Y un día, Jaldo dejó en claro cuál es su límite

Y un día, Jaldo dejó en claro cuál es su límite

El gobernador se plantó frente a las presiones libertarias para profundizar la poda fiscal en las provincias. La necesidad de Milei de sumar votos en el Congreso puede darle otra oportunidad de negociación al tucumano.

Osvaldo Jaldo atraviesa el momento de mayor incomodidad en su relación con los libertarios. Ni siquiera el bombardeo peronista que padeció hace exactamente un año, cuando decidió sacar a tres diputados del bloque de Unión por la Patria, se asemeja al estado de inquietud de este verano. Lo de aquel enero fue algo a lo que el gobernador, curtido entre internas partidarias y elecciones generales, conocía y por lo tanto sabía cómo responder. Lo de este enero es diferente porque, por primera vez, se enfrenta a una realidad en la que lo único concreto es la incertidumbre.

Quizá por eso esta semana se encargó de mostrar, por primera vez desde que asumió Javier Milei, otra cara. El mandatario seguro y provocador de hace unos meses, sin pruritos y con voz firme de apoyo a las políticas del Presidente, dio paso a uno más dubitativo y defensivo. Abroquelado y plantado sobre lo que está dispuesto a cuidar. La mutación tiene una explicación y es hasta lógica. Desde finales del año pasado pero particularmente en estas primeras semanas de 2025, las señales que llegan desde la Casa Rosada no son alentadoras.

Embestida coordinada

En todas las entrevistas que dio, Milei insistió en que la responsabilidad de profundizar el ajuste en los gastos del Estado corre por cuenta de las provincias. “No tengo problemas en bajar más los impuestos, que me digan de dónde recortar”, lanzó. “Yo quiero que todos los argentinos se involucren con el equilibrio fiscal”, insistió.

Pero como se trata de un gritoneo aislado, sino de una embestida coordinada, el ministro de Economía, Luis Caputo, encabezó la avanzada contra los gobernadores e intendentes. Primero les envió una carta en reclamo por el incremento de la carga tributaria municipal y reclamó sanciones para las jurisdicciones que no cumplan. Después, desde Estados Unidos, directamente les pidió que bajen los impuestos en un mensaje por X, el canal favorito de los libertarios para sermonear. “A las provincias y municipios les digo que están cordialmente invitados a esta tarea (bajar impuestos). Todavía no hemos visto una provincia reducir Ingresos Brutos, sin lugar a dudas el peor impuesto que una economía puede tener”, sostuvo. “Al contrario, muchas lo han subido, y algunas a niveles aberrantes. Ni hablar de algunos municipios, que están directamente estafando a sus vecinos con tasas municipales que no tienen ninguna correlación con las prestaciones que brindan, es decir, contrariamente a lo que dice la ley”, agregó. Y cerró: “El país lo construimos entre todos, Nación, Provincias y Municipios. Ojalá seamos cada vez más los que entendamos que la forma más saludable para bajar impuestos es bajando el exorbitante nivel de gastos que aún hoy algunas provincias y municipios tienen”.

Estados Unidos de Argentina

En el Gobierno tucumano están convencidos de que no se trata de una bravuconeada más de LLA, sino que hay una intención desde el poder central que no se dice: llevar a las provincias, y particularmente a los jefes provinciales, a mendigar clemencia frente al puerto.

Algo de eso dijo Milei en su viaje para acompañar a Donald Trump en su asunción. Allí elogió el sistema tributario norteamericano. “La competencia fiscal constante entre los estados es la regla, como hoy ocurre con el éxodo de empresas que hay de California a Texas y Florida”, ejemplificó. “Hacia ahí es donde nosotros queremos ir: a un sistema de competencia fiscal entre nuestras provincias, para que cada una pueda decidir qué carga fiscal imponerle a los ciudadanos y que servicios ofrecer a cambio”, añadió.

En Estados Unidos hay impuestos nacionales, los menos, y locales que varían según la política de cada Estado. Tampoco hay una ley de coparticipación, como en Argentina, que tiene un sentido más equitativo o redistributivo y para compensar asimetrías. Lanzar a las provincias a una competencia fiscal, sin salvavidas, puede llevar a algunos distritos a un escenario dramático de complejidad económica y social.

En Tucumán, por ejemplo, la dependencia de las transferencias nacionales por impuestos es abrumadora: entre el 70% y el 75% de los ingresos tienen origen federal, y del porcentaje restante de la recaudación provincial, alrededor de un 80% corresponde a Ingresos Brutos; el tributo que, casualmente, Caputo insiste con eliminar o al menos reducir.

