La intervención de Bielorrusia logró frenar “la masacre entre rusos”

La intervención de Bielorrusia logró frenar “la masacre entre rusos”

Los mercenarios que desafiaron a Putin se replegaron hacia el oeste. Acuerdo a cambio de seguridad para los rebeldes.

INTIMIDANTES. Los combatientes del grupo Wagner sacaron los tanques a la calle en la ciudad de Rostov. INTIMIDANTES. Los combatientes del grupo Wagner sacaron los tanques a la calle en la ciudad de Rostov.
26 Junio 2023

ROSTOV DEL DON/VORÓNEZH, Rusia.- La invasión rusa de Ucrania vivió un inesperado giro que pudo conducir a un choque irreversible entre militares rusos, después neutralizado.

Los mercenarios rusos que desafiaron al presidente Vladimir Putin se replegaron hacia el oeste, luego de la intervención del atribuida al presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko.

Tras poner fin a su motín, los combatientes del grupo Wagner regresaron a sus bases a cambio de garantías de seguridad. Su líder, Yevgeny Prigozhin, se traslada a Bielorrusia en virtud del acuerdo alcanzado con la mediación del presidente bielorruso, que es un aliado de Putin.

Lukashenko logró así paralizar lo que hubiese podido desembocar en una guerra civil entre facciones militares rusas tras el motín anunciado por el jefe del grupo Wagner contra el ejército regular ruso a las órdenes del jefe de Estado Mayor, Valery Gerasimov, y el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.

La versión del líder de Wagner y del Kremlin es que la mediación de Lukashenko, tras conversar con Putin y Prigozhin, logró impedir “una matanza sangrienta en territorio ruso”.

Las divergencias entre el comandante del ejército privado y los mandos militares del gobierno, aireadas en forma de crecientes amenazas por parte de Prigozhin en los últimos meses, acabaron derivando primero en un motín militar anunciado en Telegram y después, en pocas horas, en un enfrentamiento armado que desafiaba directamente a la cúpula del poder y a Putin.

Los mercenarios rusos se retiraron de la ciudad meridional rusa de Rostov durante la noche, en virtud de un acuerdo que detuvo su rápido avance sobre Moscú, pero dejó muchos interrogantes acerca de cuánto control mantiene Putin sobre país.

Aún así, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, sugirió que la agitación en Rusia podría no haber terminado y que tardaría meses en resolverse, mientras que el Ministro de Asuntos Exteriores de Italia dijo que se hizo añicos el “mito” de la unidad rusa.

Putin no hizo comentarios públicos desde que se alcanzó el acuerdo para desescalar la crisis. La televisión estatal difundió ayer extractos de una entrevista en la que Putin afirmaba que estaba dando la máxima prioridad al conflicto de Ucrania. Sin embargo, la entrevista parecía haber sido grabada antes del motín y no hacía ninguna referencia a los acontecimientos del sábado.

La televisión estatal también dijo que Putin asistiría a una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia la próxima semana.

Prigozhin, de 62 años, fue visto abandonando el cuartel general del distrito de Rostov -a cientos de kilómetros al sur de Moscú- a última hora del sábado en un vehículo utilitario deportivo. Ayer se desconocía su paradero, aunque las versiones indicaban que se había retirado a Bielorrusia.

El antiguo aliado de Putin y ex convicto, cuyas fuerzas han librado las batallas más sangrientas de los 16 meses de guerra en Ucrania, dijo que su decisión de avanzar sobre Moscú tenía por objeto destituir a los mandos rusos “corruptos e incompetentes” a los que culpa de haber estropeado la guerra.

“Grietas” en la fachada

Los líderes occidentales han expresado preocupación por la agitación en Rusia, que posee el mayor arsenal nuclear del mundo. “Hemos visto surgir más grietas en la fachada rusa. Es demasiado pronto para decir hacia dónde van y cuándo llegarán. Pero ciertamente, tenemos todo tipo de nuevas preguntas que Putin va a tener que abordar en las próximas semanas y meses”, dijo Blinken en una entrevista.

Añadió que Estados Unidos sigue centrado en ayudar “resuelta e implacablemente” a Ucrania a defenderse y recuperar el territorio invadido por Rusia.

China, aliado clave de Putin, no hizo referencias públicas a la agitación hasta que ayer, tras conversaciones con un diplomático ruso en Pekín, señaló que apoya los esfuerzos de Rusia para mantener su estabilidad nacional.

Tras tomar Rostov -principal centro logístico de retaguardia de la invasión rusa de Ucrania-, los mercenarios recorrieron cientos de kilómetros hacia el norte, en lo que Prigozhin denominó una “marcha por la justicia”, en tanques y camiones blindados y rompiendo barricadas.

Los videos compartidos en las redes sociales desde Rostov mostraban a los mercenarios retirándose en una caravana de vehículos blindados, tanques y autobuses al son de vítores, cánticos de “Wagner” y disparos de celebración de los residentes.

Las muestras de apoyo a la efímera insurrección fueron sorprendentes en un país cada vez más intolerante con las críticas a Putin. “Fue aterrador. Todo el mundo se alegra de que no haya ocurrido un enfrentamiento armado”, dijo un residente de Moscú. Hoy fue declarado día no laborable en la capital rusa para dar tiempo a que se calmen los ánimos. (Reuters)

No habrá represalias contra Wagner por el amotinamiento

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que, en virtud del acuerdo negociado a última hora del sábado, se retiraría la causa penal abierta contra Yevgeny Prigozhin por amotinamiento. Aseguró que Prigozhin se trasladaría a Bielorrusia y que los combatientes de Wagner que se unieron a su causa no se enfrentarían a ninguna acción, en reconocimiento a su anterior servicio a Rusia. Peskov dijo que el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, se ofreció a mediar, con la aprobación de Putin, porque conoce a Prigozhin desde hacía 20 años.

En un discurso televisado durante la crisis del sábado, Putin dijo que la rebelión ponía en peligro la existencia misma de Rusia, prometiendo castigar a los que estaban detrás de la revuelta y estableciendo paralelismos con el caos de 1917 que había llevado a la revolución bolchevique.

Prigozhin lleva meses acusando al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, de incompetentes y de haberle negado armas cuando sus combatientes luchaban por tomar Bajmut.

Wagner, cuyos hombres en Ucrania incluyen a miles de ex presos reclutados en cárceles rusas, es un negocio internacional, con intereses mineros y combatientes en África y Medio Oriente.

Este mes, Prigozhin desafió las órdenes de firmar un contrato que ponía a sus tropas bajo el mando del Ministerio de Defensa.

Inició la rebelión el viernes tras denunciar que los militares habían matado a algunos de sus hombres en un ataque aéreo. El Ministerio de Defensa lo negó.

La revuelta se produjo a pocas semanas del inicio de la contraofensiva más fuerte de Ucrania desde la invasión de Moscú en febrero del año pasado. (Reuters)

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