
El concepto de “movilidad urbana” se instaló socialmente en las últimas décadas para abordar problemáticas de planificación territorial, transporte público y privado y eficiencia en los traslados, ya sea en tiempos, costos, contaminación de todo tipo o sostenibilidad, entre otros factores. Sin embargo, es una materia que vienen estudiando los urbanistas desde principios del Siglo XX, cuando a partir de la primera Revolución Industrial, surgida en Inglaterra entre 1760 y 1840, y luego extendida al resto del mundo, sobre todo con la segunda Revolución Industrial (1870-1914), las fisonomías de las metrópolis comenzaron a cambiar drásticamente.
Las principales características fueron la masiva migración del hombre del campo a las ciudades y la instalación de industrias en zonas urbanas, lo que incrementó rápidamente la demanda de servicios básicos, entre ellos de transporte, viviendas, redes de agua y energía, coberturas educativas, sanitarias, etc.
En paralelo, el crecimiento poblacional experimentó una explosión demográfica y en espacios más reducidos.
La movilidad urbana es sólo un capítulo, cuya centralidad es indiscutible, pero dentro de un fenómeno mucho más amplio, complejo y antiguo: la movilidad humana.
Orígenes
Ya desde los neandertales el concepto de movilidad humana era crucial en su vida y su evolución. Esta subespecie humana extinta hace 40.000 años por razones aún desconocidas (existen varias teorías), luego de habitar el planeta más de 300.000 años, más del triple del tiempo que llevan en el planeta los humanos modernos (Homo sapiens), que surgieron hace entre 100.000 y 70.000 años en el norte de África, aunque se encontraron fósiles más antiguos.
Lo que se confirmó es que los neandertales y los sapiens convivieron durante algunos miles de años y por ello casi todos los humanos actuales poseen algún porcentaje de ADN neandertal. En los africanos es 0 o cercano al 0% y es mayor en europeos y asiáticos, donde la carga genética puede llegar a un 4%.
Había dos grandes grupos de neandertales: los nómadas que viajaban toda la vida y no se establecían en ninguna parte, y los que comenzaron a asentarse de forma definitiva, generalmente en cuevas, e iniciaban una existencia más sedentaria.
Nómada o sedentario el hombre es un ser vivo en constante movimiento. Moverse y trasladarse es una característica de todos los seres vivos y aunque no lo razonamos diariamente el ser humano es, básicamente, una especie en constante desplazamiento: nos movemos para ir de noche de la cama al baño, nos movemos al cocinar, al jugar, al amar, nos movemos cuando estamos ansiosos pero también cuando estamos reflexivos, nos movemos largas o cortas distancias, para trabajar, estudiar o simplemente para descubrir nuevos horizontes. Nos movemos por la tierra, pero también por el mar, por el aire y el espacio. El hombre no se queda quieto ni cuando duerme. Como también lo hace nuestro cuerpo internamente, con el corazón como estandarte, que si deja de moverse nos morimos, pero también se mueven los órganos, los líquidos, la piel y los millones de microorganismos que conviven en nuestro interior. Hasta los huesos, nuestra estructura más rígida, están en constante movimiento y mutación.
Datos inconexos
Antiguamente el hombre se trasladaba sólo caminando, más tarde comenzó a usar distintos animales para recorridos más extensos y finalmente máquinas: trenes, autos, camiones y colectivos, aviones, barcos, motos, bicicletas, monopatines, carros de tracción a sangre, caballos, camellos, cohetes espaciales, globos, parapentes, paracaídas, aladeltas, escaleras y cintas mecánicas y la lista podría seguir largo rato.
Ordenar todos estos medios de transporte supone un enorme desafío y cuando más grande es el aglomerado urbano más compleja es la situación. Millones de personas se movilizan a diario, en cortas, medias o largas distancias.
Tucumán no es la excepción y el nodo del conflicto se concentra principalmente en su Área Metropolitana, donde residen casi 1,4 millón de habitantes, el 70% de la provincia, en una superficie de 200 km², lo que arroja una densidad de 7.000 habitantes por km², después de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) la más concentrada del país.
