El dj Gerardo Boscarino pasa sus días repartiéndose por diferentes partes del mundo (regresará a la ciudad de Murmansk, en Rusia en octubre, y posteriormente tocará en Canadá), entre extraños idiomas, hoteles cuatro estrellas, y comidas a las que no termina de acostumbrarse. De regreso de su gira, habló con LA GACETA.
"Hoy en día todos los estilos de música electrónica están muy fusionados, y el trabajo es más fácil. Pero cuando me contratan a nivel internacional lo hacen conociendo lo que hago, así que eso es lo que quieren que toque", afirma.
Caso contrario, ¿por qué la disco Calypso (Túnez) o Pilot Club (Rusia) no contratarían a un artista europeo, si les costaría mucho menos?; hasta se ahorrarían el traductor que las 24 horas le ponen a Boscarino a su disposición.
Trato
"No sé si el trato es como a un rockstar, no llega a tanto, seguro; pero el trato es muy bueno, te llevan y te traen, y si pedís algo, lo que sea, en general te lo consiguen", señala el dj, que, aunque lleva esta vida hace más de un año, no se puede acostumbrar a la comida de Túnez, "donde todo es pesado y picante". "La comida es uno de los aspectos que más me cuesta y suelo vivir con acidez cuando estoy de viaje", se queja.
Boscarino tiene su propio manager; es una agencia de management y booking; "es una forma de asegurarse de que alguien con experiencia se encargue del contrato, de dejar en claro todas las exigencias, reserva de pasajes y organizar bien la agenda", señala.-¿ En los diferentes lugares, ponés música distinta?
- Yo tengo un estilo marcado, el progressive-house, y cuando me contratan puedo darme el lujo de poner en todos lados lo mismo. De todos modos, cada lugar tiene sus gustos más marcados y uno trata de ir un poco para lo que le gusta a cada país. En Brasil, por ejemplo, incluyo más temas con voz en mis sets, pero en Bulgaria interesa más el deep-progressive, y me tiro más para ese lado.