Cambia, ¿todo cambia?

Cambia, ¿todo cambia?

En un año que estará signado por las elecciones, el Gobierno debería poner especial énfasis en darle respuesta al ciudadano acerca de la inseguridad.

"La necedad es la madre de todos los males"

Marco Tulio Cicerón


Pocas personas pueden saberlo mejor que él. Se le puede criticar muchas cosas de su gestión, pero no reconocer que es un hombre que camina. Por más que en sus diarias recorridas esté rodeado de punteros y de guardaespaldas, el clamor popular no puede pasarle por arriba. Barrio o ciudad donde vaya, alguien, seguramente, le recordará que aún no pudo con la inseguridad. Que hay más trabajo y más pavimento, pero que los delincuentes siguen paseándose por el "Jardín de la República". Si desde hace siete años gobierna la provincia, y aspira a estar otros cuatro en el sillón de Lucas Córdoba, ¿ordenará algún cambio operativo en un período electoral?

Cuando asumió la gobernación en 2003, Alperovich dejó su primera frase sobre la inseguridad, que ya en ese momento estaba descontrolada: "hay que meter presos a 500 delincuentes y la cosa va a mejorar". La idea tuvo respuestas contradictorias: en estos siete años se detuvo a miles de personas (sólo en 2010, únicamente la Dirección General de Drogas Peligrosas arrestó a unos 500 sospechosos) pero la seguridad no mejoró.

Giuliani, Lula y Genro

En materia de criminalidad nadie tiene la plena verdad. Es difícil importar un sistema que fue efectivo en otro estado o en otro país, ya que cada provincia tiene su propio contexto social. Muchos sueñan con implementar en Tucumán lo que se llamó "Estrategia Policíaca Número Cinco", más conocida como "Tolerancia Cero" y que llevó al alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, a ser uno de los políticos más conocidos del mundo. Sin embargo, mucho más cerca y más acorde con la geografía y con la realidad, Lula se retiró a principios de año del gobierno de Brasil con un altísimo índice de adhesión. Desde su llegada al poder puso en marcha el Programa Nacional de Seguridad Pública con Ciudadanía (Pronasci), en el que se invirtieron 3.350 millones de dólares. ¿Y en qué consistía? El programa articula políticas de seguridad con acciones sociales, priorizando la prevención. Busca atender las causas que llevan a la violencia, sin olvidar las estrategias calificadas en represión. Es un proyecto de ocupación territorial. Tarso Genro, el creador del sistema, lo explicó así en una entrevista con página 12: "El sistema anterior era entrar, matar y salir. El nuevo sistema consiste en que el Estado entre, permanezca y se vincule profundamente a la comunidad mediante programas sociales, inversiones en infraestructura, educación y urbanización. O sea: ocupación de territorio, acciones policiales de alto nivel, permanencia de la policía y profundización de los programas sociales para jóvenes".

Para esto se conjugaron varios factores. Los policías en Brasil reciben una beca de capacitación que conlleva un aumento del 40% del salario cuanto más se preparen. También trabajan con lo que llaman "Madres de la paz", mujeres entrenadas por el Estado que identifican a jóvenes en situación de riesgo para incluirlos en los programas sociales, educacionales y de formación profesional. ¿A Alperovich le dice algo la identificación de "Madres de la esperanza?

Reactivos

¿Qué sucede en Tucumán? Tenemos una Policía netamente reactiva. Se espera a que el delito suceda y después, en masa, salen a buscar al autor. A veces, y dependiendo del caso, tienen suerte. La imagen más patente de esto son los $30 millones que se usan de la Nación con el sistema de cámaras. "Gran Hermano" aún no amortizó ni un peso de lo que costó. Es más, aún hoy están tratando de buscar el rostro de los delincuentes que se burlaron de la vigilancia entrando por el techo del museo de Arte Sacro, a metros del Centro de Control. No hay planes a largo plazo, los mapas del delito no sirven y lo único que se hace es incorporar agentes que sepan perseguir. De prevenir (esa palabra que implica mucho más que una acción policial y en la que deberían intervenir con profundidad los ministerios de Economía, Desarrollo Social, Salud, Educación, Interior, la secretaría de Planeamiento y la de Obras Públicas, entre otras), ni se habla. Tal vez sea cuestión de celos, tal vez de planificación. Lo cierto es que a nadie se le ocurre un plan mancomunado y la Seguridad sigue siendo tarea de un ministerio.

Desde hace casi tres meses, la edición dominical de LA GACETA contiene visitas a distintas ciudades de la provincia. Con la premisa de que los vecinos relatan los problemas que sufren, se entrevistó a ciudadanos de Tafí Viejo, Aguilares, Alderetes, Bella Vista, Famaillá, La Talitas, Lules, Simoca, Monteros, Burruyacú y La Cocha. Y a pesar de las distancias y de las diferencias, el reclamo fue unánime: la insoportable inseguridad que viven. Desde el simple robo de ropa de la soga, hasta los asaltos a mano armada. Todos tienen algo para decir y quejarse, pero el delito está por encima de todo. Si el gobernador camina tanto, las notas de LA GACETA no deben sorprenderlo. Debe estar al tanto de lo que quiere la gente. Pero, ¿y entonces? No se visualiza ningún cambio de estrategia para 2011. Aún falta implementar el 80% de las cámaras. Para muchos funcionarios, todo está bien. Así como están las cosas, no hay que cambiar. Y así le dan la razón a lo que advertía Voltaire: "decimos una necedad y a fuerza de repetirla, acabamos creyéndola".

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