El espíritu de las secuoyas...

03 Feb 2021
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El espíritu...


Una entrevista con Julia “Butterfly” Hill

Por Sara Marand

Julia “Butterfly” Hill ocupó un árbol secuoya en el norte de California durante dos años para impedir que fuera cortado por el aserradero Pacific Lumber Company.

Bajó del árbol el 18 de diciembre de 1999, luego de que la empresa acordó que no destruiría al árbol ni a los árboles del área circundante. El siguiente artículo fue escrito mientras Hill todavía permanecía en lo alto.

Comienza con una cita de Hill: “Hace un año que vivo a 55 metros de altura en este sorprendente y añoso árbol secuoya. Sentada aquí admirando el valle del Río Eel, con una panorámica que he visto cambiar a lo largo del año, oigo un helicóptero Columbia a la distancia sacando los troncos de las pendientes antes forestadas –pendientes que la firma Pacific Lumber convirtió en un legado de claros talados, venenos y deslizamientos de barro.

He visto cómo los deslizamientos causados por el desmonte irresponsable de Pacific Lumber y Maxxam se erosionan con las lluvias de invierno, impulsando más escombros barranca abajo hasta al pueblo de Stafford.

He visto cómo el arroyo de abajo, marrón de limo, desemboca en el río Eel, y sé que los claros talados bordean el arroyo por kilómetros en las empinadas pendientes superiores. “Pienso en esos majestuosos árboles de cientos o miles de años de edad cortados para ser convertidos en revestimientos o tarimas de madera.

Pienso en los activistas comprometidos de manera increíble rociados por la policía con aerosol irritante sólo por protestar sentados y en David “Gypsy” Chain, muerto por un árbol que cayó intencionalmente en su dirección, mientras denunciaba una operación ilegal de cosecha de madera. Pienso en nuestro gobierno que pone en peligro la salud y la calidad del medio ambiente y nuestra vida para apaciguar a una corporación criminal.

Y tengo que pensar por qué la gente aún me pregunta, “¿Por qué estás allí arriba?” Aun hoy, algunos no entienden. “Junto a muchas otras personas, estoy comprometida con un mundo que viva con amor y respeto por toda la vida, estoy comprometida con un mundo en donde todos los bosques añosos sean protegidos en forma permanente, donde los árboles en pendientes empinadas e inestables se salven de la sierra, donde el corte que produce claros sea reemplazado por una verdadera forestación sustentable y donde el envenenamiento por pesticidas de la tierra, el agua y las personas ya no exista.

“Al subirme a Luna, di mi palabra al árbol, a los bosques y a toda la gente que no permitiría que mis pies tocaran el suelo hasta sentir que había hecho todo lo posible por proteger a este árbol y a los bosques. Todavía siento que puedo lograr algo más desde aquí arriba. Cuando mis pies eventualmente toquen tierra nuevamente algún día, esta acción no habrá finalizado para mí. El resto de mi vida estará dedicada a vivir al servicio y amor por todo lo vivo.”


La siguiente entrevista con Butterfly fue realizada por teléfono celular a principios del otoño de 1998.

Sara Marand: Es un honor hablar contigo, Julia. Para hacer este trabajo, debes tener mucha inspiración. ¿Puedes contarnos de dónde proviene?

Julia Butterfly: Desde mi posición, veo todo por lo que luchamos y todo contra lo que luchamos, en una única vista. Eso es extremadamente inspirador, porque veo los dos lados. Mientras subes la pendiente, ves los deslizamientos de barro y los claros talados.

Luego, cuando llegas a la cima del monte, también ves algunas tierras de bosques que no han sido destruidos. Ves el océano a un costado. Ves los hermosos árboles viejos, y los árboles bebés tratando de crecer altos. Aprendí simplemente a absorber todo esto adentro mío, en lugar de permitir ser absorbida. Dejé que se avive en mí la brasa del compromiso transformándola en llama. No le doy poder a lo negativo, porque no quiero eso.

