Octubre, el mes de las decisiones

Octubre, el mes de las decisiones

Jaldo debe definir su equipo de gobierno. Chahla también deberá delinear su gabinete de trabajo. Los ciudadanos tendrán que elegir presidente sin dejar de tener en cuenta que tal vez no alcance su voto. “Qué ves” en el debate.

Octubre, el mes de las decisiones

Anoche comenzó octubre. El mes que en el que políticamente hablando pasará de todo. El protagonista principal vas a ser vos. El 22 será el acontecimiento central cuando a los argentinos nos toque ejercer uno de los actos más trascendentales. Volveremos a elegir tal cual lo venimos haciendo hace 40 años ininterrumpidamente. Algo tan simple y lógico y que tanto costó.

Esta noche podremos presenciar el primer acto de esa gran obra cuando los candidatos a presidente pongan en marcha el primero de los dos debates oficiales. Los candidatos llegan a estas instancias preparados, entrenados y cuidando los mínimos detalles. Sin embargo, son estas pequeñas cosas las que terminan complicando a los postulantes. ¿Un debate es decisivo para que el elector defina su voto o cambie la decisión que hizo? Es muy difícil. Los que saben de estas cosas auguran que no. No obstante, es uno de los momentos más complejos para los candidatos porque no pueden controlar nada, ni sus gestos y el país los está mirando. Están cara a cara con sus rivales y sin red. Un gesto, una mirada, una duda puede desnudar una verdad escondida.

Las encuestas y los resultados de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) auguran que todas las miradas estarán puestas en Javier Milei, en Sergio Massa y en Patricia Bullrich. El postulante de la Libertad Avanza es quien llega más cómodo de los tres. No tiene sobre sus espaldas ninguna gestión que sirva de blanco para que lo ataquen. Estará además en una escena que a él le gusta. Disfruta del show. Seguramente, más de una vez recibirá algún mandoble por las incoherencias que dijo y que, al fin y al cabo, le sirvieron para promocionarse. Lo atacarán porque llega como el rival a vencer y seguramente sacará a relucir su agresivo estilo en el que ordena su discurso haciendo hablar al otro.

Patricia Bullrich no va a ser la más tranquila de esta noche. Al contrario, es tal vez quien más tiene cosas en juego. Está obligada a salir airosa del debate. Tiene que aprovechar las circunstancias para ganar votos, aunque digan que los debates no los aportan. Bullrich –según las encuestas- está fuera del balotaje por lo tanto debe remontar esa realidad. ¿A quién debería atacar? Es posible que elija de enemigo a Massa al fin y al cabo los separan sólo dos puntos. Pero si se olvida de Milei es como si abandonara a sus principales seguidores. La encrucijada de Bullrich es difícil. Para peor, los temas a discutir hoy son Economía y Educación. En el primero, Milei le saca demasiada ventaja a la candidata de Juntos por el Cambio. Y, en esta oportunidad, su exégeta principal (Carlos Melconian) no estará en el escenario.

Massa va a tener que poner cara de piedra. Lo que no le costará mucho. Seguramente insistirá con el discurso de mostrarse como una persona ajena al gobierno. Salvo en las medidas populares de los últimos días que durarán hasta fin de año; en el resto, trata de mostrarse prescindente. Massa intentará dejar muy en claro que Alberto no tiene nada que ver con él. Como si él no hubiera sido llamado por el mismísimo Presidente para sumarse cuando Cristina no lo podía ni ver. Todos los participantes del debate –en tanto- le apuntarán a la cabeza. Es el destino de los oficialistas.

Myriam Bregman, del frente de izquierda, y Juan Schiaretti, del peronismo disidente podrán disfrutar del debate. Sería raro que ellos sufran embates y agresiones. Por el contrario, se sentirán con libertad de señalar puntos débiles y de atacar al trío que tiene demasiadas cosas por perder en función de cómo llegaron a estas instancias.

En 1993 Divididos cautivó a los jóvenes escribiendo un tema musical que todos cantaban en aquella época: “Qué ves”. La letra desplegaba una crítica a la sociedad de ese momento. “falta envido y truco, chiste nacional”, decía para mostrar la falta de autenticidad y de cómo las humoradas toman preponderancia sobre cualquier discusión profunda. La frase “cuando la mentira es la verdad” se repite en varios momentos para describir el engaño y las apariencias con las que se expresaban en aquel momento. “¿Qué ves? ¿Qué ves cuando me ves? Aquel estribillo -como la letra de este tema- se actualizará en este debate donde las mentiras o los engaños no van a faltar.

