Juegan más seguros gracias a canilleras fabricadas con tapitas de botella

Juegan más seguros gracias a canilleras fabricadas con tapitas de botella

Equipos infantiles tucumanos acceden a elementos de protección de material reciclado.

PROTEGIDOS. Los jugadores de Mágicos, uno de los equipos tucumanos que se sumó a la iniciativa de Fenikks, emprendimiento rosarino de reciclado de residuos. PROTEGIDOS. Los jugadores de Mágicos, uno de los equipos tucumanos que se sumó a la iniciativa de Fenikks, emprendimiento rosarino de reciclado de residuos.

La prueba está superada según los jugadores. Ellos sienten que sus tibias están igual de protegidas con las canilleras recicladas que con las convencionales, esas que pueden comprar en cualquier casa de deportes. Los accesorios de protección confeccionados con tapas de botellas y plásticos varios creados por Fenikks (proyecto cuya historia fue publicada en abril en LA GACETA) ya cuidan a los jóvenes jugadores de los siguientes equipos tucumanos: Fundación La Esperanza (Ranchillos y Estación Aráoz) y Mágicos (Barrio Policial). En la lista de espera ya están Defensores de Independiente, El Cadillal, Kila Castro y El Rayo FC.

Diego Cabeza, Sebastián Méndez, Diego Flores y Daniel Castillo son los que acompañan la idea de Tomás Machuca, el rosarino creador de las canilleras y del sistema. ¿De qué se trata? “Nació para mejorar la calidad de vida de las personas de barrios desfavorecidos. Mediante la creación de puntos de recolección en sus instalaciones, juntamos residuos plásticos que luego transformamos en canilleras de fútbol. Por cada par que vendemos de forma directa on-line, entregamos otro como recompensa a los futbolistas que tomen acción y demuestren su compromiso con la iniciativa”, se puede leer en una de las redes sociales de Fenikks.

También lo explica Méndez. “Todos los clubes de barrio que se inscriban o se sumen a la iniciativa reciben un código para que, cuando alguien compre una canillera, se le obsequia otro par a ese club”, comentó el entrenador. Él entrena a los pequeños de Fundación La Esperanza; su código de compra en el sistema Fenikks es:  https://www.fenikks.net.

Deportivamente, está el lógico beneficio de evitar una lesión, y hasta llega a impactar en la actitud de los chicos. “Jugué más tranquilo por tener protección. Me sentí más seguro y me animé a hacer más cosas”, aseguró Taylor Flores de 11 años. El jugador de Mágicos se entrenó por primera vez con canilleras y también jugó “oficialmente” un partido con el accesorio. Esa realidad que vivió Taylor -como la que vivirán todos los chicos que estén en el sistema- sería imposible sin Fenikks, ya que los pequeños no tienen los recursos económicos para acceder a esta clase de elementos. “Estoy muy contento porque todos mis compañeros y yo tenemos canilleras. Son muy cómodas y nos sentimos muy seguros cuando las usamos”, contó Tiziano Rodríguez, de Ranchillos. Con el corazón dividido en tres (River, San Martín e Inter Miami) el pequeño de nueve años registró de un modo simple cómo llegaron las Fenikks a sus tibias. “El ‘profe’ nos pidió juntar tapitas de botella y así nos consiguió las canilleras, que están hermosas. Le agradezco a Sebastián, que siempre se preocupa por nosotros”, celebró Tiziano.

Además de mentalizarlos desde temprana edad sobre la importancia del cuidado del cuerpo, los chicos también aprenden sobre el resguardo del medio ambiente; se convierten en proveedores de la materia prima que, en este caso, convierte a los residuos plásticos en algo útil. Comienzan a incorporar en el vocabulario términos como “ecopunto” (su casa o club) o “ecolíderes” (ellos mismos).

“Para algunos, es basura, pero para nosotros son cosas que nos sirven para reciclar”, remarcó Aaron Maximiliano Muruaga, compañero de Rodríguez en La Esperanza. “Las tapas dejan una huella de carbono en el traslado. Por eso Tomás nos pide que las llevemos al Centro de Interpretación Ambiental y Tecnológico (CIAT) de Tafí Viejo”, explicó Cabeza.

El horizonte pinta despejado para que Fenikks vaya ganando terreno en el deporte tucumano, acorde a la intención de Machuca: proteger las tibias de la mayor cantidad de chicos de los clubes de barrio en todo el país. “El gerente del CIAT se comprometió a articular trabajos con Tomás e involucrar a más escuelas de fútbol para que los niños reciban canilleras sin costo, porque muchos de ellos no pueden acceder a ellas”, explicó Méndez.

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