Absorbo todo el poder negativo en mi interior para canalizarlo en algo positivo. Al no dejar que mis pies toquen el suelo ni una vez durante todo este tiempo, me separé del mundo allá abajo. Me permití conectarme, por medio de las raíces de este árbol, con el corazón de la Madre Tierra y sentir su poder pulsante. Me volví una con la naturaleza de una manera que jamás imaginé posible…

Siento que cada uno de nosotros está intricadamente relacionado con la Madre Tierra. Todos somos parte del cuerpo de la vida. Nuestros cuerpos humanos, el planeta, los árboles, las plantas, los animales –todo forma parte de este cuerpo vital, y este todo es parte del mismo poder espiritual. Cuando perdemos contacto con ese círculo de poder, rompemos el círculo de magia y rompemos nuestra capacidad de ser parte de esa magia.

Cuando la gente se insensibiliza ante el hecho de que somos una parte de ese cuerpo de vida, es cuando comienza la destrucción de nuestro medio ambiente. Algunas personas se colocan por encima de los animales. Se sitúan por encima de otras personas. Para hacer eso, deben desensibilizarse del propósito y el poder del círculo que somos.

Eso es lo que permite que las personas sean destructivas. También siento que esa es la razón por la que debemos concentrarnos en amar la Tierra y a los demás –esa debe transformarse en nuestra prioridad número uno. No podemos destruir la Tierra si la amamos. No podemos destruirnos mutuamente si nos amamos.

Cuando nos damos cuenta de que somos parte de este cuerpo de la vida –y que no podemos dañar de ningún modo ese cuerpo sin dañar el todo, y que no lo ayudamos sin ayudar el todo- ahí es cuando empiezan a suceder cosas realmente mágicas.

Marand: ¿Qué crees que le habría gustado a Luna decirle a la gente que lea esta entrevista?

Butterfly: “Yo los amo”. Eso es lo que tengo para contarles a todas las personas –hasta a los leñadores que están allá abajo. Algunas comunidades cercanas dependen del desmonte y algunas personas se enojaron con los activistas de Earth First! Quiero que ellos entiendan que no estoy tratando de robarles su legado; intento salvar un legado para sus hijos, y ellos realmente me importan.

Las corporaciones potencian las diferencias entre los ambientalistas y los leñadores para debilitarnos. Saben que si nos separan, nuestro poder se diluye y ellos tendrán cada vez más control.

Veo las diferencias en nuestra vida como diversidad y reconozco que nuestra diversidad es tan importante e increíblemente hermosa como la diversidad de la naturaleza. Sé que podemos usar esa diversidad para combatir todos esos ángulos diferentes que utilizan las corporaciones y nuestro gobierno para destruir y manipularnos. Me entusiasma achicar la brecha entre nosotros, porque la forma en que venceremos será consiguiendo que todos, de todos los sectores de la sociedad, estemos juntos. Cuando me sitiaron el año pasado, docenas de hombres de seguridad me gritaron cosas terribles.

Tocaron trompetas y clarines durante la noche para mantenerme despierta. Me amenazaron diciendo que si no bajaba inmediatamente, me darían una tremenda golpiza cuando lo hiciera. Dijeron todas estas cosas terribles, malas y locas. Les canté una canción cada vez que fueron malos y horribles y la canción dice:

El amor en cualquier idioma, directo del corazón, tirar del pensamiento juntos, jamás separados, y una vez que deseemos hablarlo, todo el mundo oirá que el amor en cualquier idioma aquí se habla con fluidez. Aunque la retórica del gobierno nos mantenga a mundos de distancia, no hay malentendidos en el lenguaje del corazón.

Marand: Viste algunos de los cortes realizados alrededor de Luna. ¿Qué puedes decirnos acerca de ello?

