La industria tucumana surfea en un mar de crisis

La industria tucumana surfea en un mar de crisis

Pese a las dificultades cambiarias y de importación, referentes del sector privado dicen que están acostumbrados a trabajar bajo presión.

RECONVERSIÓN. La actividad azucarera abastece al mercado y elabora alcohol para mezclar con naftas. RECONVERSIÓN. La actividad azucarera abastece al mercado y elabora alcohol para mezclar con naftas. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

Más allá de las claras diferencias con el Gobierno, el mensaje del sector privado ha sido contundente: “no queremos parar la industria”. Lo dijo el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, durante el acto que se realizó en Paraná (Entre Ríos) con la presencia del ministro de Economía, Sergio Massa. En la oportunidad, el dirigente fustigó algunas políticas instrumentadas por la administración del presidente Alberto Fernández. “Es evidente que la situación es compleja y tenemos diferencias con el Gobierno (como el caso de la vigencia del cepo cambiario o del pago de una suma fija de $ 60.000). Se han tomado buenas medidas, pero tenemos angustias”, remarcó Funes de Rioja.

“La presión fiscal sobre el sector formal ubica a la Argentina primera en tres de los principales impuestos: Ganancias de sociedades, Débitos y créditos, y Patrimonios”, mencionó ante la atenta mirada de Massa. Más allá de las críticas, el ministro recogió el guante y anunció que desde ayer se liberaron todos los permisos de importación (SIRA) para PyME industriales, gracias a la acumulación de reservas que el Banco Central logró durante agosto.

“Con industria, hay trabajo. Sin industria, no hay nación”. Ese fue el eslogan que eligió la Unión Industrial de Tucumán (UIT) para conmemorar hoy la primera exportación de manufacturas, que paradójicamente eran productos industrializados en el Norte Argentino, desde el puerto de Buenos Aires, en 1587, con destino a Brasil. “Desde entonces y hasta nuestros días el fortalecimiento del sector con nuestras grandes, medianas y pequeñas empresas industriales aportamos significativamente al desarrollo tecnológico, la generación de valor y la creación de empleo”, indica la entidad que preside el sucroalcoholero Jorge Rocchia Ferro.

“En Tucumán somos más de 800 empresas industriales que generamos alimentos, productos, energías, especias, entre otras. Generamos más de 50.000 puestos de trabajo directos y cientos indirectos”, resaltó la UIT.

La conmemoración llega en un momento particular de la Argentina, en el que todavía se sienten los efectos de la devaluación del tipo de cambio oficial, las restricciones de las importaciones y un año electoral que causa incertidumbre en la economía, en particular, y en la sociedad, en general. “En la crisis es cuando uno más creativo debe ser y debe tratar de ver las oportunidades que surgen a partir de ellas, teniendo en cuenta todos los factores productivos y sociales que uno tiene en el medio. Hay que tratar de hacer como responsable que uno es de determinada cantidad de personas, que todos salgan lo menor herido posible o lo más beneficiado posible”, manifestó Catalina Rocchia Ferro, industrial sucroalcoholera. Afirmó que, en estos tiempos difíciles, es importante contener a la gente. Hacia adentro de las compañías, “un buen control de costos es fundamental, sobre todo cuando el panorama no es tan certero y cuando uno no tiene noción a ciencia cierta de los precios generales de las cosas. Pero entiendo que de las crisis vamos a salir fortalecidos todos y juntos”.

Luciana Zamora, industrial citrícola, sostuvo que de los malos momentos se sale a través de los recursos propios, tanto de capital como humanos. “Esto requiere trabajar con mayor productividad y mejores rendimientos para cumplir con los clientes y sobre todo con el sueldo de los trabajadores”, indicó. Señaló también que la actividad espera pasar esa meseta hasta tanto se acomoden los créditos y las tasas de los bancos. “Sabemos que esto no es fácil, ya que son factores externos a nuestra industria y no hay una visión clara a futuro de cómo proyectarnos”, advirtió.

La pregunta fue la misma para todos los actores de la industria: ¿cómo se sobrevive en una crisis? Facundo Rodríguez Prado, un industrial que fabrica jabones y afines, señaló que es necesario aplicar recetas innovadoras, reinventarse y ser flexibles. “Hay que buscar alternativas a todos los problemas que venimos teniendo. Hace varios años que venimos así, pero la industria es la que genera valor agregado. “A principios de año hemos tenido mucha dificultad con la importación de los insumos y buscamos alternativas de calidad en el mercado local. Allí se potencia la flexibilidad y la innovación para seguir satisfaciendo las necesidades del mercado”, expresó. Rodríguez Prado apuntó también cuáles son los problemas estructurales del país: leyes laborales obsoletas, leyes impositivas y carga impositiva excesiva, falta de estructura en el país (logística, rutas, trenes, entre otros). A eso se agregan los inconvenientes coyunturales que derivan en falta de insumos y de dólares y hasta devaluaciones.

En tanto, Esteban Aviles, referente de la Industria Procesadora del vidrio, dio que en medio de las crisis, la industria argentina ha aprendido a ser ágil y adaptarse. “La clave para sobrevivir ha sido diversificar nuestras operaciones y mercados, reducir costos operativos, buscar eficiencias, optimizar nuestra cadena de suministro, trabajar con las instituciones intermedias e interactuar entre lo público y lo privado”, enumeró. Además, la actividad no ha dejado de invertir en tecnología y capacitación para mejorar la productividad y la calidad de nuestros productos. “La colaboración con el gobierno y otros sectores de la sociedad también ha sido fundamental para encontrar soluciones a los desafíos económicos”, acotó.

“Más que sobrevivir la industria acompaña a los procesos de crisis”, indicó Florencia Andriani, referente del sector metalmecánico. “Nos adecuamos al contexto, sin dejar de perder de vista la fuente de trabajo. Y aunque, preferiría escenarios más estables y predecibles los industriales estamos acostumbrados a trabajar bajo presión. Sin dudas apostar al crecimiento de nuestras industrias sería una buena manera de sobrevivir a las crisis”, finalizó.

Una radiografía

Las 800 industrias radicadas en la provincia emplean a 50.610 personas.

El personal trabaja en microindustrias (3% del total), pequeñas (8%), medianas (13%) y grandes industrias (76%).

Según los datos oficiales, la participación del sector en el PBG provincial llega al 13,5% del total.

¿Cómo se distribuye el empleo en el sector? Un 21% de la dotación en Capital; le siguen Cruz Alta (21%), Tafí Viejo (13%), Monteros (11%), Lules (8%), Famaillá (8%), Río Chico (5%), Chicligasta (5%) y Leales (2%).

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