20 Septiembre 2022
En la mañana de ayer murió Juan Nicolás Aráoz. Había nacido el 13 de mayo de 1937 y tuvo una trayectoria pública en la que siempre primaron los valores intrínsecos del derecho y de hombres probos y muy tucumanos como fue Juan Bautista Alberdi.
Fue a este prócer a quien homenajeó tantas veces en la plaza Alberdi cuando ocupara la presidencia del Colegio de Abogados a la que llegó al ganar una elección interna en marzo de 1985 por 452 votos a 362. Desde allí luchó por el mejor funcionamiento de la Justicia. Desde esos atriles se lo vio pujando contra la intervención federal que tuvo Tucumán en 1991 y defendiendo a una magistrada que había sido blanco del abuso de autoridad del Gobierno o bregando por un régimen jubilatorio que beneficiara a los magistrados, pero por sobre todo al funcionamiento del Poder Judicial tucumano.
No hubo causas simples como cuando desde el colegio, 10 días después de asumir, reclamó tanto a los gobiernos provincial como nacional la cobertura de cargos en la Justicia cuya morosidad en la designación dañaban a las instituciones.
Aráoz, había iniciado su actividad pública en la municipalidad de la Capital donde se desempeñó como Secretario de Gobierno del intendente Rodolfo Terán. Aráoz renunció a ese cargo cuando desde el Poder Ejecutivo exigieron la renuncia de dos empleadas que él había designado. Esa actitud del gobierno fue considerada por él como una injerencia en las cuestiones municipales.
Sus primeros estudios los hizo en la escuela Mitre y luego cursó el secundario en el colegio Sagrado Corazón y llegó incluso a ser secretario de juzgado en el Poder Judicial tucumano. No rechazó los honores de la política y militó en la Unión Cívica Radical llegando a ser veedor electoral de la UCR. Su ética no le permitió seguir en ese cargo. En una actitud que sorprendería a la política de hoy, renunció como veedor porque una de las corrientes internas que competían era encabezada por un pariente suyo.
Aráoz, pariente de dos ex gobernadores de la provincia, Bernabé Aráoz y Javier López, estaba casado con Josefina Robinson, quien junto a su única hija, María, familiares y amigos, despidió ayer a este destacado hombre público de modales respetuosos, charla amena y amable sonrisa.
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