¿Por qué y cómo estudiar literatura?

¿Por qué y cómo estudiar literatura?

ENSAYO PEQUEÑA ECOLOGÍA DE LOS ESTUDIOS LITERARIOS JEAN-MARIE SCHAEFFER (Fondo de Cultura Económica - Buenos Aires)

01 Septiembre 2013

Ante el lamento en torno a la supuesta crisis por la que atraviesa la literatura, Jean-Marie Schaeffer realiza el siguiente planteo: no son las prácticas literarias las que están en crisis (nunca se ha escrito o leído tanto como hoy) sino los estudios literarios, que no han logrado superar con éxito la versión restringida de "La Literatura", institucionalizada en el siglo XIX por una sociedad que ya no es la nuestra. El autor propone, entonces, reflexionar sobre dichos estudios, cuyo destino considera fundamental para el conjunto de las ciencias humanas y sociales, por cuanto la literatura es una importante realidad de la vida de todos los hombres. Una mejor comprensión de los hechos literarios contribuiría, así, al conocimiento de lo que somos y lo que podemos ser.

Schaeffer se detiene en los problemas que a su juicio afectan tales estudios. En primer lugar, la falta de consolidación de los avances individuales de la investigación literaria en un estado del arte común, aceptado y difundido en la comunidad de investigadores. En segundo lugar, la confusión entre normatividad y descripción. El autor entiende que frente al "derrumbe" de "La Literatura", los estudios literarios manifiestan dos reacciones: la normativa (según la cual la función de la literatura es reproducir valores culturales; esto abarca, por ejemplo, la construcción de un "contracanon" tal como lo hacen los estudios feministas, poscoloniales o los cultural studies) y la descriptiva (que postula una función estrictamente cognitiva; la descripción es en sí el objetivo de la investigación). Scheaffer considera que si bien ambas funciones son igualmente necesarias y legítimas, confundirlas llevaría a una crisis epistemológica. En tercer lugar, ciertas fallas en la enseñanza de la literatura, sobre todo en el caso de la escuela secundaria, que lejos de fomentar la escritura creativa (fundamental para los adolescentes con sus identidades en proceso de formación), obliga muy tempranamente al comentario analítico de los textos, dejando de lado las evocaciones emotivas tan relevantes en la experiencia de lectura.

Filósofo dedicado a la estética y el arte, y actual director de estudios de la École des Hautes Études en Sciences Sociales, Scheaffer reflexiona sobre estos problemas desde una perspectiva más filosófica que literaria. Su estilo, muy analítico, está plagado de razonamientos y de alusiones a los aportes de autores como Hume, Husserl, Heidegger, Austin, Searle, Ricoeur, Gadamer, entre muchos otros. El libro es, no obstante, breve y claro. Resulta de interés no sólo para los profesionales de la literatura y la filosofía, sino para todos aquellos que quieran pensar políticas culturales y educativas, o pensar, simplemente, en cómo propiciar una educación que forme lectores (con todo lo que esta palabra implica).

© LA GACETA

Soledad Martínez Zuccardi

Temas Tucumán
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