper con la narrativa de no intervenir en el Mercado Libre de Cambios. El problema es que esa operación no es más que una compra/venta atada a un bono. No habría dólares vía cuenta corriente, algo clave para la sostenibilidad.
El margen de incumplir es muy arriesgado tanto política como financieramente. Obtener un waiver implicaría un golpe de confianza y pondría en duda los desembolsos restantes por U$S 7.000 millones, alerta GMA Capital.
Volatilidad: fluctuaciones hacia la baja
Si bien desde el cambio de régimen la cotización se mantiene fluctuando del centro hacia abajo de la banda, los números de las últimas jornadas son ilustrativos en torno a la volatilidad que viene registrando el tipo de cambio, indica Ecolatina. Puesto en perspectiva, el tipo de cambio presenta la mayor volatilidad de las experiencias recientes de flotación cambiaria. Con poco más de dos semanas desde el cambio de régimen, el tipo de cambio (excluyendo la primera jornada) promedia $ 1.152,22, con una destacable dispersión entre máximos ($ 1.203,83; +4,5%) y mínimos ($ 1.070,42; -7,1%).









