Sueño y pérdida de memoria son síntomas de estrés crónico

Sueño y pérdida de memoria son síntomas de estrés crónico

Es un trastorno que es poco diagnosticado y al que no se le suele dar mucha importancia, pero que produce diversas patologías.

FUERTE IMPACTO. Las depresiones, las migrañas y las contracturas también son síntomas del estrés crónico. FUERTE IMPACTO. Las depresiones, las migrañas y las contracturas también son síntomas del estrés crónico.
24 Julio 2013
Si intentás hacer demasiadas cosas a la vez y te ponés ansioso porque sabés que no lo lograrás. Si tenés una agenda desordenada, sin planificar las actividades y esto te mantiene en vilo, te quita el sueño. Si sos hiperactivo, pero la depresión y la angustia te juegan una mala pasada... ¡Prestale mucha atención a estos síntomas! Es probable que sufras estrés crónico y tenés que consultar al médico.

La especialista en el tema doctora Laura Maffei explica cuáles son las diferencias entre el estrés agudo y el estrés crónico y de qué modo este último afecta la salud.

Nuestro cuerpo -explica Maffei- tiene recursos para responder a exigencias externas, de peligro, a las presiones que nos impone la vida diaria. Las glándulas adrenales o suprarrenales detectan esta situación y descargan cantidad adecuada de hormonas, como el cortisol y la adrenalina que impactan en diferentes órganos: el corazón late más rápido, el oxígeno llega a todos los órganos, el azúcar aumenta y permite tener más energía disponible, los músculos se preparan, la vista mejora... Estamos alertas. Las hormonas nos preparan para enfrentar cualquier situación. Este estrés, llamado agudo, puede ser estimulante y placentero en muchas ocasiones gracias a que las hormonas nos adaptan para salir adelante.

A prestar atención
El estrés crónico, en cambio, es poco diagnosticado y no se le da la importancia que tiene. La vida diaria, las exigencias permanentes, las dificultades personales y laborales imponen a nuestras glándulas un funcionamiento sin pausa que provoca un fuerte impacto en el metabolismo. A mediano plazo, este estado de alerta sostenido desgasta las reservas del organismo y puede producir diversas patologías y malestares. Entre las disfunciones que acarrea el estrés crónico se encuentran:

1) Alteraciones de sueño: pesadillas, insomnio o exceso de sueño.

2) La presión arterial, el azúcar, el peso y el colesterol están por encima de los niveles normales y causan más riesgos en personas predispuestas a sufrir de diabetes y males coronarios.

3) Pérdida de la memoria.

4) El colon se irrita y los dolores abdominales son frecuentes.

5) Migrañas.

6) Contracturas musculares.

7) Bajan las defensas.

8) Cambios de ánimo: la irritabilidad, las reacciones imperiosas, impulsivas y agresivas se vuelven características.

9) Depresión, situaciones adictivas, alteraciones del comportamiento alimentario y diferentes desequilibrios emocionales (pérdida de deseo sexual e incapacidad para sentir placer en las actividades cotidianas).

Hay personalidades más predispuestas que otras a sentirse superadas por situaciones que las perturban. Pero el exceso de trabajo, la falta de orden, el sedentarismo, la falta de desconexión de nuestras tareas habituales también "alimentan" este estrés crónico que termina siendo un círculo vicioso de malestar.

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