Muy medido en sus palabras, Sergio Massa prepara su desembarco en la superestructura del Ministerio de Economía, Agricultura y Desarrollo Productivo, con medidas que buscarán, por un lado, mejorar las reservas del Banco Central, y, por el otro, dando señales de “alivio fiscal”, particularmente para cambiarle el humor a los sectores medios de la sociedad argentina. Ese proceso implica también dos estrategias: abrir el diálogo con el campo, con el objetivo de que los exportadores liquiden las divisas obtenidas con la venta de sus producciones y, paralelamente, no generar incertidumbre ni falsas expectativas respecto de las medidas que se conocerán en pleno el próximo miércoles, una vez que el presidente Alberto Fernández lo ponga en funciones.
El hasta ahora presidente de la Cámara de Diputados apeló a su cuenta en Twitter para “transmitir una hoja de ruta clara para evitar versiones, especulaciones o falsas medidas en supuesto estudio”. Ratificó que mañana y el martes comunicará los nombres de los funcionarios que integrarán su equipo de trabajo en el Palacio de Hacienda. Massa dejará la presidencia de la Cámara de Diputados el martes, cuando -en sesión especial- el cuerpo trata su dimisión al cargo.
“El miércoles el presidente Alberto Fernández me tomará juramento y luego en conferencia de prensa voy a comunicar el plan de trabajo, objetivos y ejes a abordar, así como también la mecánica de los primeros 10 días que van a darnos un camino a recorrer y los desafíos a encarar como país”, remarcó.
El mercado está expectante ante los anuncios que el miércoles realizará el “superministro”. Algunos operadores aguardan que Massa aplique una devaluación que se ubicaría entre el 20% y el 30%. Sin embargo, desde el Banco Central apuestan a que no haya una devaluación brusca, como ya lo dijo su presidente, Miguel Pesce. Hasta ahora se dio un escenario de ajustes graduales del tipo de cambio. No obstante, la crítica situación de las reservas netas sólo permitirían cubrir el pago de importaciones hasta mediados de agosto, de acuerdo con la estimación de los analistas.
Al parecer, la Argentina tiene margen para mostrar resultados de aquí a fin de setiembre, para asegurarse el desembolso del 10 de diciembre previsto en el acuerdo, de nada menos que U$S 6.200 millones. Los desafíos técnicos y políticos para lograrlo son mayúsculos, y el gobierno ha comenzado a transitar este tercer trimestre por un sendero de “prueba y error” que, si no diera resultados, planteará opciones más extremas de política económica, apunta el economista del Instituto para el Estudio sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), Jorge Vasconcelos.
Ante las crecientes dificultades, el Banco Central ha salido al rescate de la deuda interna, pero estas intervenciones tienen severos efectos colaterales y no puede ser infinitas. Desde principios de junio, se estima que el BCRA ha emitido pesos por $ 1,1 billón comprando bonos del Tesoro en el mercado secundario, cifra equivalente a 1,5 puntos del PBI, indica Vasconcelos. Eso explica el impacto al alza que ha tenido sobre la brecha cambiaria y las expectativas de inflación, ya que esta movida se superpone a la emisión directa a favor del Tesoro por 1% del PBI prevista para el año. El piso de la inflación de 2022 explicado por expansión monetaria se acerca al 85 % interanual. “No se pueden cambiar las expectativas de inflación si no se ataca la combinación de variables fiscales y monetarias que dan lugar a ese fenómeno”, advierte el economista.
Más allá de la dureza del mensaje de la Sociedad Rural Argentina en la Feria de Palermo, se han tendido puentes entre el “superministro” y la conducción de la entidad para arrancar una etapa menos conflictiva que hasta ahora. “Me comentó que estaba contento de que nos volvamos a encontrar en este momento que nos toca vivir, y todo para ayudar a poner la Argentina donde tiene que estar”, reconoció el titular ruralista Nicolás Pino, al referirse a los contactos que mantuvo con el designado titular de Economía.
Agenda cargada
La agenda de Sergio Massa estará muy cargada frente a la expectativa que existe, desde distintos sectores, para que las correcciones macroeconómicas se evidencien en el corto plazo.
Según el Ieral, para que la dinámica fiscal y monetaria sea consistente en lo que resta de 2022 el gobierno deberá trabajar activamente en el control del gasto público, ya que la política monetaria ha quedado subordinada a la necesidad de financiar directa e indirectamente al Tesoro. Las partidas destinadas a financiar el déficit de las empresas estatales y la inversión pública son las primeras candidatas al ajuste, ante la falta de avances en el recorte a los subsidios energéticos y del transporte, puntualiza la entidad que depende de la Fundación Mediterránea.
Las internas del oficialismo y la relación Nación-Provincias serán puestas a prueba en este escenario. Hasta ahora, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner ha dado señales de que hay tregua con el Presidente y, además, que está activa para opinar en el proceso de reestructuración del gabinete y de las medidas que se conocerán este miércoles. Paralelamente, Massa no pierde de vista la otra pata del Frente de Todos: la liga de gobernadores. Los mandatarios provinciales ya le comunicaron que, si hay ajuste, las medidas no deben significar el recorte en el programa de obras públicas. Muchos de ellos ya anunciaron trabajos en la previa al año electoral que se avecina.