Guía para entender la ruptura en Juntos por el Cambio

Guía para entender la ruptura en Juntos por el Cambio

REFERENTES DE JXC. Germán Alfaro, del PJS, y Roberto Sánchez, de la UCR. REFERENTES DE JXC. Germán Alfaro, del PJS, y Roberto Sánchez, de la UCR.

Las internas en Juntos por el Cambio (JxC) por las presidenciales tienen su correlato en el interior. Las pujas en Buenos Aires se derraman hacia los distritos que tienen un relativo peso electoral en el mapa de votantes. En las distintas provincias hay actores locales que ya descartaron la intercesión de las cabezas de la mesa nacional para resolver los asuntos domésticos. A la luz de los acontecimientos de esta semana, Tucumán parece ser una de ellos. Pero hay tres factores de diferencia sustanciales entre el escenario nacional y el tucumano: el tiempo (las elecciones federales son en agosto y octubre); un sistema de internas para dirimir candidaturas (las PASO) y, sobre todo, las perspectivas claras de un triunfo.

En Tucumán, los comicios provinciales son en menos de 70 días y mañana, a las 20, vence el plazo para anotar los frentes y alianzas; las vías que quedaron para definir postulantes son las encuestas o un acuerdo y los sondeos propios y ajenos ubican mejor al candidato del PJ para la gobernación, Osvaldo Jaldo.

Las elecciones intermedias de 2021 habían consagrado a Germán Alfaro y Roberto Sánchez como los líderes cambiemistas. El siguiente paso era construir la unidad y eso es precisamente lo que no sucedió. El intendente capitalino y el diputado fueron armándose en paralelo con la mirada puesta en 2023, con la idea de medir fuerzas más adelante. Los desencuentros, las -contadas- citas sin buenos resultados y los dimes y diretes marcaron el vínculo. Las diferencias en los temperamentos y en la manera de concebir la política de ambos, sumado a los entornos, parecen haber entorpecido el camino.

Hay actores que se entusiasmaron con la unión y que la siguen pregonando. Otros, que dicen ser más realistas, sostienen que siempre supieron que era una empresa complicada y que este es uno de los momentos de mayor distancia. A contrarreloj, las posibilidades se agotan. Al menos hasta el cierre de este artículo, el que solía ser el sector mayoritario de la oposición marchaba hacia el quiebre. Aún con el panorama negro, desde las dos ramas advierten que estos serán días de conversaciones y que nada está definido aún.

Aunque hay horas para avanzar, hay pocos indicios de que pueda haber acuerdo. Las desavenencias por la conformación de la fórmula hacen que parezca casi imposible la integración de un solo frente. Con base en información de dirigentes, hay algunas cuestiones clave para tratar de entender en qué instancia está JxC hoy.

1- Alfaro y Sánchez: ¿van juntos o separados?

Es la pregunta del millón. Alfaro quiere ser candidato a gobernador y Sánchez quiere ser candidato a gobernador. Hasta ayer, los protagonistas no se habrían movido ni un ápice de esa afirmación. Sus cercanos sostienen que uno y otro tienen los números y distintas características para encabezar. Los dos saben que ponen mucho en juego para el presente y el futuro.

De acuerdo con diversos testimonios, el año pasado la dupla habría llegado a un acuerdo político mínimo que habría incluído la no agresión directa; la presentación de postulantes en la intendencia del otro (Capital y Concepción) y la no inscripción de frentes por separado, entre otros términos. Este pacto se habría quebrado gradualmente y se señalan mutuamente como responsables. La desconfianza es total.

Los últimos capítulos conocidos de estos entuertos fueron cuando Sánchez inscribió el frente Juntos por el Cambio mientras Alfaro protagonizaba su acto de lanzamiento. En estos días, el líder del PJS viajó a Buenos Aires para supuestamente reunirse con Sánchez y sus referentes Gerardo Morales y Horacio Rodriguez Larreta. El encuentro no se produjo. En el Municipio dicen que los desairaron una vez más y que el diputado se volvió antes. En la UCR desmienten con énfasis que haya habido una cita acordada. De hecho, aseguran que Sánchez no sabía del encuentro.

En el radicalismo dicen que el rival pretendía patear la resolución de la fórmula hasta abril, que querría ser impuesto por el “dedo” de la mesa nacional y que eso es inadmisible porque la campaña apremia. En el alfarismo aseguran que los radicales son aliados poco confiables que no habrían cumplido con la palabra y que no respetan el derecho del jefe municipal de elegir su candidato a la intendencia.

La última propuesta de la UCR habría surgido de un almuerzo el viernes entre sus máximos representantes tucumanos. Trascendió que era ofrecer a Alfaro la vicegobernación y la Capital, lo mismo que en otras oportunidades. La postura del alfarismo la sabían de antemano porque ya dijeron que no antes. Entonces, la respuesta por ahora es: irían separados por estos y otros motivos.

2- ¿Existe Juntos por el Cambio?

En los hechos, desde 2021 y hasta hoy el armado está escindido en dos grandes grupos y con aliados que fluctúan entre uno y otro. En los papeles, JxC es el frente que anotó Sánchez en la Junta Electoral Provincial (JEP). El intervenido PRO intentó, sin éxito, impedir que el sello quedara en manos sanchistas. Es decir que, jurídicamente, el frente se encamina a existir y está constituído por la UCR y por Propuesta Ciudadana (un partido afín a Sánchez del legislador Paulo Ternavasio) y la adhesión de la Coalición Cívica.

La saga de desencuentros sigue. La UCR afirma que el resto de los partidos cambiemistas, incluido el PJS, pueden sumarse. El PJS sostiene que no fue invitado a hacerlo y que ni siquiera le facilitaron el acta de constitución.

