19 Mayo 2023
Sobre el filo del acto electoral, la cautelar de la CSJN postergó abruptamente la renovación de cargos electivos en la provincia. Una vez más, ya casi una costumbre, Tucumán fue mala noticia en toda la prensa nacional. La Corte provincial, que había validado la candidatura de Juan Manzur, quedó descolocada con el fallo del máximo tribunal de la Nación. Esta simple medida dejó al descubierto una serie de graves irregularidades, ya casi naturalizadas en la provincia, a saber: la principal, la candidatura del Gobernador por quinta vez consecutiva en la fórmula gubernamental, en abierta contradicción con nuestra carta magna provincial. Además: el adelantamiento por cuatro meses antes de la votación que debía realizarse en agosto venidero y el notorio perjuicio por la onerosa reimpresión de millones de votos, costo imposible de afrontar para casi todas las expresiones políticas, salvo, claro, para la abultada billetera oficialista. Por último, la incertidumbre a la cual se somete al electorado provincial, angustiosamente ocupado en sobrevivir a la pavorosa crisis económica que atravesamos. Las altisonantes y soberbias declaraciones posteriores del oficialismo nos hacen preguntar: ¿solamente un poder supremo de la Nación puede poner freno a la inagotable ambición personal de estos personajes? ¿Si están absolutamente seguros de ganar, como lo proclaman a los cuatro vientos, por qué no nos ahorraron toda esta novela y votábamos en agosto como dice la ley? ¿Pueden explicarnos el sinsentido de elegir autoridades en mayo que recién asumirán en diciembre? Considerando que quedan tres posibles votaciones nacionales, más esta, ¿en qué momento se van a ocupar de solucionar los gravísimos problemas de todo tipo que sufrimos los tucumanos? La desmedida ambición del gobernador por perpetuarse en el poder chocó contra el muro de los poderes republicanos, por suerte para los ciudadanos respetuosos de los mandatos constitucionales. Que sirva de lección para toda la dirigencia que participará en la próxima contienda electoral.
Ricardo A. Rearte
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