La clase media argentina, cada vez más empobrecida

La clase media argentina, cada vez más empobrecida

La actualización de los precios golpeó al típico sector social. Para sostenerse se necesita inflación anual de un dígito, señalan los expertos.

LOS AUMENTOS DE CADA DÍA. Los consumidores tratan de ganarle a la inflación. LOS AUMENTOS DE CADA DÍA. Los consumidores tratan de ganarle a la inflación.
21 Enero 2024

Gustavo hace cuentas. No llega a cobrar los $ 422.333 de ingresos que una familia tipo requiere para no ser considerada pobre. Su salario se devaluó mucho antes del recambio de gobierno. La inflación carcomió su salario y debe salir a buscar otro empleo para costear los gastos de su hogar. Con algunas ventas de productos, Victoria, su esposa, contribuye a la economía hogareña, con la venta callejera de productos. Ambos se perciben de clase media tradicional y argentina, pero sus ingresos no le permiten subir en el escalón socioeconómico. En la Argentina se necesita medio millón de pesos para mirar por encima del umbral de la pobreza. Como referencia, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA, una familia tipo necesitó en diciembre $ 745.270,73 para ser considerada parte del estrato medio. Para cualquier asalariado tucumano, esa suma es una fortuna, por las características económicas y productivas del distrito. En la escala de ingresos totales familiares, en el Gran Tucumán-Tafí Viejo, los últimos tres deciles están en condiciones de decir que son de clase media y alta. El fenómeno del “trabajador empobrecido” también se observa en la jurisdicción.

“Si uno lo analiza a través de los ingresos, puede llegar a la conclusión de que la clase media argentina se está diluyendo, porque tanta inflación, que devino en devaluación, ha golpeado con fuerza la capacidad de compra de su ingreso”, indica a LA GACETA Eduardo Donza, sociólogo e investigador del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Este fenómeno de empobrecimiento paulatino se observa en las estadísticas oficiales. Por ejemplo, en el principal aglomerado urbano de la provincia alrededor de 112.000 ocupados buscan otro empleo para mejorar sus ingresos familiares. No es un dato menor si se tiene en cuenta que esa cifra es equivalente a la dotación total de empleados públicos o al número de asalariados sin descuentos jubilatorios, más conocidos como trabajadores informales, los más vulnerables cuando se producen saltos inflacionarios o devaluaciones bruscas del tipo de cambio oficial.

Según Donza, ni los profesionales escapan al empobrecimiento. Sin embargo, aclara que son los que tienen más posibilidades de resurgir cuando las condiciones económicas evidencian cierta mejora. “Las crisis pueden alterar las pautas de consumo, pero en la Argentina quedan las pautas de vida, de producción social y cultural que históricamente han fortalecido a una franja social de clase media”, indica.

De todas maneras, el sociólogo deja en claro que la actualización de los precios y de las tarifas golpean a ese sector de la sociedad, ya que no hay resortes de protección generales (más que el fondo de desempleo para los formales) como los que se pueden aplicar en franjas más vulnerables a través de programas sociales.

A un dígito

Asumiendo que casi un 50% de la población es pobre, como lo calculó la UCA, al menos el 30% tiene posibilidades de modificar su ubicación en el estrato socioeconómico por efecto del ingreso que percibe, señala a LA GACETA el economista Jorge Colina.

Tomando como referencia la composición por deciles, el también presidente del Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (Idesa) apunta que la clase media baja podría ubicarse entre el decil 4 y el 7. “Son grupos que sufren más estos procesos inflacionarios, porque no eran pobres y ahora no llegan a fines de mes bajo ningún concepto”, acota.

Colina dice que eso se evidencia en los recortes que las familias ubicadas en esos estratos están obligadas a aplicar, como por ejemplo darse el lujo de comprar zapatillas periódicamente o salir un fin de semana a recrearse.

El titular de Idesa, sin embargo, cree que las plataformas digitales han contribuido para que la sociedad encuentre nichos de ingresos más rápidamente, ofreciendo sus servicios o sus productos a través de internet. “Pueden vender productos por Instagram o ofrecerse para coser ropa en Facebook. Todo suma”, agrega. Este tipo de situación, según el economista, lleva a que, por ejemplo, la tasa de pobreza en la Argentina pueda ser elevada, mientras que la de desempleo no sube al mismo ritmo y, generalmente, dentro de las estadísticas oficiales, logra sostenerse en los mismos valores trimestrales. “Hay una franja social que contesta que está trabajando o busca activamente un empleo, es decir, genera un ingreso mientras aguarda la posibilidad de insertarse, de manera formal, en el mercado laboral”, puntualiza.

¿Cuál es la clave para que la clase media recupere su status social o salir del empobrecimiento de la sociedad? Colina expresa, en ese sentido, que el camino pasa por alcanzar en la Argentina una inflación que sea de un dígito anual. “Si las medidas que se están impulsando llegan a aplicarse, ese escenario podríamos verlo dentro de tres o cuatro años, naturalmente haciendo las cosas bien”, afirma.

Colina argumenta que, cuando la inflación baja, la población se sentirá mejor. “En tiempos de estabilización económica, hay una suerte de percepción de bonanza que modifica las perspectivas generales y, en ese contexto, resurge la clase media argentina”, finaliza.

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