Ocho décadas después, el Abasto se despereza

Ocho décadas después, el Abasto se despereza

La empresa que ha desarrollado el emprendimiento "Central Tucumano", en el predio del ex Mercado de Abasto, anunció que el 1 de octubre se inaugurará el hotel Hilton Garden Inn, el plato fuerte de ese complejo en el que también están planteadas áreas culturales y de entretenimientos. Diálogo y tensiones entre los que llegan y los que ya estaban.

 PASADO Y PRESENTE. Al frente, las arcadas de tipo neocolonial remiten al proyecto que Alberto Prebisch ideó en 1927. Atrás, la traza moderna del Hilton. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO PASADO Y PRESENTE. Al frente, las arcadas de tipo neocolonial remiten al proyecto que Alberto Prebisch ideó en 1927. Atrás, la traza moderna del Hilton. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO
En los alrededores del ex Abasto, sobre la Miguel Lillo, el pavimento les ha ganado esta semana la pulseada a los adoquines. Y el diálogo entre la silueta espejada del Hotel Hilton con las arcadas y las tejas de corte neocolonial que reeditan huellas del antiguo mercado muestra que soplan nuevos aires sobre el barrio Sur.

En el interior y en los accesos del Paseo "Central tucumano" se vive el ajetreo propio del final de obra y de la inauguración inminente: obreros que van y vienen por el amplio lobby de acceso, plantines multicolores en espera en la zona de la piscinas, cables, vidrios, mobiliario todavía embalado, se cruzan con jóvenes de ambos sexos que, curículums bajo el brazo, apuestan a ser los elegidos para integrar el staff del Hilton Garden Inn Tucumán, un cinco estrellas en pleno corazón del Abasto, con inauguración prevista para el 1 de octubre.

El segundo Hilton de la Argentina (el primero está en Puerto Madero) es la pieza estratégica del proyecto "Central Tucumano", que emprendió el grupo Brito (banco Macro) hace cinco años, en una apuesta de revalorización de una zona emblemática de la ciudad, tanto por su perfil comercial como por la huella histórica de la Ciudadela.

La idea que arrancó como un shopping se convirtió con el tiempo en una propuesta que Milagros Brito, responsable del proyecto, resume así: hotelería con servicios de alta gama y Centro de Convenciones con capacidad para 600 personas como núcleo fuerte, acompañado de locales comerciales y una oferta gastronómica abierta a todos los tucumanos, y no sólo a los pasajeros del hotel. El resto del complejo se integra con una plaza cultural y una sala teatral.

Tanto los responsables del proyecto como funcionarios municipales y provinciales imaginan que la apertura del Hilton conllevará el nacimiento de un "polo gastronómico" que, afirmó Milagros Brito, ya cuenta con tres firmas (una de ellas "Havanna") que, promete, estarán funcionando de acá a 60, 90 días. Confiada, añade: "desde que se conoció que ya abre el Hilton, hemos retomado conversaciones que habían quedado estancadas". ¿Cómo llegó el Hilton a Tucumán? "Vimos que el shopping no era el proyecto más adecuado; y que en hotelería corporativa había una demanda alta. Readaptamos el proyecto, luego apareció la cadena Hilton, que tenía interés en la región", afirma la presidenta de "Vizora Desarrollos inmobiliarios". Y destaca el desafío de unir "lo que ya estaba con lo que venía". "Nos ha pasado con otros proyectos, que revalorizan la zona y van generando grandes cambios en el entorno", apuesta.

