Al rescate de la primera banda de rock de Aguilares

Al rescate de la primera banda de rock de Aguilares

Un docente de historia recuperó del olvido a Sonido ‘74, que gestaron alumnos del Colegio Nacional “Nicolás Avellaneda”, a fines de 1967.

EN LOS 60. Actuación de la banda en Aguilares. EN LOS 60. Actuación de la banda en Aguilares.

Las pulsiones y estridencias de la guitarra eléctrica y los cuatro flequillos británicos contagiaron la década de 1960. El rock, en sus distintas variantes, iba a conquistar una buena parte del planeta. No tardarían en brotar en nuestro país las primeras bandas que, tras la primera imitación inicial, fueron construyendo una versión nacional: se cantaba en castellano y muchas temáticas surgían de nuestra idiosincrasia. Tucumán no fue ajeno a esta oleada musical y produjo grupos, algunos que alcanzaron repercusión en el país. “Los años ‘60 fueron de una perspectiva convulsionada y turbulenta en lo social. En ese escenario, el rock como elemento que mezclaba divertimento y de a poco, rebeldía, se irá convirtiendo en un elemento de unión entre la juventud tucumana. Este es el caso de Sonido ‘74, la única banda de rock de esos tiempos en Aguilares, un conjunto que quedó en la memoria y oído de los ciudadanos y que hoy, en base a testimonios de sus protagonistas podemos reconstruir”, explica el licenciado en Historia Agustín Haro, autor del libro “Bazán Frías: imaginarios, realidades y mito”, que ha hurgado en el pasado rockero de la Ciudad de las Avenidas.

AGUSTÍN HARO. Licenciado en Historia. AGUSTÍN HARO. Licenciado en Historia.

El docente del Instituto Vocacional Concepción y del Instituto Técnico Aguilares recuerda que el guitarrista Luis Albornoz, integrante de Los Sabuesos, La Pequeña Banda de Trícupa y Redd, cuenta que la imagen de Los Beatles le quedó grabada en la retina en unas funciones del antiguo cine Plaza, en esos adelantos entre película y película. “¿Qué pasaba en el sur de la provincia, en Aguilares? Una ciudad azucarera que se encontró en la encrucijada de las políticas del onganiato no fue ajena al nuevo escenario económico local. En este mundo se encontraban dos jóvenes entusiastas por la música, Jorge Arias y Ramón Antonio Soria, estudiantes del Colegio Nacional “Nicolás Avellaneda”. En un banco de la plaza 25 de Mayo, la principal de la Ciudad de las Avenidas, decidieron armar una banda de forma bastante rudimentaria; en palabras de Jorge, una guitarra y un bombo legüero hacían de base sobre la cual empezaban las andanzas que eran acompañadas por las familias trabajadoras”, señala Haro.

- ¿Cómo se sumaron los otros integrantes? ¿Cuál fue el origen del nombre?

- Costó convencer a José “Pepe” Rojas, destacado folclorista en aquel entonces, a integrar un grupo de rock. Se sumó al conjunto su hermano Alberto, aunque por poco tiempo. Jorge, Ramón, Pepe y Alberto llegaron a un acuerdo acerca del nombre: Sonido ‘74. Pero si estamos entre finales del ‘67 y comienzos del ‘68, ¿de dónde viene ese nombre? Sucede que 74 era la sumatoria de la edad de todos sus integrantes. El rock estaba presente, inclusive en lo que muchas veces se conoció despectivamente como el interior del interior. Esta nueva rebeldía se iba a enmarcar en dos espacios: el de la nueva ola o música que para 1968 se había convertido en baile (Los Iracundos, Los Náufragos, Industria Nacional o Trocha Angosta, por ejemplo) y por otro lado, el creciente rock nacional con la tríada primigenia: Manal, Almendra y Los Gatos, que habían ido dejando esa nueva ola para ir endureciendo su sonido. En Concepción, estaban Los Rebeldes, Sonido Beat, y en Juan Bautista Alberdi, Noche Corta. Este escenario iba marcando un horizonte para romper una burbuja de cristal para los jóvenes aguilarenses.

EN LOS 60. Actuación de la banda en Aguilares. EN LOS 60. Actuación de la banda en Aguilares.

- ¿Cuándo se produjo el debut oficial de Sonido ’74?

- El primer recital oficial del conjunto en el Festival del Corralito, un espacio ubicado entre Alberdi y Escaba. Ramón Soria, en tanto, lo recuerda de otro modo: fue con Puerto Montt, el clásico de Los Iracundos, en un programa radial en LV12. Las anécdotas pueden resultar accesorias, pero las miradas culturales del momento permiten ver esa realidad, a Sonido ‘74 como un grupo de baile, a la manera de Los Rebeldes o Noche Corta. En los inicios, arrancaron las dificultades. Ramón cuenta sobre el poco conocimiento que tenía de la batería, pero fue la constancia y el ímpetu el que lo llevó a perfeccionarse en forma constante y consciente. Por razones personales, Alberto dejó la banda e ingresó su hermano Víctor Hugo Rojas, como bajista. Conformaban Sonido ’74: Jorge Arias, guitarra rítmica y voz; Pepe Rojas, primera guitarra, Víctor Rojas, bajo y Ramón Soria, en batería.