Butterfly: Fue muy triste ver caer a algunos de los árboles más grandes. Vi árboles realmente increíbles, tanto las secuoyas como los pinos de Oregon, aplastados contra el piso. Con las nuevas reglas de Maxxam, los leñadores están bajo una tremenda presión por triplicar la tarifa del corte, por lo que cortan los árboles más grandes, que se pagan mejor. También talaron árboles cuando los vientos eran demasiados fuertes para el corte. Uno de los árboles cortados impactó contra Luna. En ese momento, me encontraba en una rama tratando de filmar el corte en video, y el impacto casi me tira del árbol. El viento era tan fuerte que perdieron el control de unos cuantos árboles, y éstos se quebraron al dar contra el suelo. Fue realmente difícil mirar eso, porque cuando los árboles se quiebran, ya no tienen valor alguno para la empresa. Fue realmente triste ver que estos árboles antiguos fueran cortados para nada.

Marand: ¿Qué es lo más difícil de abordar al vivir ahí arriba?

Butterfly: Sin duda que lo más difícil es ver caer a los árboles contra el suelo y sentir la impotencia total de no poder detenerlo. Eso es realmente difícil. No hay nada en mi vida que se compare con esa tristeza; es casi agobiante. Al principio, el frío, la falta de agua corriente y los inconvenientes físicos fueron difíciles. Luego, una noche, cuando me creí morir en la peor tormenta, Luna me habló. Aunque me había despedido de mis mejores amigos, desprendido de todas mis posesiones y renunciado a la vida que había estado viviendo, no entregaba la vida. No entregaba mi ser. Todavía intentaba aferrarme a ellos. Esa noche, me desprendí de todo. Hablé con Luna y hablé con los poderes del universo. Dije, “Obviamente, esto es una prueba. Es para poner a prueba hasta dónde estoy comprometida con lo que creo.” Dije, “Bien, me entrego completamente; pueden tenerme toda entera. En realidad sólo soy una parte del universo, de todos modos. Si muero, lo único que hago es entregarme a aquello de dónde vine”. Luego de eso, mi deseo por las cosas como el agua corriente pasó a segundo plano. No pienso más en esas cosas.

Marand: ¿Cómo es un día cualquiera allí arriba?

Butterfly: (Risas) Todos me hacen esa pregunta. La verdad es que no hay un día típico. Cada vez que pienso que viví o entendí todo, aparece algo más que prueba lo equivocada que estaba. Las dos cosas que hago todos los días son tomar té y rezar. Cuando rezo, pido cuatro cosas –poder, paz, verdad y amor. Pido que el poder del universo fluya a través mío para conmover a otras personas y facultarlas.

Quiero darles poder en la luz de la verdad, el amor y la paz porque allí está nuestra cura, allí está nuestra esperanza.

Marand: ¿Quieres decir algo más, Julia?

Butterfly: Es importante que la gente entienda que lo que ocurre aquí con el Bosque Headwaters es muy grave. Queda menos del tres por ciento de nuestro bosque de antiguo desarrollo. La gente tiene que reconocer que se trata de una situación de vida o muerte. No podemos pretender que la gente de otros países defienda el medio ambiente si nosotros no somos capaces de defender lo nuestro. Cuando la gente sale en defensa del medio ambiente en los países del tercer mundo, se trata para ellos de una situación de vida o muerte. Ellos saben que defender algo significa arriesgarse a ser baleados por sus propios gobiernos. Que te disparen por protestar todavía no es un riesgo habitual en este país.

El mayor riesgo en nuestro país es ser encarcelado como prisionero político. Es trágico cuando se incrimina falsamente y detiene durante décadas a alguien como Leonard Peltier, pero no es lo común. No obstante, sólo un muy pequeño porcentaje de personas en este país están dispuestas a defender sus creencias. Desde que estoy acá arriba, me di cuenta de que nuestras acciones son como las olas en el océano.

Cada acción, cada palabra, cada pensamiento genera olas. Esas olas se juntan con las olas de otros y eventualmente generan un maremoto que cambia las cosas. Tenemos que asegurarnos de que cada ola que creamos sea positiva, para que cuando nuestra ola gigantesca finalmente ocurra, ésta sea positiva y potente. Debemos tener cuidado ahora si queremos cambiar nuestra Tierra y el futuro de una manera positiva y poderosa.

Hasta la próxima

*Fuente: Pace y Bene

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