Rugby: El poder del equipo.

02 Abr 2019
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Equipo

Un joven aprendiz de rugby le preguntó a un sabio entrenador:

"¿Para qué trabajar en equipo si a veces es mucho más rápido lograr los objetivos solo?"

El entrenador respondió: "Trabajar en equipo va mucho más allá de lograr un objetivo. Conectarse con lo grupal es conocer y conocerse. Es buscar tu propia identidad"

¿Has tenido alguna vez la necesidad de ser reconocido, escuchado, tenido en cuenta, de compartir, de que te sostengan, de que te pongan límites y de pertenecer? -preguntó el sabio-

¡Por supuesto! -respondió de inmediato el joven-

"Eso sólo te lo brinda tu equipo. Las carencias de tu equipo son tus carencias. Tú mismo vienes de un grupo y eres, como todos, un emergente, una síntesis, parte de una red y de vínculos" -continuó enseñando el sabio-

"Aún cuando entiendo lo que dices, ¡no veo como conocerme a traves de ellos! -enfatizó el joven- 

"Observa a tu equipo: ¿Qué ocurre? ¿cómo repercuten en ellos tus acciones y palabras? ¿qué circula? ¿cómo se comunican? ¿por qué? ¿cómo se adjudican los roles? ¿cómo interpretan las cosas? ¿cómo dan significados? ¿cómo resignifican? ¿qué es posible e imposible para ellos? ¿qué y quién está cerca tuyo? ¿qué está lejos?" -aconsejó el entrenador-

El joven se quedó pensativo. Por su cabeza pasaban cantidad de recuerdos, expresiones, risas, situaciones de partido, conversaciones con entrenadores y compañeros. De pronto sintió mucho temor. Era como ser testigo de su propia vida. Era como estar viendo algo desde afuera sin dejar de ser parte de eso e incluso siendo eso.

El sabio entrenador hizo una tierna sonrisa y dijo: "No te mires ni a tí ni a tus compañeros de equipo como seres aislados. Sólo lograrás comprender en grado máximo a quienes juegan contigo si logras "ver" también el interior de su cotidianeidad, de sus relaciones, de quienes han sido sus modelos, de la intimidad de sus corazones. Te aseguro que todo lo que hacen y dicen, su juego mismo es un signo visible de aconteceres más profundos...

"Veo que es cierto de que esto no se trata de entrenar,  jugar, ganar y hacer amigos..."-expresó el aprendiz-

¡En absoluto! -gritó el entrenador- "Todo  depende de tu actitud. Si te lo propones, ser parte de un equipo es ir hacia lo desconocido, abrir interrogantes, integrar experiencias, percepciones y sensaciones. Vivir otras vidas. Debes ser consciente que todos allí son partes de tí"

"Eso asusta" -dijo el joven-

"Lo sé"  - respondió el sabio y continuó-

Dime: ¿Adviertes distancias entre lo que logra tu equipo actualmente y sus posibilidades reales? Si partes de la idea de que están para ser amigos y buenos deportistas creo que estás limitando las posibilidades de lo que un equipo de rugby es capaz de transformar. Creo que aún no reconoces el verdadero poder de la relación.

"Entonces... ¿por dónde empiezo? -preguntó confundido el joven-

"Empieza por mirar el corazón de todos tus compañeros. El de los más cercanos y el de los más lejanos y luego intégralos en tí. Alguien dijo una vez que cuando descubramos el verdadero poder de la humildad y del amor humano volveremos a descubrir el fuego…"

¡Hasta la próxima!

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