Homenaje a Tito Quiroga: la cocina del artista

Homenaje a Tito Quiroga: la cocina del artista

Una amplia exposición con pinturas, dibujos, fotografías y grabados del creador tucumano se inaugurará esta noche a las 20 en el Centro Rougés. Una poética de raigambre latinoamericana, que incluye un exvoto llamado “Niña”, de 2003.

Homenaje a Tito Quiroga: la cocina del artista

No hay un solo Víctor Tito Quiroga, el emblemático artista tucumano que llevó a la pintura mitos y leyendas de la provincia y de la región. Esta noche a las 20 se inaugurará la muestra “Homenaje a Víctor Quiroga” en el Centro Cultural Rougés (Laprida 31), con 38 obras propiedad de su familia, que pertenecen al período de este milenio. Está ausente, hay que decirlo, todo lo que hizo en los 80 y 90 que no fue poco; en París, y en su regreso cuando su estilo viró a un neoexpresionismo.

En “No me le afloje la cola a la vaca” (su última exposición retrospectiva con más de 40 obras que tuvo lugar en el Museo Timoteo Navarro, en 2019), planteó imágenes insólitas como una vaca con un muchacho o una jovencita flotando en un cielo azul con nubes amenazantes, muy lejanos a los retratos de zafreros y las ferias de campesinos con los que marcó toda una época. A puro óleo. Cuando conversamos sobre esa exposición, Quiroga expresó: “sigo siendo yo en mi pintura”. Y reivindicó su coherencia, al decir: “no necesito cambios, ni variar mi estilo”.

UN RECORRIDO ESPECIAL. La muestra en homenaje a Víctor Quiroga aborda su obra de este siglo. UN RECORRIDO ESPECIAL. La muestra en homenaje a Víctor Quiroga aborda su obra de este siglo. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO Y DE JORGE FIGUEROA

“Quiroga construyó su poética siendo fiel a un contenido de fuerte raigambre latinoamericana, pero anclado en el Tucumán de sus ancestros”, escribe en el catálogo Gloria Zjawin de Gentilini, lo que puede advertirse en “Dionisio, el parador de algún mañana” (2009); “Zambita del perro verde” (2020); o “El narrador de mitos”, con una elogiada escena que recrea una casa con el fogón, la comida, los niños, un retrato costumbrista y el familiar, sobre todo.

La exposición que se inaugura esta noche y que ocupa casi toda la casona frente a la plaza Independencia, interesa porque se pueden observar un ex voto como “Niña” (de 2003), y un espacio con trabajos inconclusos, work in progress y el proceso de elaboración de una obra.

Homenaje a Tito Quiroga: la cocina del artista

Así, pinturas, grabados, dibujos, fotografías y una sala en el primer piso que es, tal vez, lo más valioso a la hora de apreciar cómo componía el artista: allí se encuentra parte de su taller, sus bocetos y lo que se conoce comúnmente como “la cocina del pintor”. Incluso lo que podría ser su última pintura, que exhibió a sus alumnos de un taller virtual, pocos días antes de su sorpresiva muerte (en junio de 2021). “¿Vecina?”, “¿La chica de la naranja?”... no tiene nombre y se hallaba en plena elaboración.

En otro exhibidor puede observarse el boceto con la paleta y sus colores señalados a la par, y luego su resultado en una pintura. Además, antiguas invitaciones en las que presenta una exposición y hasta del mismo Grupo Norte que integró en los 80.

Homenaje a Tito Quiroga: la cocina del artista

El Quiroga que se exhibe es el de este milenio, el que defendía -a veces con gran enfado- el oficio y criticaba al arte contemporáneo en general y al arte conceptual en particular. “Dentro de ese grupo que hace una idea, pareciera que todo gira en ver cuál es más ingenioso. Poné un clavito y te llevás un Premio. O disponés de un grupo de tierra prensada, le adjuntás un plano de cómo rehacerla una vez destruida en el desmontaje de la muestra y ¡listo para otro premio!”, criticaba con énfasis refiriéndose (obviamente) a los premios de un Salón de Tucumán.

“Safreros”

En la planta baja del Rougés, dos vitrinas dan cuenta de su período como asesor de la institución (entre 1999 y 2012) y de sus distintas muestras en ese inmueble de Laprida 31. Cuando se ingresa al espacio cultural, las potentes imágenes del artista comienzan a contar su relato, que no es otro que el de esta provincia.

Se han utilizado mucho las palabras “mitos” y “leyendas” para denominarlo. Allí podemos ver “Familia de safreros” (sí, con ‘s’ está escrito el título), “La cortada de ladrillos”, “La de velorios” o “La Social”. La composición de “El gritón” contiende dos recuadros internos, fragmentos que se integran al relato. “Zambita del perro verde” es una fiesta y en “El narrador de mitos”, el familiar amenaza. Son búsquedas, como afirmó el mismo Tito, que luego viraron a lo místico y de ahí a lo surreal, que es lo que más podría asociarse a “No me le afloje la cola a la vaca”, con dos óleos que se pueden contemplar en la sala; “Prudencia y la vaca” es uno de ellos.

Estilo y región

Víctor identificó un estilo con la región, o al menos intentó hacerlo, convencido de aquella frase de que había que pintar la aldea. No quería mirar a Nueva York y estaba seguro de que interesaba a los europeos con sus imágenes. Con este planteo compartía mucho con la generación de los paisajistas tucumanos de los años 50, que se rehusaban a mirar a otros centros artísticos, pero terminó ganando becas que lo fortalecieron, a Italia y dos veces a París.

Homenaje a Tito Quiroga: la cocina del artista

Nacido entre baldíos de Villa Alem, internacionalizó su estilo expresionista en los 80, con decididas composiciones que acentuaban lo geométrico y los fuertes colores (el neoexpresionismo), entre zafreros y campesinos y paisajes de la zafra. “Mi pintura refleja Tucumán, sobre todo la esencia del pueblo, la gente”, decía. Los zafreros y las familias del campo fueron primero, y luego trabajó con los mitos, con los que se reencuentra con la tradición, con las leyendas, con la mulánima o el perro familiar. Y finalmente llega la etapa de una realidad insólita muy cercana al realismo mágico, donde las vacas vuelan.

“Mi identidad es lo que pinto. En ese camino siempre tengo vertientes en las que busco cuando mi obra necesita aire nuevo. Primero avancé en el dibujo, luego en la composición; más tarde en el color. En la luz. En las series, la de ‘Safra’, la de ‘Mitos y leyendas’, la de ‘La Cortada de ladrillos’; ‘La de velorios’ o “La Social”, todas estas series son ‘búsquedas’. Y también en lo místico. Con el tiempo ese lado místico se hizo surreal”, describió el artista en una entrevista realizada en 2015.

En la presentación institucional se indica que la idea de la exposición es mostrar a Quiroga desde sus diferentes facetas: el trabajador de las artes con su proceso creativo y su forma de encarar la obra, el gestor cultural, el maestro, el asesor, el artista consagrado y las diferentes disciplinas dentro de su obra: dibujo, grabado, escultura, fotografía y pintura.

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