
Un nuevo aumento en el precio de la carne vacuna golpea el bolsillo de los tucumanos desde el jueves. Los incrementos que aplican algunas carnicerías rondan el 8% en medio de una fuerte caída en el consumo que ubicó al 2024 como uno de los períodos con índice más bajo de los últimos 19 años. Los comerciantes explican que la suba de precios se debe a la reducción de oferta de ganado, aunque se muestran optimistas para lo que resta del año.
En diálogo con LA GACETA, Hugo Benejam, presidente de la Cámara de Frigoríficos del Noroeste, comentó que confían en levantar los números de ventas a medida que avancen las políticas económicas del Gobierno nacional. “El consumo de carnes depende del aumento en el poder adquisitivo de la población que se supone se incrementará por la baja en la inflación. En cuanto al ganado, el panorama es complicado por la sequía en algunos lugares de la provincia, esto repercute en la falta de pasto y retrasa la salida de animales para faena. La baja de retenciones al maíz hizo subir el precio de este grano, que es fundamental en el engorde a corral; por esta razón se mantiene más tiempo la hacienda en el pasto”, señaló.
En otras ciudades del país, el aumento en los precios de la carne vacuna ronda el 10%. En Tucumán, los incrementos varían entre el 4% y el 8% según el propietario de cada carnicería que puede fijar los porcentajes en base a sus números de ventas y los cortes que ofrece. “Cada local es un mundo y se manejan de acuerdo a su particular economía y tipo de cliente. No es uniforme la política comercial”, resaltó.
Dudas en las carnicerías
En línea con lo mencionado por Benejam, algunas carnicerías del Gran San Miguel de Tucumán aplicaron los incrementos desde esta semana, mientras que otras aún deben definir los porcentajes de aumento y desde cuándo regirán. “Un kilo de carne, como ser de primo o costeleta, hoy cuesta $8.900; mientras que el blando está en $13.500. Estos precios son de hoy, habrá un aumento, pero no sabemos de cuánto”, comentó Guillermo, comerciante del Mercado Dorrego. Además, el hombre indicó que los fines de semana las ventas suelen ser más altas que los días hábiles: “La gente se da el gusto de comprar asado los domingos, en cambio, los días de semana bajan las compras, sobre todo de blando”. Consultado sobre la calidad de la carne, el vendedor aseguró que existen cortes baratos, pero no son del agrado de los clientes. “Yo trabajo con novillo. Si se puede poner algo más barato, pero la gente no lo podrá comer, no lo van a disfrutar y será una pérdida de plata para los clientes”, remarcó.
Karen García, encargada de una carnicería en Alderetes, comentó a LA GACETA que en su local ya se aplicaron los aumentos y estos varían según el tipo de corte. “Tuvimos que aumentar, pero solamente fueron $500 por corte. Si aumentábamos más, se iba a vender menos”, indicó. Por los incrementos, la mujer detalló cómo fueron los cambios en el consumo de carne vacuna que experimentaron sus clientes en los últimos meses: “Varios clientes elegían mucho la nalga, el jamón o el filete. Ahora estos cortes están más caros y lo reemplazan por los que no tenían mucha demanda como ser choquezuela y verija”.
La demanda de carne de cerdo también aumentó en los últimos meses, ya que sus cortes presentan una notoria diferencia de precio respecto a la carne vacuna. “Una pierna de cerdo, que se puede cocinar para muchas cosas, está a $6.500 el kilo cuando la de novillo está a $11.500 o más”, precisó. Por último, indicó que la achura es otro corte muy consultado, aunque muchas carnicerías no suelen venderla.
Al cierre de esta edición, LA GACETA consultó a otras carnicerías del microcentro y sus respuestas coincidieron: “Aún no tenemos definido el aumento, lo estamos analizando”. Los comerciantes confirmaron que las subas en los valores si se concretarán, pero aún deben definir el porcentaje para cada corte.