Lejos de una paz “justa y duradera” en Ucrania

Lejos de una paz “justa y duradera” en Ucrania

Irpin, Bucha y Zaporiyia son algunos de los hitos en 12 meses de violencia y destrucción

EL HORROR. El hallazgo de fosas comunes en Bucha motivó una denuncia por crímenes de guerra contra el gobierno de Putin.  EL HORROR. El hallazgo de fosas comunes en Bucha motivó una denuncia por crímenes de guerra contra el gobierno de Putin.
24 Febrero 2023

El 24 de febrero de 2022, Vladimir Putin ordenó a sus tropas bombardear ciudades ucranianas e iniciar una cruenta invasión que se mantiene un año después y ya ha dejado decenas de miles de muertos, millones de refugiados y desplazados internos, ciudades bombardeadas y destruidas y una economía muy golpeada.

Con su balance devastador, la invasión rusa a Ucrania se convirtió en sinónimo de sufrimiento y destrucción, alteró el orden y el tráfico de energía y alimentos a nivel mundial. Fue, además, una usina de noticias falsas, corrientes de desinformación y acusaciones mutuas entre Rusia y Ucrania sobre crímenes de guerra.

En las retinas y en la memoria de los que siguen el conflicto por redes sociales o por medios de prensa, quedarán las imágenes de las fosas comunes halladas en Bucha, la devastación dejada por los bombardeos en Irpin y el asedio a Mariúpol y el miedo al desastre nuclear en la ocupada planta de Zaporiyia.

La invasión, que se produce tras frenéticos esfuerzos diplomáticos por mantener a Moscú en la mesa de negociaciones, es denominada por Putin como “operación militar especial”, con el supuesto objetivo de “liberar” de un gobierno nazi a los rusos que viven en la región del Donbás. Pronto se mostró que las intenciones eran ocupar toda Ucrania.

Tras la muerte y la destrucción de los primeros bombardeos, se produce un éxodo masivo de ucranianos que intentaban salir del país en autos, colectivos, trenes o a pie, principalmente hacia las fronteras de Polonia, Hungría y Rumania. Son sobre todo mujeres y niños, ya que a los hombres en edad para luchar se les ordena quedarse. La invasión también provoca protestas en distintos países y reiterados llamados del Papa y de Naciones Unidas, que reclaman una paz “justa y duradera”, que parece muy lejos.

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