El mercado estima que el dólar seguirá en los $ 1.200 hasta julio

Entre los analistas y consultoras privadas hay consenso respecto de que la inflación de abril tendrá una variación promedio del 3,2%, lo que implica una merma de las expectativas durante el mes en el que se puso en marcha la flotación cambiaria entre bandas. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) estará así por debajo de la medición de marzo, que fue del 3,7%. Y, en consonancia con las expectativas del presidente Javier Milei, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), elaborado por el Banco Central, puntualiza que, “para los meses siguientes se esperan senderos descendentes de inflación mensual tanto para el IPC nivel general como para el componente núcleo”.

El diagnóstico difundido por la entidad monetaria nacional muestra, además, que las consultoras coinciden en que la cotización nominal del dólar estará por debajo de la banda superior de $ 1.400 por unidad durante todo este año. De hecho, puntualiza que este mes el valor de la divisa estadounidense se ubicará en torno de los $ 1.171 y que estará por debajo de los $ 1.200 hasta julio.

De hecho, el tipo de cambio minorista llegó a los $ 1.130 en el Banco Nación, mientras que el MEP retrocedió 2% a los $ 1.132. A su vez, el “blue”, también bajista, se posicionó como la cotización más cara, al venderse en torno a los $ 1.165.

El dólar oficial había retrocedido con fuerza, con una baja de 6%, la más fuerte para un solo día desde la salida del cepo el 14 de abril. Desde la apertura, la divisa se había mostrado más demandada, y llegó a tocar los $ 1.134 al mediodía, para luego volver a los $ 1.102.

Con este nuevo nivel para el tipo de cambio, crece la expectativa de que el dólar se acerque más rápido al piso de la banda, objetivo propuesto por el Gobierno para empezar a comprar divisas.

Si el objetivo es mover el dólar hacia la parte inferior de la banda cambiaria, la política deberá endurecerse, advierte Milagros Gismondi, economista de Cohen Aliados Financieros. Absorber más liquidez, convalidar tasas más altas y aceptar cierto costo en términos de actividad parecen condiciones necesarias en esa orientación. El nuevo Bopreal para empresas puede leerse también en ese sentido: una herramienta para sostener el sesgo contractivo, acota la analista. Además, habrá que seguir de cerca las licitaciones del Tesoro, que podría marcar el rumbo ofreciendo mayores tasas, logrando mejores niveles de rollover y, en consecuencia, evitando que la liquidez sobrante relaje demasiado las tasas bancarias. Por ahora, todo indica que la prioridad sigue siendo la baja de la inflación, un objetivo económico que, en un año electoral, es una meta principalmente política. Y si bien el tipo de cambio dejó de ser el ancla explícita -con un régimen que ahora “flota”-, la liquidez del mercado, y en consecuencia las tasas, seguirán operando como instrumentos para mantenerlo contenido.

Esta semana hubo una fuerte caída de los contratos de dólar futuro, que impactó en una baja del spot y los dólares financieros. En un contexto favorable para la deuda de emergentes, los soberanos en dólares tuvieron una buena performance, al igual que los Bopreal. Los instrumentos en pesos registraron ganancias tanto en dólares como en pesos, a excepción de los dollar linked, y el Merval tuvo una suba en dólares en el margen.

En el mercado de cambios, el BCRA culminó con un stock de reservas brutas por U$S 37.997 millones, una baja de casi U$S 1.000 millones en lo que va de mayo. En paralelo, la entidad monetaria cerró otra rueda sin intervención en el Mercado Libre de Cambios. Esa conducta fue reafirmada por el presidente Javier Milei que, desde que se estableció el esquema de flotación cambiaria, viene diciendo que el Central comprará dólares cuando su cotización roce la banda inferior, es decir, $ 1.000.

Tras aflojar el miércoles con fuerza, tanto en el contado como en los futuros, el dólar se presentó ayer más calmo ya próximo a los $ 1.100, mientras se siguen evaluando a diario las señales económicas, dado que ya se encontraría cerca del mínimo de la micro banda ($ 1.100/$ 1.200) dentro de la banda de flotación, indica el economista Gustavo Ber. Aún así, de continuar los positivos headlines (titulares) -con foco en las estrategias para impulsar una remonetización de la economía con dólares privados y las amigables lecturas de las consultoras en los datos de alta frecuencia de inflación- podría perforar ese piso más táctico de los operadores y acercarse incluso a la banda inferior de los $ 1.000, remarca el analista.

Dado que el principal activo de apoyo popular del Gobierno sigue siendo la desaceleración de la inflación, parecería que las autoridades continúan priorizando la desinflación por sobre la acumulación de reservas. En el corto plazo, el tipo de cambio puede mantenerse estable o incluso bajar producto de la estacionalidad del agro (cosecha gruesa) junto con el incentivo de la eliminación de la baja transitoria de las retenciones (desde julio) dotaría de mayor oferta al mercado, había señalado un informe elaborado por la consultora Ecolatina..

La amnistía

Mientras el Gobierno espera que los agroexportadores sigan liquidando divisas, avanza en la operatoria de blanqueo para el uso doméstico de dólares. El programa de amnistía cambiaria, con el que los ahorristas podrían operar hasta U$S 100.000 en operaciones de consumo, turismo, inmobiliaria o compra de automóviles, entre otras transacciones, está en análisis a partir de la idea de que, aquellos que lo hagan, no serían penalizados por el fisco.

Tanto en la Casa Rosada como en el Palacio de Hacienda analizaban esa especie de “blanqueo” que no requiere luz verde del Congreso. Se trata de lo que los tributaristas llaman “presentación espontánea”. Así, los dólares podrían utilizarse para una operación puntual como podría ser una compra de algún bien durable, vehículo o inmueble, sostienen en el Gobierno, indica el sitio iProfesional.com.