Miles de hinchas invadieron Jujuy y vivieron una fiesta

Miles de hinchas invadieron Jujuy y vivieron una fiesta

Los fanáticos tucumanos estrenaron canciones y banderas. Video de un resumen del partido.

JUJUY FUE DECANO. LA GACETA / ENVIADO ESPECIAL FRANCO VERA JUJUY FUE DECANO. LA GACETA / ENVIADO ESPECIAL FRANCO VERA
12 Mayo 2008
SAN SALVADOR DE JUJUY (Enviado especial, Alfredo Aráoz).- Bienvenidos al after más largo del fin de semana. Atlético pasó por Jujuy, copó la tribuna sur con capacidad para 7.000 personas y metió otro millar en las plateas. Después de los bailes del sábado, muchos pasaron de largo. Algunos hicieron escala nocturna entre las chicas salteñas. Los que se quedaron, con el pelo desacomodado pero la camiseta limpia, le dieron una mañana distinta a la Estación Central. Con pasada obligatoria por el kiosco, algunas latas de cerveza y otros cartones de jugo llenaron el bolsito de ilusiones. En los colectivos, nadie vio la película. Y las señoras del piso de abajo se quejaron porque arriba retumbaba a puro tablón. La caravana por la ruta fue terrible. Las banderas, los toallones, las camisetas, todo servía para avisar que Atlético llegaba.
A ciencia cierta, se sabía que 5.000 personas viajarían con la entrada en la mano. La plaza principal fue un lugar de descanso. De árbol a árbol colgaban las banderas. El único restorán abierto se llenó. Los que no tenían para platos y cubiertos, le alegraron la vida a un señor que tuvo la brillante idea de no dormir la siesta y vender pan y fiambres. Otros ni se acordaban de la comida. "Vení, loco, filmanos", le decían, fernet de litro en mano, a un camarógrafo partidario. Lo mismo pasó con el enviado de la gaceta.com.ar, que registró todo desde que pisó el estadio. Ahí, en las adyacencias, todos corrían como si estuvieran acercándose al Monumental. Las muñecas soplaban besos a la cámara, con la pancita al aire, como en "Fútbol de Primera". Y las colas también eran impresionantes. "¡Meta, meta, che!", era el gritito clásico a los que venden las entradas sobre la hora.
Desbordados por la situación, muchos hinchas entraron con el partido empezado. De hecho, "La Inimitable" lo hizo con las banderas a los 20? y se ubicó abajo, en un codo. Se perdieron la recepción, bárbara, cuando el equipo salió y una montaña de papeles blancos flotó entre humos celestes. Del otro lado estaban los desalojados periqueños, inferiores en cantidad y en ingenio popular.
La hinchada de Atlético hizo de local y también ganó el duelo de principio a fin. El primer himno que se cantó fue uno nuevo, inspirado en la música de La Mosca y similar a la versión copera de San Lorenzo, dice así: "dale, dale, de; la hinchada está loca; voy a todos lados con vos, quiero verte campeón; yo te voy a alentar como todos los años; esta es la locura de mi corazón, mi pasión?"
En el segundo tiempo, ya con la banda en el medio, hubo gastada a los hinchas de Talleres: "oh, no tenés vergüenza, son locales, son 50", "trajeron el equipo, la hinchada dónde está", "y ya lo ve, somos locales otra vez" y "te querés matar, coya p?, te querés matar".
También hubo aplausos irónicos cuando cantaban "ponga huevo, expreso ponga huevo". Los plateístas tuvieron de punto a un local que cayó con una camiseta vieja de San Martín. "Sos mufa, andate", le gritaban. Para el final, lo mejor: el segundo gol de Hernández generó un "shhh" para pedir un minuto de silencio, pero no se cumplió. El deseo de cantar por el ascenso pudo más. Y, como no había pasado en el debut, sonó: "dale, deeee, que vamo? a salir campeones, que vamos a salir campeón" y "porque este año, de 25, salió el nuevo campeón". Sí, sí, señores, hubo fiesta después del baile.

Corazón decano
Doblete de Hernández. Fue la figura del partido. Le preguntaron si alguna vez había marcado dos goles. Como un pibe, frunció el ceño, miró para arriba y dijo: "no, no que me acuerde. Pero antes de Cipolletti fue la última vez que festejé". El sobrino de "Petete", tímido como contaba en la edición de ayer David Sánchez, ya empieza a soltarse también para las notas. En la que hizo como anuncio para LA GACETA, había contado que quería dedicarle un gol a la familia. "Me di con el gusto en el primer tiempo. Los encontré en la popular, pero no vi la bandera", destacó "Remolino.

Dirigentes, felices. No se les borraba la sonrisa de la cara. Habían asumido un riesgo al comprar 5.000 entradas para sacar a Talleres de Perico. "Si los dirigentes de Talleres nos pedían 6.000 entradas también se las comprábamos. Mirá toda la gente que vino. Esto no se ve en otros lados", dijo Mario Leito, titular del club.

Recuerdo que no voy a olvidar. Se borran fotos de la familia y alguno que otro contacto. Todo para que la tarjeta de memoria del celular siga registrando momentos de la campaña. A la noche de las bengalas contra La Florida, se le sumaron los recibimientos contra Cipolletti y el de ayer. Además, muchos hinchas aprovecharon el entretiempo para sacarse fotos entre tantas camisetas "decanas". Una vez que el partido estaba definido, un grupo de plateístas recurrió a sus celulares para saber cómo iba Cipolletti-Sunchales. La mayoría se fue creyendo que habían empatado 4 a 4.

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