El balotaje en la cabeza

Octubre traerá una enorme cantidad de encuestas. Lo curioso es que ya están anticipando el balotaje. La división en tres tercios que se ha instalado en la Argentina hace que nadie augure que el 22 del corriente tengamos decidido quién será el nuevo presidente de la Nación. Y, las charlas de ascensor han empezado a dejar el clima como tema central. “Y si llegan al balotaje Massa y Milei, ¿a quién vas a votar vos?” fue la pregunta que sorprendió en un edificio de sólo seis pisos. “Yo voy a votar para defender las instituciones”, fue la respuesta de una mujer que se bajó en el cuarto piso, pero que no dijo finalmente quién era ese candidato. Más allá de la anécdota, la sociedad ya empezó a analizar las diferentes variables que puede ofrecer el balotaje cuando todavía no eligió en las generales.

Demasiadas versiones

Octubre no sólo será el momento de decisión para los ciudadanos. En Tucumán, las autoridades futuras van a tener que definir quiénes serán los integrantes de los equipos que van a acompañar los primeros tramos de su gestión. El gabinete de Osvaldo Jaldo, el próximo gobernador, sigue siendo una incógnita. Todos los días aparece un nombre nuevo que no se confirma.

El vicegobernador se ha llamado a silencio al respecto. No suelta prenda. Trascienden conversaciones con diferentes actores, pero nadie está en condiciones de confirmar que tendrá un cargo determinado. Los más atrevidos aseguran que en los planes de Jaldo están la decisión de diferenciarse de Juan Manzur y que eso implicaría que las principales figuras del gobierno del actual gobernador no volverían a ocupar los despachos que tienen actualmente. En las mesas de café siempre queda el nombre de algún independiente y de algunos funcionarios de menos de 40 años.

Octubre preanuncia que podrían reaparecer las diferencias que alguna vez hicieron que Jaldo y Manzur anduvieran tirándose con los ofladores. Jaldo prueba y analiza las piezas que pondrá sobre el tablero y Manzur hace esfuerzos para retener los lugares que supo conseguir. Esta tensión apareció en la última sesión de la Legislatura cuando Gabriel Yedlin pidió que se aprobará el Sistema Provincial de Cuidado. La oposición y la prudencia de algunos oficialistas evitó que se diera curso a esta iniciativo que podría ser un reducto para “contener” “desocupados” manzuristas.

Este es el segundo intento. Días atrás se conocióeron las intenciones del presidente del Ente de Turismo Sebastián Giobellina de quedarse en la administración pública con un nombramiento que se iba a implementar a partir del 29 del corriente –también octubre- y que era pedido por la vicepresidenta del ente Elena Colombres Garmendia, que depende directamente de Giobellina. Sobre este tema las autoridades del ente nunca dieron explicaciones, tampoco se las pidió Manzur. Sólo hubo preocupación para saber quién había sido el responsable de contar ese chiste –sugeriría Divididos-. Como si eso fuera lo importante y no la falta ética de tamaña acción.

Cuando Manzur llegó a la vida pública tucumana se lo podía definir como un invento de José Alperovich (“el político que yo inventé”, parafraseando al bate tucumano Osvaldo Fasolo). Con el tiempo el titular del Poder Ejecutivo se fue diferenciando y tomando el vuelo de un “Canciller” que todo lo veía fuera de las fronteras. Pareciera que hoy vuelve a aquellas fuentes imaginando estructuras nuevas de gobierno para salvar el trabajo de su gente, tal cual lo hizo Alperovich antes de dejar la Casa de Gobierno.

Preguntas inesperadas

Un día antes de que Jaldo se haga cargo del gobierno de la provincia, Rossana Chahla estará tomando juramento a su equipo de gobierno. Ella también juega a las escondidas con los nombres. Sus preocupaciones son distintas a las del futuro jefe de gobierno. Llegó demasiado rápido a las marquesinas. Lo que a otros les llevó lustros de trabajo, a Chahla le bastaron un puñado de años. Más allá de los nombres, la ex ministra de Salud y actual diputada nacional necesita mostrar que ella no depende de nadie ni está atada a las decisiones del diputado bancario Carlos Cisneros ni del mismísimo Manzur. Adonde va, Chahla pregunta e indaga detalles del municipio. A Germán Alfaro le manda notas, pero a sus “compañeros” los interpela. En una reunión reciente en el Hipódromo lo miró a David Mizrahi y le consultó sobre los pormenores del polo gastronómico que habilitó la gestión alfarista. Ante algunas dudas repreguntó por qué había ido a soplar las velitas en el cumpleaños de Alfaro.

Cuando termine octubre se habrán tomado muchísimas decisiones. Decidir sin dudas es uno de los grandes actos de libertad, pero también implica asumir las consecuencias.

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