El sedentarismo y la mala alimentación

El sedentarismo y la mala alimentación

06 Septiembre 2010
El tabaquismo, el sedentarismo y la mala alimentación figuran entre los males de nuestro tiempo que atentan contra la salud de los argentinos. Poco ha variado esta realidad en los últimos años. Casi a fines de 2008, el Ministerio de Salud de la Nación dio a conocer los resultados de la "Encuesta nacional de factores de riesgo" que señalaba que uno de cada dos argentinos aumentaba su riesgo cardiovascular por el solo hecho de alimentarse mal. Se indicaba que atentaban contra la calidad de vida el consumo excesivo de sal, la preferencia por alimentos ricos en grasas, la poca ingesta de frutas y verduras, el hábito de fumar y la falta de actividad física. Estos "ingredientes" aumentaban las posibilidades de sufrir hipertensión, colesterol alto o diabetes y de padecer un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV).

El informe señalaba que el 45 % de los argentinos agregaba sal a las comidas, mientras el 35 % consumía pocas raciones de frutas y verduras. Esta alimentación tenía incidencia en las arterias y predisponía el desarrollo de colesterol elevado (responsable del 20% de los cuadros de enfermedad coronaria y cerebrovascular) e hipertensión.

Hace una semana se dieron a conocer los datos preliminares de la encuesta efectuada en 2009, referido a Tucumán. El relevamiento que se realizó entre 35.000 personas en todo el país, indicó que más de la mitad de los tucumanos tiene problemas de peso. En 2005 el sobrepeso ascendía al 34% de la población, mientras que pasó en 2009 al 38,5%; la obesidad aumentó de un 17% a casi el 20%, mientras la diabetes que afectaba al 7% de los mayores de 18 años subió al 10%. En lo que a hipertensión se refiere, esta afecta a casi el 39% de los adultos y el colesterol al 35%.

Entre los datos que pueden considerarse positivos sobre Tucumán, hubo un descenso de fumadores adultos (del 34% al 31%), así como del porcentaje de comprovincianos expuestos al humo ajeno (del 59% al 49,3%). Sin embargo, los especialistas afirman que si bien una parte de los mayores dejó de fumar, se produjo un incremento del consumo de tabaco en los adolescentes y jóvenes. Por otro lado, el 42% de los tucumanos casi no tiene actividad física y aunque la cifra es menor al 55% de la media nacional, no deja de preocupar.

El subsecretario provincial de Salud señaló: "lo bueno y a la vez preocupante de estas enfermedades es que en un altísimo porcentaje (el 70%) son prevenibles. Se sabe que hasta el 80% de las enfermedades cardiovasculares podrían evitarse si se atacaran con acciones dirigidas al control de tabaco, combatir el sedentarismo y la alimentación inadecuada".

Desde hace un tiempo, el Siprosa viene efectuando tareas de detección y prevención de enfermedades no transmisibles en los CAPS y en los hospitales, impulsa campañas de concientización sobre hábitos saludables en escuelas y coordina la actividad física gratuita todos los días en cinco plazas de la ciudad. "Recomendamos los quioscos saludables en las escuelas, pero a veces no tiene sentido si los padres no les enseñan a los hijos a elegir los alimentos sanos", señaló el subsecretario.

Hace ya unos años en el ciclo medio se dictaba la asignatura Higiene, en la que se brindaban consejos no sólo sobre el aseo sino también sobre la alimentación. Se podría introducir esta materia en la primaria y reflotarla en la secundaria. Tal vez los ministerios de Salud y de Educación podrían trabajar conjuntamente en el diseño de programas educativos que se sostengan en el tiempo y que sean elaborados o dictados por especialistas. Se podrían dictar charlas sobre la alimentación en centros vecinales, empresas privadas, en la administración pública, y distribuir, por ejemplo, recetas de comidas saludables. Tal vez atacando el problema por varios flancos mejore la salud de la población.

El informe señalaba que el 45 % de los argentinos agregaba sal a las comidas, mientras el 35 % consumía pocas raciones de frutas y verduras. Esta alimentación tenía incidencia en las arterias y predisponía el desarrollo de colesterol elevado (responsable del 20% de los cuadros de enfermedad coronaria y cerebrovascular) e hipertensión.

Hace una semana se dieron a conocer los datos preliminares de la encuesta efectuada en 2009, referido a Tucumán. El relevamiento que se realizó entre 35.000 personas en todo el país, indicó que más de la mitad de los tucumanos tiene problemas de peso. En 2005 el sobrepeso ascendía al 34% de la población, mientras que pasó en 2009 al 38,5%; la obesidad aumentó de un 17% a casi el 20%, mientras la diabetes que afectaba al 7% de los mayores de 18 años subió al 10%. En lo que a hipertensión se refiere, esta afecta a casi el 39% de los adultos y el colesterol al 35%.

Entre los datos que pueden considerarse positivos sobre Tucumán, hubo un descenso de fumadores adultos (del 34% al 31%), así como del porcentaje de comprovincianos expuestos al humo ajeno (del 59% al 49,3%). Sin embargo, los especialistas afirman que si bien una parte de los mayores dejó de fumar, se produjo un incremento del consumo de tabaco en los adolescentes y jóvenes. Por otro lado, el 42% de los tucumanos casi no tiene actividad física y aunque la cifra es menor al 55% de la media nacional, no deja de preocupar.

El subsecretario provincial de Salud señaló: "lo bueno y a la vez preocupante de estas enfermedades es que en un altísimo porcentaje (el 70%) son prevenibles. Se sabe que hasta el 80% de las enfermedades cardiovasculares podrían evitarse si se atacaran con acciones dirigidas al control de tabaco, combatir el sedentarismo y la alimentación inadecuada".

Desde hace un tiempo, el Siprosa viene efectuando tareas de detección y prevención de enfermedades no transmisibles en los CAPS y en los hospitales, impulsa campañas de concientización sobre hábitos saludables en escuelas y coordina la actividad física gratuita todos los días en cinco plazas de la ciudad. "Recomendamos los quioscos saludables en las escuelas, pero a veces no tiene sentido si los padres no les enseñan a los hijos a elegir los alimentos sanos", señaló el subsecretario.

Hace ya unos años en el ciclo medio se dictaba la asignatura Higiene, en la que se brindaban consejos no sólo sobre el aseo sino también sobre la alimentación. Se podría introducir esta materia en la primaria y reflotarla en la secundaria. Tal vez los ministerios de Salud y de Educación podrían trabajar conjuntamente en el diseño de programas educativos que se sostengan en el tiempo y que sean elaborados o dictados por especialistas. Se podrían dictar charlas sobre la alimentación en centros vecinales, empresas privadas, en la administración pública, y distribuir, por ejemplo, recetas de comidas saludables. Tal vez atacando el problema por varios flancos mejore la salud de la población.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios