La política siempre puede meter la cola en el Poder Judicial

La política siempre puede meter la cola en el Poder Judicial

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¿Cuánto influye la política en el Poder Judicial? En una provincia en la que se eligió un nuevo gobernador que asumió hace menos de un mes muchos suponen que Osvaldo Jaldo intentará extender sus tentáculos hacia todos los ámbitos y borrar lo antes posible todo vestigio de manzurismo. Por eso, las elecciones en la Corte que se realizaron el martes eran miradas con muchísimo interés desde Casa de Gobierno. Jaldo estaba más que interesado en saber con quién iba a compartir gestión por al menos durante los próximos dos años, el plazo que dura el cargo del presidente de la Corte.

Desde hace 15 días, cuando se conoció el cronograma electoral en el máximo tribunal de la provincia comenzaron a surgir rumores. Lo primero que circuló por los pasillos, tanto en 25 de Mayo y San Martín como en el Palacio de Tribunales fue que Daniel Leiva, presidente de la Corte, se mudaría a la sede del Fuero Penal, en la avenida Sarmiento y Laprida. ¿Para qué? Para reemplazar al jefe de los fiscales, el titular del Ministerio Público Edmundo Jiménez lo cual, según esa versión, era un pedido del propio Jaldo que prefería tener alguien más cercano a él al frente de las investigaciones penales, sobre todo teniendo en cuenta la impronta propia que pretende darle el tranqueño a su gestión. Jaldo, obviamente, ya tiene control sobre el Ministerio de Seguridad y sobre la Policía. Incluso habría buena relación entre Eugenio Agüero Gamboa, ministro de Seguridad, y Leiva, lo cual podría haber sido visto como un dato más ante un posible arribo del presidente de la Corte al Ministerio Público Fiscal. Pero dentro mismo de la Corte se encargaron de tirar abajo la versión. “No hay la más mínima chance”, aseguraron. Por un lado porque Leiva lo que quería era retener la presidencia de la Corte, y por otro porque Jiménez no tenía planes de abandonar su cargo por lo que la única forma de removerlo sería con un juicio político, algo que se descartó rápidamente. Así Jiménez, al menos por ahora, seguirá siendo el jefe de los fiscales.

La otra versión indicaba que Antonio Estofán, el vocal decano, se acogería a la jubilación (tiene 73 años). Pero esto, también por ahora, fue descartado. ¿Por qué surgió este rumor? Porque Jaldo habría estado interesado en poder postular a alguien de su entorno íntimo, teniendo en cuenta que ninguno de los que actualmente integran el alto tribunal tienen relación política con él. Leiva y Rodríguez Campos llegaron de la mano de Juan Manzur, habiendo sido fiscales de Estado; Estofán, Posse y Sbdar llegaron a la Corte mediante la postulación de José Alperovich. Pero Sbdar es la única de los cinco que nunca ocupó cargos en el Ejecutivo. “Está perfecto”, dijeron en Tribunales sobre Estofán, tirando por el suelo las versiones sobre su jubilación.

Así se llegó a las elecciones del martes. El tercer rumor que se había instalado era que la elegida para presidir la Corte durante estos dos años sería Rodríguez Campos. En Casa de Gobierno valoraron muchísimo el trabajo que hizo Leiva al frente de la Junta Electoral Provincial, donde logró consensuar políticas de trabajo con dos hombres que tienen diferentes ideas: Jiménez y el titular del Ministerio Pupilar y de la Defensa, Washington Navarro Dávila. Afirman que logró pacificar un proceso que a pesar de tener más de 18.000 candidatos sólo tuvo un problema: la famosa banca 19 que se disputaron hasta el final el destituido juez Enrique Pedicone y el bancario Hugo Ledesma, quien finalmente se quedó con el puesto. Y que teniendo en cuenta que durante los dos años no habría elecciones de fondo sería el momento para que Rodríguez Campos condujera y Leiva podría volver en la elección de noviembre de 2025 para estar otra vez al frente de la JEP en la contienda por la gobernación. Pero al final esto tampoco sucedió. A las 10.12 los cinco vocales de la Corte ya estaban reunidos para tomar la decisión. Y en realidad demoraron más en confeccionar los respectivos decretos que en votar. Con diferentes puestos, se repitió exactamente el mismo proceso de hace dos años, cuando la presidenta era Sbdar. En ese momento ella votó por Posse para la presidencia. Luego Estofán votó por Leiva, Posse lo hizo por Sbdar, Leiva se votó a sí mismo. La que decidió en ese momento la titularidad de la Corte fue Rodríguez Campos con su voto, que respaldó a Leiva, convirtiéndolo en presidente del Tribunal Supremo. El lunes cambió el orden de los votos, pero el resultado fue igual. Leiva votó por él mismo y Estofán lo apoyó. Sbdar votó por Posse y Posse por Sbdar. Finalmente Rodríguez Campos terminó por inclinar la balanza y también apoyó a Leiva, quien así fue reelegido en el cargo.

Dentro de Tribunales ven a Leiva como un hombre que exige resultados, pero otorga las herramientas para llegar a ellos. Diariamente hace un seguimiento de las causas y se encarga personalmente de tomar las riendas en caso de que alguno de los fueros, o incluso de los juzgados, baje su rendimiento. Para eso además impulsó desde el primer momento la idea de certificar mediante normas ISO el trabajo interno para asegurar la respuesta a los ciudadanos. Por todo esto, por ahora, las relaciones entre el Ejecutivo y el Judicial están más que aceitadas. Jaldo dejó pasar sólo cuatro días desde que asumió para dar respuesta al principal problema que hoy tiene la Justicia: las vacantes. Envió 30 pliegos a la Legislatura, cuyos postulantes serán nombrados jueces en la sesión de hoy. Y ayer mandó tres más. Quedan 17 en su poder que, se cree, tendrán el visto bueno en los próximos días. Así se podrán cubrir la mitad de las vacantes que actualmente hay en Tribunales: en total son 100. La relación entre Jaldo y Leiva es excelente. Igualmente, en la elección del martes en la Corte también se aseguraron una fuerte presencia en el más político de los estamentos: el jury de enjuiciamiento. Rodríguez Campos y Leiva serán sus titulares y estarán al frente de procesos contra magistrados, en caso de que alguno sea llevado a juicio. El CAM, que eleva las ternas de postulantes, quedó otra vez en manos de Posse, quien lo hizo durante los últimos dos años, y la representación titular ante la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia quedó para Estofán.

El Poder Judicial debería ser el menos político de los poderes. De hecho es el único cuyo titular no es elegido por el voto popular. Pero, a pesar de esto, la política siempre puede encontrar un resquicio por donde meter la cola. No por nada se supo que quien ocupará el Ministerio de Justicia durante la gestión de Javier Milei, el abogado Mariano Cúneo Libarona, llega con una premisa: prohibir a los integrantes del poder judicial cualquier filiación o actuación política. Parece que pretenden educar con el ejemplo.

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