Mientras tanto, en los alrededores del ex Abasto, los vecinos se debaten entre el escepticismo pro tanto tiempo de espera (una ordenanza de 1997 establecía el destino que debería tener el predio) y la certeza de que en el barrio algo deberá cambiar. En el sector inmobiliario, por lo pronto, no se perciben grandes movimientos, salvo algunos ajustes en alquileres que los inquilinos consideran excesivos. Por lo demás, reflexiona Marta, una vecina de San Lorenzo al 1000, nadie ha tocado a su puerta para proponerle comprar. Y si lo hicieran, asegura, no les vendería "por ahora". Fuentes del sector inmobiliario que fueron consultadas por LA GACETA corroboraron la sensación vecinal. "No hay por ahora movimientos. Habrá que ver qué pasa en unos meses", coincidieron dos empresarios del sector.

El mercado
A la docena de puesteros de frutas y verduras que hasta ahora están instalados sobre la calle Las Piedras, la municipalidad les ha prometido apoyo para reubicarlos en un local privado sobre General Paz al 1.500, en un mercadito diseñado por técnicos del municipio, con una estética cuidada, como se encuentra en tantas ciudades europeas y americanas. La idea, explica el secretario de Planeamiento de la Municipalidad capitalina, Luis Lobo Chaklián, es que se mantenga el concepto barrial del viejo Abasto; del centro de comercialización frutihortícola que fue inaugurado en junio de 1933, y que entonces le marcó una huella de identidad a la ciudad. Los puesteros, afirma Pedro Medrano, vocero del grupo, han aceptado la propuesta y esperan que se concrete.

Así como hablaron con los puesteros, funcionarios municipales y provinciales dialogaron con otros vecinos, entre ellos la Fundación Miguel Lillo y la docena de bolicheros que se han instalado en la zona en los últimos años.

En la Fundación, que comparte medianera con el nuevo emprendimiento, han aceptado el convite. "Nos han propuesto integrarnos de alguna manera al espacio del Abasto Central. No sabemos si haremos un acceso directo, por cuestiones de seguridad; pero sí sabemos que debemos hacer mejoras", afirma Jorge Frías Alurralde, gerente de la Fundación.

La noche, con final abierto
En cambio, el diálogo con los dueños de los boliches arroja final abierto. César Sattle, dueño de Cuore, cuenta que en la reunión que mantuvieron con funcionarios municipales se les prometió una inversión de $ 6 millones en iluminación y en seguridad.

"Y yo estoy abierto al cambio; pero mi negocio, hoy, son los "wachiturros", si quieren que haya un cambio en el target del público, que me subvencionen un mes, y en ese lapso nos reconvertimos, poniendo RRPP, moviendo el "Face" y hasta cambiándole el nombre al boliche", se explaya el empresario, que reconoce que el circuito de la noche del Abasto se ha puesto"pesado" a partir de la muerte de Paulina Lebbos, que desapareció cuando volvía del Abasto, y luego fue encontrada muerta, el 26 de febrero de 2006.

Desde el gobierno, Bernardo Racedo Aragón, el titular del Ente de Turismo, reconoce que los boliches se han convertido en una unidad de negocio en el lugar, para un segmento popular, discordante con el público natural que generará la radicación del Hilton. Dice que el comerciante de esos boliches sabe que su cliente "no se va a sentir cómodo en esa zona"; y apuesta a que unos van a poner más resistencia que otros; pero que finalmente "se va a producir ese cambio".

Un recorrido por la Miguel Lillo le da la razón al titular del ente Tucumán Turismo. Un par de letreros en los que se puede leer "Se alquila" indican que hay gente que ha decidido irse del barrio. En cambio, en la misma cuadra, un par de pintores trepados a una escalera que pintan la fachada de un boliche muestran que hay propietarios dispuestos a reinventarse.

Racedo Aragón y la directora del Central Tucumano coinciden en que el cambio en el ex Abasto depende tanto del gobierno como de los privados y de otras instituciones. "Entre los planes, tenemos la idea de armar una feria de Antigüedades y una de artesanías, los sábados y domingos", proyecta el titular del Ente Tucumán Turismo. El tiempo dirá si el complejo Hilton-Central Argentino logra consolidar en el Abasto un nuevo circuito - el primero en décadas -para la ciudad de Tucumán.

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