Hay un condimento más: diversas fuentes confiaron que aliados al alfarismo habrían anotado una alianza denominada “Juntos para Cambiar Tucumán”. Ergo, conviven dos JxC en cuanto a las siglas identificatorias.

Este armado estaría integrado por los partidos De las Ciudades en Acción, de Daniel Coronel, y Compromiso Ciudadano Independiente, de María Teresa Arias. Referentes del PJS negaron que se haya inscripto aún una alternativa similar a la que efectuó la UCR, porque seguirán apostando a la unidad hasta último momento. De todas maneras, contarían con alrededor de ocho partidos en orden como para tomar una iniciativa de este tipo si es que no se llega a un convenio.

El valor del sello Juntos por el Cambio es sustancial. Sucede que en todas las líneas saben que quien use esa marca captará el voto de los ciudadanos que adhieren a esa alianza nacional. Cuentan con sondeos que respaldan que parte del electorado ya no se inclina sólo por los nombres de los candidatos sino más bien por las marcas.

3- ¿Qué falló hasta aquí?

La dirigencia es muy crítica y autocrítica. En general, afirman que por diversos motivos sus dos referentes no pudieron hacer que primara el interés general por sobre los personales. Apuntan a los entornos inmediatos. No pudieron capitalizar los buenos vientos de 2021 ni contener a sus propias filas, dicen. Todos reconocen que el PJS, de raigambre justicialista, cuenta con un elemento ordenador y ventajoso para estas cuestiones y del que en la vereda del frente carecen: el verticalismo. Aunque las decisiones de Alfaro se acatan, naturalmente no siempre conforman a todos. La UCR, en tanto, si bien dio signos de ordenarse, apenas pudo superar sus propias internas. Sin contar que hay radicales que están trabajando tanto en el Municipio como en el Gobierno provincial. La conclusión general es que divididos todos pierden. Consideran, en concreto, que fallaron los líderes y que faltó diálogo.

4- Ya no hay tiempo para un acuerdo ¿o si?

Una verdad de perogrullo en todas las vertientes es que por separado ninguno puede ganar la Provincia. Si la división se concreta, el asunto bajo análisis pasaría a ser cómo perder menos o cómo salvar bancas e intendencias. La dirigencia se lamenta por esta posibilidad. Oficialmente hay tiempo hasta mañana a las 20 para las alianzas, pero esto no implica que no pueda haber una fórmula de unidad ¿Cómo? Luego de la inscripción cualquier frente puede bajarse. Si es que Alfaro y Sánchez acuerdan, pueden anotarse luego juntos porque el plazo estipulado para las listas de candidatos es el 12 de abril. Por ende, hay una ventana temporal para negociar. Consignaron que hubo conversaciones todo el fin de semana, pero aparentemente sin avances. Durante la tarde de ayer trascendió que el propio ex presidente Mauricio Macri llamaría a Sánchez para conversar. En el sanchismo estaban esperando la comunicación, pero afirmaron que hasta el cierre de esta edición no se había concretado.

5- ¿Qué pasa con los otros aliados?

Uno de los grandes interrogantes es qué pasará con el PRO, partido medular de JxC nacional. La agrupación pasa por una situación especial en Tucumán, porque fue recientemente intervenida; porque se judicializó en diciembre el llamado a elecciones internas para definir candidatos y porque la JEP rechazó la impugnación que los interventores hicieron al uso del nombre JxC por parte del radicalismo. Hasta ayer continuaban analizando la situación y no se había decidido la adhesión al sanchismo o al alfarismo. De todas maneras, en la última contienda una parte importante trabajó con Alfaro. La dirigencia local, que está atomizada entre ambos espacios, lamentó la inacción nacional.

La otra duda es que hará CREO, el partido de Sebastián Murga, hasta aquí candidato a vicegobernador de Sánchez. Esta fórmula se mantenía hasta ayer. El ruralista ofreció su renuncia tres veces en pos de la unidad y aseguran entre sus allegados que no tendría problemas en hacerlo nuevamente pero de manera definitiva. En las bases de la agrupación hay agobio por las indefiniciones, algo que viene expresando su máximo referente. La estrategia que mantienen es concentrar su trabajo en Yerba Buena; Tafí del Valle, la Capital y Concepción. No descartan que el propio Murga pueda ser candidato a la intendencia yerbabuenense si es que la incertidumbre se extiende.

¿Qué perspectivas hay con este escenario? La división es el peor de los panoramas para el espacio. Puede beneficiar a algunas líneas, que podrían aspirar a lograr o mantener espacios de poder. La idea de posicionarse como el principal opositor sería una especie de premio consuelo de la disputa.

La mayor fortaleza electoral de Alfaro está en la periferia de la Capital y en el Este, donde logró un acuerdo entre Rolando Alfaro y Sebastián Salazar. La fuerza de Sánchez, en el Oeste (por Concepción y por Mariano Campero, de Yerba Buena) y el centro de la Capital (donde cuenta con dirigentes como José Cano, Silvia Elías y José María Canelada). Por ello, se complementaban llegando juntos a las urnas.

Hay intendencias, inclusive, que pueden correr riesgo. La desunión puede derivar en que eventualmente no se retenga, por ejemplo, la Capital. Si bien en el alfarismo confían en sus posibilidades, será más difícil. Los nombres para la sucesión que sonaron en estos últimos días son los mismos que se venían escuchando entre la dirigencia: los del periodista Omar Nóblega o la senadora Beatriz Ávila. El sanchismo, de ir por aparte, postulará a Cano.

La angustia se extiende entre los posibles candidatos que están en la calle, pero que no pueden meterse de lleno en la campaña. Algunos siguen esperando que en las últimas horas pueda haber un acercamiento. En la Casa de Gobierno, mientras, celebran la situación de JxC.

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