La otra cara de Jaldo

Con esos valores, se entiende el cambio de postura exhibido por Jaldo en estos últimos días. Por primera vez, “El Comisario” se plantó y hasta deslizó alguna crítica a la política nacional. En una conferencia de prensa, relató lo vivido desde la asunción de Milei en las jurisdicciones locales. “Las provincias dejaron percibir algunos recursos coparticipables, viéndose perjudicadas como, por ejemplo, con la baja de la compensación al transporte, la quita del incentivo docente y de la conectividad”, recordó.

Y aclaró que esos servicios no se resintieron porque la Provincia “se hizo cargo de esos recursos que dejó de mandar la Nación”. Y, como al pasar, devolvió gentilezas a la Rosada: “No se ha generado una reactivación abajo del consumo, por lo que se dejan de percibir impuestos que son coparticipables, como el IVA, entonces se paga menos IVA, que es una facultad del Gobierno Nacional, por lo tanto la provincia de Tucumán recibe menos por participación nacional”. Trascartón, dejó sembrada la duda. “Hasta qué punto pueden resignar recursos las provincias en general y Tucumán, en particular, sin que se nos resientan los servicios; esto es lo que estamos discutiendo con el Gobierno Nacional”, planteó. Y sostuvo: “Entre Nación y Provincia nos tenemos que poner de acuerdo, porque la salud, la educación y la seguridad en Tucumán no las paga ni las brinda el Gobierno de la Nación, las brinda el Gobierno de la Provincia”.

Ayer, para reforzar esa idea, dejó en claro su apoyo a la baja de las retenciones para el campo, pero pidió a la Nación que contemple la realidad del Norte y los mayores costos en flete para los productores.

Con esas palabras, Jaldo estableció su límite de apoyo a la gestión libertaria y teledirigió su mensaje. Y lo hizo en un momento oportuno porque el ala política de la Nación comenzó a llamar a los gobernadores aliados para pedirles su apoyo con este paquete de leyes enviados para que sean tratados en el período de sesiones extraordinarias. De hecho, es probable que el mandatario viaje a Buenos Aires en los próximos días para reunirse con el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos; y con el vicejefe, el tucumano Lisandro Catalán. La Libertad Avanza no tiene por ahora los votos para avanzar con la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) ni mucho menos para instalar Ficha Limpia.

En ambos casos, el acompañamiento de los dialoguistas será fundamental y allí es donde Jaldo corre con ventaja porque cuenta con los votos de Agustín Fernández, de Elia Fernández de Mansilla y de Gladys Medina. Además, en el jaldismo pretenden que el Gobierno libertario sea más expeditivo con los compromisos que asume. Por ejemplo, el comienzo de las obras habitacionales del Procrear II depende de que se terminen los trámites administrativos en oficinas nacionales para que se pueda concretar la transferencia. Y ese papelerío viene demorado desde mediados de diciembre. Esta podría ser una oportunidad de recordar a sus interlocutores que favor con favor se paga.

Deberes hechos

El tranqueño se empeñó a lo largo del año que pasó de destacar el ajuste concretado en las cuentas públicas provinciales fue del orden del 25% respecto del presupuesto que había enviado a la Legislatura Juan Manzur antes de dejar el cargo. También, que a pesar de esa “motosierra” pudo avanzar con obras públicas, sostener el transporte público y los principales servicios en salud, en seguridad y en educación. Incluso, según consultoras privadas la Provincia quedó cuarta entre las 24 jurisdicciones que finalizaron 2024 con superávit. En la Casa de Gobierno afirman que hay fondos para pagar dos planillas salariales. Por eso, el gobernador repite que él ya hizo los deberes y que la Nación debería aflojar con la presión a las provincias. Mientras aumenta la preocupación por la caída de la coparticipación, también aflige el impacto que tendrá en unas 60.000 familias la quita de subsidios a la energía por parte de la Casa Rosada, medida que se sentirá con severidad en las próximas boletas.

Por supuesto, el tiempo dirá cuánto de sobreactuación y cuánto de real tiene el reclamo nacional contra los gobernadores. Hay quienes interpretan que se trata de una verborragia diseñada para distraer la atención de la administración central, urgida por dólares y por sostener el relato en un año electoral. El ejemplo fue la decisión de bajar las retenciones a los principales productos agroindustriales y de eliminar los derechos de exportación a las economías regionales, como el azúcar, que en rigor no tienen incidencia en la recaudación nacional. Para sostener el dólar planchado y llegar a los comicios del segundo semestre con sensación de calma, la gestión libertaria necesita que ingresen más billetes verdes al Banco Central y, para eso, el atajo más común es que el campo liquide divisas cuanto antes. Nada que el kirchnerismo y el macrismo no hayan intentado antes.

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