- ¿Cuál fue el devenir de la banda?

- En algún momento del ‘69/‘70, un empresario hizo un concurso de bandas de rock con premio monetario y exposición. Sonido ‘74 ganó ese concurso, porque era la única banda del interior y no harían problemas en no recibir el premio monetario. Sí, algo se cumplió, fueron teloneros de Vox Dei y Almendra en el Club Estudiantes, en San Miguel de Tucumán. Las fechas son difusas, pero podemos pensar en el año ’70, sobre todo por el rol que tenían esas bandas para la cultura nacional, a partir de ese año, una verdadera explosión. Según Ramón, había una cantidad de público importante tanto dentro como fuera del club, todos iban por Vox Dei y Almendra. Las puertas eran cerradas y la multitud se agolpaba. ¿El resultado? Represión en las inmediaciones y apertura del estadio con un lleno total. Con una batería corrida un poco hacia el lateral del escenario, Ramón no alcanzaba a ver a la multitud, una luz azul le impedía ver más allá de “sombras”. En ese contexto, Sonido ‘74 salió a tocar, siendo presentado en un silencio generalizado. En medio del silencio, un “miguelito” voló por el aire, reventando en una onda sonora que resonó en todo el espacio. A partir de ese momento, algo era cierto, la banda podía ser algo más. Empezaba a gestarse una última etapa de potencia, donde el conjunto se aceitaba de gran modo.

- ¿La banda llegó a interpretar en algún momento composiciones de su propia cosecha?

- Viajaban a San Miguel de Tucumán cuando algún músico o conjunto de Buenos Aires llegaba a tocar, por ejemplo, Manal. Ya con esta nueva realidad Sonido ‘74 empezaba a crear algo de un repertorio personal, pero ¿sobre qué giraban estos temas? El rock se mezclaba con el folclore, una especie de Arco Iris, de Santaolalla. El contexto era propicio y las habilidades que surgían con la práctica permitían profundizar ese repertorio. Entramos en la segunda etapa de la banda, centrada en covers, pero también en algunas composiciones propias de Arias que tocaban en vivo. Almendra, con Muchacha Ojos de Papel, Ana No Duerme y Tema de Pototo, como así también “Cuero” de Vox Dei completo, era el repertorio del grupo. De a poco, Sonido ‘74 iba mejorando y los nuevos conciertos comenzaron a implicar locales del interior de la provincia y San Miguel. Eran el grupo de rock por excelencia de Aguilares, tocando en espacios como el salón de Socorros Mutuos de la ciudad, en donde compartieron el escenario con Los Fantasmas e inclusive Los Sabuesos, algo que puede confirmarse ya que Luis Albornoz de este último grupo recuerda que su primer recital fue en Aguilares. No era fácil ser músico de rock en un espacio que no fuera Buenos Aires. Las discográficas exigían la estadía de la banda en la Capital, con giras tendientes a promocionar simples que de acuerdo con la recepción, llevaran a la concreción de un long play. El material de la banda seguía mezclándose con covers mayormente: Los Beatles con Let it Be y Good Day Sunshin, o Creedence Clearwater Revival, con Green River, por ejemplo. Sonido ‘74 parecía asentarse y ser una representación firme del rock aguilarense: ya habían pasado por el Club del Beat de Radio Nacional, por LV12, habían sido teloneros de Vox Dei y Almendra, e inclusive había salido en el casi mítico Caja N° 10, programa musical de Canal 10.

- ¿Cuál fue el epílogo del grupo?

- La realidad social marcó una agenda en la vida diaria del conjunto, las peripecias de la vida misma. El secundario se terminaba, y con ello el momento de la banda; había que estudiar o trabajar. Sonido ‘74 pasó a llamarse en el último tiempo Fornax; Jorge Arias comenta que fue en una clase de astronomía donde encontraron el nombre, ya la sumatoria de edades había sobrepasado al ‘74 y la madurez del grupo llevó a ese cambio de nombre. En esa instancia se sumaba una nueva voz principal, el “Chueco” Saavedra. En 1970 y sobre todo 1971, el fin estaba en el horizonte y efectivamente ocurrió. Son pocos los registros fotográficos que quedan de la banda, no era algo común como lo es hoy en día. La penúltima presentación del conjunto como tal se dio el día de egreso de Jorge Arias, momento que está inmortalizado en una foto en el pasillo del Colegio Nacional Nicolás Avellaneda.

- ¿Quedó algún rastro sonoro?

- Tuvieron la posibilidad de grabar un disco con la RCA Victor. En el programa El Club del Beat grabaron una prueba que fue enviada a la RCA, quienes con visto bueno solamente les pidieron mejorar los instrumentos. El disco en sí no se concretó, porque la banda se separó a raíz de la partida de Jorge a estudiar a Buenos Aires y por una enfermedad de Pepe, que se lo llevó muy joven de este mundo. Tal vez en la discoteca de Radio Nacional algo haya quedado, quién dice que Sonido ‘74 pueda salir a la luz en algún momento.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios