"Soy un hombre viejo y no sé cuánto tiempo más me dará el Señor"

"Soy un hombre viejo y no sé cuánto tiempo más me dará el Señor"

Benedicto XVI se conmovió al regresar a su amada Bavaria. Bajo un sol radiante, cientos de miles de fieles aclamaron al Papa.

EFUSIVO. EFUSIVO.
10 Septiembre 2006
MUNICH, Alemania.- Benedicto XVI hizo ayer un regreso triunfante a esta ciudad, donde fue arzobispo durante cinco años, y dijo a la multitud que estaba profundamente conmovido por retornar a su nativa Bavaria. El Papa, de 79 años, saludó y sonrió mientras lo llevaban al centro de la ciudad en su "Papamóvil" blanco, entre las calles atestadas de fieles que ondeaban banderas bávaras y del Vaticano. "Es muy conmovedor para mí estar de vuelta en esta plaza, a los pies del santuario de la Virgen María", dijo en Marieplatz, principal paseo de la capital bávara, seguido por una multitud de personas, muchas de las cuales llevaban trajes tradicionales de la región.
El Sumo Pontífice sonrió y saludó con la cabeza cuando el primer ministro de Bavaria, Edmud Stoiber, anunció: "nuestro Papa ha regresado a su patria bávara".
Consultado acerca de si visitaría Berlín algún día, el Papa dijo que le gustaría, pero agregó: "soy un hombre viejo y no sé cuánto tiempo más me dará el Señor".
En un emotivo discurso en el aeropuerto de Munich, Joseph Ratzinger dijo: "regresan los recuerdos de mis años en Munich y en Regensburg, recuerdos de gente y de sucesos que dejaron profundas huellas en mí".
Durante seis días, Benedicto visitará Munich, donde fue arzobispo entre 1977 y 1982, y Regensburg, donde enseñó Teología entre 1969 y 1977. También parará en su pueblo natal, Marktl am Inn, y en el santuario mariano de Altoetting.
La visita se centrará en su amada Bavaria, región tradicionalmente católica, de carácter campestre y de una cultura que la distingue del resto de Alemania.
Tras un corto discurso en la ciudad, rezó en el santuario de María, construido en 1638, después de la Guerra de los 30 años.
El Papa expresó que desea que su visita ayude a reavivar la fe de los cristianos en Alemania, que está dividida entre católicos y protestantes. El cardenal Karl Lehmann, jefe de la conferencia de arzobispos alemanes, antes de la llegada del Papa afirmó que menos católicos estaban dejando la Iglesia, y que cada vez volvían más.
En la bienvenida al Pontífice el presidente alemán Horst Koehler, que es protestante, lo instó a fomentar la cooperación ecuménica, un tema delicado en el país debido a las numerosas parejas entre protestantes y católicos.
Benedicto XVI prometió trabajar a favor de la unidad cristiana, pero los protestantes de Alemania se quejaron de que el Papa los ignora y que sólo dialoga con las iglesias ortodoxas. (Reuter)

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