Sabina bajó en pijamas al bar del hotel

Sabina bajó en pijamas al bar del hotel

El trovador se sacudió la adrenalina del recital tomando unas copas con los mozos. Pocas ganas de irse. Por Juan José Concha Martínez y Facundo Pereyra. Videos e imágenes.

HOTEL, DULCE HOTEL. Sabina se relajó, tomó una copa y charló con los empleados. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO HOTEL, DULCE HOTEL. Sabina se relajó, tomó una copa y charló con los empleados. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
18 Marzo 2011

Sabinizados, arropados, envueltos por sus letras y canciones amanecimos todos los que estuvimos con él en el recital. Muchos necesitábamos hablar, comentar, compartir, convencer lo que nos caló en el corazón y en el ánimo la presencia de Joaquín. Del murmullo y el abanico de emociones de la noche a la serenidad de la mañana. Esas horas sirvieron para terminar de asumir que habíamos asistido a una noche mágica.

El gran amigo de toda la vida, al que esperábamos desde hace años, estuvo con nosotros y nos entregó lo mejor y bueno de su historia, poética y musical. "Tiramisú de limón" fue sólo la excusa que planteó para recordar todo su repertorio, como el que le cantó a esa conquista fabulosa en ..."y nos dieron las diez". Sabina, el mismo de siempre, con su voz más gastada pero acomodada a los tonos que impuso su formidable banda, pasó con gloria y buen gusto.

Para muchos que lo conocimos de antes, fue un reencuentro con el muchacho que universalizó Madrid desde fines de los 70. Para otros tantos, fue el redescubrimiento de un artista, de un héroe, de un amigo, del tipo en el que querríamos reconocernos al menos por un ratito. El todavía estaba hoy por aquí, acaso con pocas ganas de irse. Igual que nosotros que hubiéramos querido que ese encuentro no finalizara nunca anoche.

Las copas que esquivó durante sus primeras 48 horas en Tucumán, pudieron circular por la barra del hotel en el que está alojado. El cantautor español decidió quedarse en la provincia después del impactante recital que brindó anoche. Después del show, Joaquín fue directamente al hotel. Se bañó y cenó con su compañera Jimena en el cuarto 606. Luego bajó solo al bar del hotel, vestido con pijamas...

Bebió esas copas acompañado por el personal de seguridad y empleados del hotel. Charló con ellos, habló con alegría y soltura sobre esas dos horas y media de canciones que había entregado, conoció Tucumán en boca de quienes impedían que el vaso quedara vacío, y luego se fue a dormir. Le cambiaron los pasajes para esta noche, aunque cabía la posibilidad de que finalmente se vaya mañana. "Se quedó con ganas de conocer un poco, así que tal vez haga una salida", comentaron en su entorno.

Los músicos, los técnicos y casi todo el staff que viaja con él volaron por la mañana, a las 10.30, rumbo a Buenos Aires para ir luego a Bahía Blanca, donde actuarán mañana. Todos se fueron muy contentos, felices con la respuesta del público tucumano y la atención recibida. Pancho Varona, uno de los guitarristas, dejó sus agradables impresiones en la red Twitter.

A la madrugada, cuatro camiones cargados con la escenografía, las luces y el sonido, partieron raudamente hacia la ciudad del sur bonaerense para tener todo listo. Otros tres camiones saldrán a la tarde, con el escenario, hacia Mar del Plata, donde se dará el siguiente show. LA GACETA ©

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