17 Diciembre 2022
Leímos en LA GACETA la sentencia en un juicio contra un arquitecto; este profesional, usufructuando un apellido respetado en la profesión, termina estafando a un conjunto de personas. En ese rubro, el ganador indiscutido es Miguel de la Cruz Grandi. Él con su empresa mantiene burlados a muchos cientos de familias, en distintos lugares y por diferentes montos. Por departamentos que han sido abonados en su totalidad hace años, hay algunos (avenida Sarmiento 115) en los que la construcción no alcanza ni el 10% de la obra, la que está totalmente paralizada. Allí todavía cuelga el apellido tomado de sus familiares (y buen arquitecto). Se podría decir que de la Cruz Grandi ha, simple y directamente, robado de manera descarada a todos los afectados. Si, dado el sistema de “Fideicomiso”, es mínimo lo que se puede recobrar, sería útil, por lo menos, que los futuros adquirentes desprevenidos (!), los amigos y por qué no sus familiares, sepan la condición en que de la Cruz Grandi se maneja con el 7° mandamiento de la Ley de Dios. Sería bueno, además, que la Facultad que le dio su título, el Colegio Profesional que lo cobija, así como encargados del contralor comercial de estas operaciones, tomen las acciones que fueren necesarias.
José Ricardo Usandivaras
Virgen de la Merced 750- 1° C - S. M. de Tucumán
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