Partido 1.000 para Messi y desahogo

Partido 1.000 para Messi y desahogo

El capitán de la Selección dijo que no era necesario sufrir tanto en el final y mostró su lado más humano.

Ya lo he mencionado en varias ocasiones lo difícil que debe ser Lionel Messi. El mejor del mundo la volvió a romper en una nueva noche de Mundial qatarí que coronó su partido número 1.000 como futbolista profesional con un golazo, el 2-1 sobre Australia y la clasificación a los cuartos de final. Redondito.

Incansable, “Leo” hizo más estaciones que un Vía Crucis. Salió para la TV, porque nuevamente fue la figura, pasó por la sala de conferencias donde habló después del técnico y entró en el cruel laberinto de cámaras de la zona mixta, con la paciencia de un monje tibetano.

Uno de los encargados de prensa de la FIFA, se pone duro con uno de los periodistas de un canal deportivo. Le pidió en reiteradas ocasiones que “corte” la entrevista, que sea solidario porque la “prensa escrita” también tiene derecho a preguntar, y el futbolista, cansado, tiene derecho a seguir de largo. Que sea un poquito empático.

Quizás el hombre del micrófono se creyó medio intocable y no le dio demasiada cuerda al señor de la FIFA. Sucedió que cuando “Leo” pasó por sus costas, el buen hombre se convirtió en una tormenta que hizo cambiar a Messi su rumbo.

Era nuestra oportunidad de escucharlo. “La verdad, estoy feliz, disfrutando de cada momento. Es una locura cada vez que salimos a la cancha y vemos a la gente. Y en especial disfruto ver a mi familia, a mis hijos sobre todo, por cómo lo viven, sufren y disfrutan”.

Hay más de este Messi sentimental (qué lindo es verlo así, tan auténtico como siempre). “Para ellos (sus hijos) es la primera vez que entienden un Mundial, los partidos, lo que nos jugamos. Para mí eso es muy emocionante”, confesó, al tiempo que contó lo que hace con ellos cuando goza del “día de familia” que el cuerpo técnico le cede a los jugadores. “Hablamos de todo el Mundial, de cómo van las cosas, de los partidos del Mundial, lo están viviendo con mucha intensidad”.

Así como quisimos adentrarnos en la intimidad que él nos abrió en la sala de prensa, volvemos al Messi humano y sobre cómo lleva esta procesión. “Disfruto de cada momento. Mi experiencia y edad me hace ver todo de otra manera”, dijo el “10”, autor del golazo que abrió el partido con Australia, y la primer gran reverencia del público hacia su persona. “Es una locura ver a la gente acá y en la Argentina. Y bueno, ojalá que dure, que podamos seguir adelante. Ahora vamos a preparar el partido con Países Bajos, que va a ser bravísimo, como todo el Mundial. Tiene grandes jugadores y un gran técnico”.

Y si pudo ver algo del final para el infarto ya en el vestuario, no. “Me tocó doping así que salí me bañé y estuve acá, no vi jugadas, nada”, dijo y luego largó un “sincericidio”. “Terminamos sufriendo al pedo, teníamos el partido controlado con el 2-0 y ellos de la nada encuentran el gol y nos empiezan a meter con pelotazos en el área. Pero bueno, es un Mundial y hay momentos que hay que sufrir y pasarlos. Hubiese sido una locura que nos empataran y tengamos que ir a la prórroga con el desgaste y el partido que habíamos hecho”, y sí, nada más acertado que tus declaraciones, “Leo”.

¿Y qué siente entre los mejores ocho del mundo? “Argentina es una potencia y siempre está entre los mejores. Sabíamos que antes de llegar acá éramos uno de los candidatos, por lo que veníamos haciendo. Y nosotros teníamos que demostrarlo. Ojalá que sigamos dando pasitos”, ojalá “Leo” querido.

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