Falú colmó el Alberdi con sus milongas y sus zambas

Falú colmó el Alberdi con sus milongas y sus zambas

El público lo aplaudió de pie cuando le dedicó una pieza a Favaloro. El compositor recibió una distinción de la UNT.

UN MAESTRO. Más de 700 personas aplaudieron a Eduardo Falú, quien recibió un merecido homenaje de la UNT, como personalidad destacada. UN MAESTRO. Más de 700 personas aplaudieron a Eduardo Falú, quien recibió un merecido homenaje de la UNT, como personalidad destacada.
24 Julio 2005
Cuando interpretó "El agradecido", un bailecito dedicado al doctor René Favaloro, y cantó "me sacó la muerte de mi pecho", y "piensa René Favaloro un país que nunca fue...", Eduardo Falú se ganó los mayores aplausos de la noche en el teatro Alberdi.
La sala del teatro resultó pequeña para la gran cantidad de público que asistió; más de 700 personas se repartieron entre las butacas, las sillas, los palcos y dos banquetas que se instalaron en el hall de entrada, donde muchos jóvenes seguían la transmisión en vivo del espectáculo. El perfil de los espectadores estaba constituido mayoritariamente por adultos, pero los jóvenes no faltaron a la cita con el folclore tradicional. Durante el show, que se extendió por un poco más de una hora y media, Falú modificó el programa previsto inicialmente y permaneció indiferente a los pedidos de la platea.

Con la orquesta
El recital arrancó con la "Suite Argentina", una obra que compuso en 1986 con arreglos de Oscar Cardozo Ocampo, con carnavalito, misachico, bailecito, zamba, estilo y malambo. Más allá de algunas desafinaciones (violines y corno) en la formación de cámara que dirigió Roberto Buffo, se pudo disfrutar de una de las obras que ya forma parte del repertorio de los guitarristas del género clásico. "Me pareció alucinante el trabajo, pero por lo que es la obra en sí misma", opinó Lucho Hoyos.

Entre anécdotas
Luego de un largo intervalo -que Falú aprovechó para degustar un té, entre bambalinas-, llegó el turno solista del maestro. Con una escenografía distinta, que creaba un clima más personal y cálido, se despachó con una decena de temas, sin abandonar su antigua costumbre de contar las anécdotas que rodearon a cada una de las composiciones y hablando siempre en plural, mencionando a los poetas.
La primera milonga fue un homenaje a Jorge Luis Borges, "Borgeana"; y después vinieron la canción "Alabanza del platero"; la cueca "El rienda suelta"; la zamba "Tejedora belenista" y la zamba "Quisiera ser alfarero".
Cuando terminó "Tiempo de partir" ("...el rigor del invierno justifica el ansia de la primavera...", dice uno de sus versos), la Universidad Nacional de Tucumán, a través del rector Mario Marigliano le entregó la distinción de "Personalidad destacada de la cultura". "Uno no sabe si tiene merecimientos para recibir estas cosas", respondió el guitarrista con humildad, pero inmediatamente instó a defender la identidad "frente a la invasión de otras culturas". "No soy chauvinista", aclaró. Y agregó: "sabemos que se conquista un pueblo reemplazando su cultura, y sin disparar un solo tiro".
Para el final, Marigliano se permitió pedirle un tema, y Falú optó por interpretar "Tonada de un viejo amor". En una conversación con LA GACETA, el miércoles, Falú se había sorprendido porque esa canción, "ahora se ha puesto de moda nuevamente".
El público de pie pedía un bis, pero poco antes de la medianoche el telón se corrió.

ENTRE BAMBALINAS
PRECALENTAMIENTO.- Eduardo Falú llegó al teatro Alberdi a las 21. Se encerró en el camarín, y hasta momentos previos del inicio del recital, no dejó de trabajar en la guitarra para calentar los dedos.

AFINACION.- Las relaciones entre el maestro y la formación orquestal no fueron del todo calmas durante los ensayos. Cuando el director Roberto Buffo le pidió que levantara la afinación de su guitarra, Falú le respondió que, en todo caso, él hiciera bajar la de la agrupación, integrada por 15 instrumentistas. No se lo pudo contradecir.

SILLA ESPECIAL.- Los técnicos del teatro tuvieron que construir una silla especial. Debido a la gran estatura de Falú debieron hacer una adaptación especial.

DELEITE.- "Es uno de los espectáculos más lindos que tuvo el Julio Cultural. Escucharlo a Falú es un deleite, no únicamente porque me gusta el folclore, sino porque fue uno de los fundadores de esta música, y sigue demostrando que es el maestro indiscutible de todos. Sobre la orquesta no deseo opinar", dijo María Elena Riquelme, cuando concluyó la primera parte. Juan Carlos Hernández afirmó que la "Tonada de un viejo amor" le trajo mucha nostalgia. "Es de mi época", aseguró.

AUTOGRAFO.- Eduardo Falú contó que René Favaloro le practicó una cirugía. Y jocosamente reveló que le había pedido que le dejara un autógrafo en la válvula que reemplazaría en su corazón. El bailecito "El agradecido" lo compuso para él y se lo entregó en 1998 en un recital en el Luna Park. Los espectadores aplaudieron la ocurrencia.

NERVIOS.- La del viernes por la noche fue una jornada tensa para los técnicos y los músicos. Hubo cables equivocadamente enchufados, instrumentistas que desafinaron y desavenencias varias. La entrega de la distinción, por ejemplo, había sido prevista 15 minutos antes de cuando se hizo efectivamente.

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