Una de las grandes falencias del Gran Tucumán es la carencia de datos, información vital para tomar decisiones en materia de movilidad urbana y por eso muchos proyectos vienen fracasando, como el emblemático transporte público, que sólo cuenta con colectivos y taxis, y ahora las aplicaciones Uber y Didi), insuficiente, ineficiente, contaminante, costoso y muy lento.
La única opción es ir recopilando datos aislados que producen algunos organismos del Estado, provinciales y municipales, organizaciones civiles, universidades y empresas, información que en general está desconectada y solapada o superpuesta, lo que redunda en que hay demasiadas referencias erróneas.
Al cruzar algunas bases de datos disponibles, y otras no tanto, se descubre información hasta ahora inexistente, tarea que está llevando a cabo ahora LA GACETA y que se irá publicando semanalmente. Por ejemplo, que la superficie destinada intencionalmente o no para movilidad en el Gran Tucumán es mayor, más de un 50%, a las áreas que ocupan las viviendas o los espacios para “estar quietos”, excepto en lugares más densamente poblados como el microcentro o Barrio Norte. Esto surge de sumar los metros cuadrados de calles, avenidas, veredas, parques y plazas, espacios públicos, peatonales, etc, tarea que se ha simplificado bastante gracias a las imágenes satelitales. Y es mayor aún si se agregan los espacios privados destinados a movilidad, como jardines, piscinas, pasillos y zaguanes, calles internas, escaleras, ascensores, halls, espacios deportivos, tribunas, etc.
La conclusión de esta introducción o primera entrega de la serie “Cómo se mueven los tucumanos” es que a nuestra caótica movilidad urbana no le falta espacio para ser eficiente, sino que carece de datos articulados y políticas a largo plazo, y le sobra desorden, desconexión y planificación.
Fuentes
Las fuentes consultadas para la elaboración de este informe que se publicará en serie son GeoSPlan (Servicios Geográficos para la Gestión Pública y Planeamiento), que depende de la Secretaría de Estado de Gestión Pública y Planeamiento la Provincia.
El IDET (Infraestructura de Datos espaciales de Tucumán), que depende de la Secretaría de Producción, a través de la Red de Información para el Desarrollo Productivo (RIDES). La RIDES es la encargada de diseñar, programar, coordinar y brindar asistencia técnica para la captación, procesamiento, elaboración y difusión de información espacial productiva.
Otras fuentes, algunas de las cuales integran esta red y otras no so: Ministerio de Obras y Servicios Públicos; Dirección General de Catastro; Dirección de Estadística de la Provincia; Dirección Provincial del Agua; Dirección Provincial de Vialidad; Dirección Provincial de Defensa Civil; Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres; Secretaria de Estado de Fiscalización y Control de Gestión; Ministerio del Interior; además de los municipios de San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo, Yerba Buena, Banda del Río Salí, Alderetes, Monteros y Famaillá.
Otras fuentes consultadas fueron el Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales y el Centro de Estudios Territoriales y Hábitat Popular, ambos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT); el Instituto de Estudios Geográficos de la Facultad de Filosofía y Letras; la Fundación ProYungas; el Instituto Superior de Estudios Sociales (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -Conicet- UNT); Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat); Gasnor; Cooperativa Electrocoop (Monteros); Inmobiliaria Urban Group; INTA- Famaillá; Meta Tucumán; Meta Bici, Luchemos por la Vida; ocho hospitales provinciales, además de empresas concesionarias de autos y motos y registros automotores, entre otras bases de datos.
Informe: una producción seriada
LA GACETA lanza con esta primera entrega una publicación en serie titulada “Cómo se mueven los tucumanos”, cuyos capítulos estarán a disposición de los lectores todos los lunes. La idea es realizar un abordaje integral de la problemática de la movilidad urbana en la provincia y sobre todo en el caótico Gran Tucumán, y de allí ir avanzando hacia aspectos particulares: las motos, los vehículos particulares, el transporte público, los peatones, bicicletas y monopatines, medios alternativos más sostenibles y económicos, el tren urbano, los espacios públicos y privados, modelos que podrían imitarse, éxitos y fracasos, por qué caminamos, cuándo, cómo y a dónde, y así hasta llegar a recopilar, si se logra, la mayor base de datos sobre movilidad urbana de la provincia.