Cómo cambiar el mundo desde las empresas según tres que sí lo consiguieron

Cómo cambiar el mundo desde las empresas según tres que sí lo consiguieron

Magdalena Day, Martín Merlini y José Ramón dieron sus testimonios de transformación en el panel “Empresarios que impactan” del foro de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa. ¿Las claves? Conectar con la propia esencia, dar un sentido a las pérdidas y hacer con amor.

Cómo cambiar el mundo desde las empresas según tres que sí lo consiguieron FOTO LA GACETA/DIEGO ARÁOZ

Tres historias reales narradas en primera persona por sus protagonistas hicieron que quienes asistieron al 3° Encuentro de Empresarios del Norte de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) se marcharan de allí con ganas de cambiar el mundo. Fueron los casos de la desarrolladora inmobiliaria salteña, Magdalena Day, y de dos tucumanos: el entrenador de emprendedores Martín Merlini (Stannum) y el empresario José Ramón (Mipol). Con la moderación de Diego Aguilar (Fundación León), los panelistas del segmento “Empresarios que impactan” contaron sus experiencias de transformación. ¿Cómo lograrlo? Si Day recomendó “conectar con la propia esencia”, Merlini convocó a “dar sentido a las pérdidas”. Ramón por su parte aseguró que los cambios suceden si se hacen con amor.

“Dicen que a los siete años somos las personas más puras”, reflexionó la oradora salteña. Y contó cómo tuvo en un momento la oportunidad de hacer memoria, de volver a su infancia y de recuperar un recuerdo vinculado con su actividad empresarial. La fundadora del Grupo MDay relató: “mi familia tenía una finca en Campo Quijano y, para llegar hasta allí, pasábamos por los asentamientos de la zona. En uno de esos trayectos de golpe vi a un niño que se calentaba las manos en una ollita, bajo las chapas. Me largué a llorar de repente sin que mis padres entendieran por qué”. Day contó que a continuación vio a alguien que estaba construyendo y que esa imagen la movilizó muchísimo. “A los 21 años, cuando empecé a pensar en casarme, me vino a la cabeza la necesidad de tener un techo”, añadió. Ahí tomó nota de la dificultad existente para acceder a una vivienda y de alguna forma sus memorias cobraron otra dimensión. “No me quedé con el ‘no se puede’. Miro para atrás y creo que puse algo para resolver un problema. Por eso los invito a conectar con su ser y con su propósito porque así es cómo viene la fuerza”, instó este jueves ante el auditorio congregado en el hotel Hilton Garden Inn.

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Magdalena Day y Diego Aguilar. FOTO LA GACETA/DIEGO ARÁOZ

La burocracia excesiva, los egoísmos y la corrupción son los grandes obstáculos que identifica Day en su día a día como empresaria. En su turno, la panelista invitó a la audiencia a “pararse” ante una realidad muy contaminada e injusta: “miro a mis hijos y no quiero dejarles un país sin oportunidades. Yo trabajé desde muy chica: empecé desde cero. Mis padres ni siquiera me pagaron mis estudios. Un día volví a la facultad de la Universidad Católica Argentina (UCA) con el auto, la familia y la empresa que quería: era el lugar en el que alguna vez había sentido que no conseguiría realizarme. Es verdad que no me recibí, pero a mí no me digan que ‘no se puede’. Cuando una está convencida de que se puede, es imparable”.

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Feliz con dolor

A Merlini la vida le planteó el desafío de tener que volver a aprender a ser feliz tras la muerte de su hijo Lucas, a quien en 2017 le detectaron un tumor cerebral cuando tenía seis meses. “Con mi esposa, ‘la Dani’, empezamos a hablar sobre la necesidad de ser fieles a la historia de Lucas. No podíamos volver a la vida que llevábamos (antes de su fallecimiento). Si el amor que él nos daba, incluso durante su enfermedad, era lo más importante que nos había pasado, entonces debíamos seguir honrándolo. Fue así que decidimos ponernos al servicio de los demás”, explicó el arquitecto.

Dejar la profesión; desarrollar el método de entrenamiento de emprendedores Stannum; vincularse con la Fundación Padre Martín Martín Martín y concebir el Proyecto SOI (Servicio Oncológico Infantil del Hospital de Niños) resultaron para Merlini y su familia la fórmula para seguir adelante. Al principio, trataron de ofrecer ayudas concretas al SOI, pero después se dieron cuenta de que hacía falta algo más grande y de fondo. “Queremos llevar al SOI al nivel más alto posible. Tenemos como referencia el Hospital Italiano, pero incluso eso se puede superar. Queremos hacer realidad lo imposible”, afirmó Merlini. Y añadió que no se podía ser indiferente a lo que viven otros niños y padres en una situación tan extrema como una enfermedad oncológica: “en julio de este año nos dimos cuenta del impacto que tenía la causa, de la sensibilidad que generaba, y empezamos a organizarnos para cubrir la demanda del SOI hasta 2050. Les pedimos que ingresen a la página web (proyectosoi.org) y a nuestras redes sociales. Cada vez que ayudamos, nos sentimos más en paz. Si logramos dar un significado a la pérdida es posible ser felices en el dolor”.

Martín Merlini y José Ramón FOTO LA GACETA/DIEGO ARÁOZ

Ayudar como deber

Hoy Ramón es un “tiktoker” famoso por los videos que publica en sus redes sociales acerca de la vida cotidiana de sus trabajadores con diferentes discapacidades. Pero este 28 de septiembre de 2023 él se rió de esa faceta y comentó que todo había empezado hace 20 años en el barrio San Martín de Porres de San Miguel de Tucumán, cuando invitó a un conocido con síndrome de down a integrarse al equipo de Mipol. “Primero vino Benjamín; después, Dolores; después, Rodrigo… Y ahora tenemos 10. Un día escuché a un empleado decir ‘aquí nos hace falta gente y siguen incorporando tontos’. No le respondí nada y hoy esa persona es una de las que más colabora. Gracias a las millones de visualizaciones de los videos de TikTok recibimos preguntas de todos lados del país y del mundo de parte de gente que nos pregunta cómo se hace. Y yo les contesto que esto se consigue desde el amor”, apuntó el socio de Mipol.

La idea de Ramón y de su empresa es seguir sumando colaboradores con discapacidades (las dolencias abarcan desde síndrome de down hasta retrasos madurativos y daños neurológicos), y el panelista anunció en ACDE la próxima apertura del primer bar 100% inclusivo del país. “Hemos pasado por muchas experiencias: un día estaba llegando a la empresa, y veo a las ambulancias, a los bomberos y a la policía. ¿Qué había pasado? Uno de los chicos había tocado el botón antipánico. Otro día estaba en una reunión y observo que otro pasa desnudo. Me levanto, lo voy a ver y le pregunto qué ocurría, y él me responde: ‘es que tengo calor’. A veces me tocan la puerta y resulta que sólo vienen a darme un abrazo”, narró. Ramón garantizó que se lograban cosas maravillosas con la inclusión: “la pasamos bien y eso es importante. A los padres de estos chicos les pido que crean en ellos y los apoyen. Yo digo que todos somos discapacitados en algún punto. Las personas con discapacidad son absolutamente sinceras y eso algo que nos falta en la sociedad”. En el cierre de su exposición, el empresario recordó que veníamos al mundo a dar algo y precisó: “los que tenemos la suerte de estar parados en la vida en un buen lugar tenemos la obligación de hacer cosas por los demás”.

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