Intimidad: morbo y videos íntimos
Intimidad: morbo y videos íntimos

Una nueva serie profundiza en los videos sexuales íntimos que se graban algunas parejas y luego se hacen públicos. “Intimidad” (Netflix), tiene como tema central el daño que puede producir en una persona y su entorno la filtración de un video sexual sin su consentimiento.

Malen (Itziar Ituño, conocida por su papel como “Lisboa” en La Casa de Papel) es una candidata a alcaldesa que sufre la filtración de un vídeo íntimo que termina trastocando su vida entera: su carrera y su vida personal. Paralelamente, se cuenta la historia de Ane (Verónica Echegui), trabajadora de una fábrica que sufrió la misma situación por parte de su ex pareja y se suicida. “¿Nunca has confiado en alguien de más?”, se pregunta la joven en los primeros segundos del primer capítulo. Aparece también la figura de la inspectora sobre delitos de violencia digital de apellido Vázquez (Ana Wagener) quien va educando a los personajes que van apareciendo –quienes comparten los videos o familiares de las víctimas- en cuanto a derechos de género. Su personaje posee mucha presencia en pantalla y también esconde lo suyo.

Detrás de la realización de esta serie se encuentran los nombres de otras dos mujeres: Laura Sarmiento y Verónica Fernández, quienes trataron de visibilizar en ella el juicio social y mediático al que se somete a las víctimas de estos delitos. “La difusión del video será tan importante como queramos que sea”, dice la protagonista, convencida y esperanzada en que la situación no perjudicará su carrera política justo cuando pelea por un lugar como alcaldesa de la hermosa ciudad de Bilbao en España. “Entiendo que quieras finalizar tu carrera”, le dice el primer miembro del partido que puede hablar con ella a horas de la filtración del video. “Los sondeos no te dan margen de error y esto no ayuda”, le explica a Malen. “¿No ves la que se te viene encima?”, le dice el asesor e insiste: “¿Ni siquiera sientes vergüenza?”, cuando observa que ella se muestra fortalecida y convencida de querer seguir con su carrera. Sin embargo, el camino para “limpiar” su imagen, continuar con su carrera profesional y recuperar la credibilidad perdida se convierte en el tema que cruzará los ocho episodios de la primera temporada. “Siento pudor, no vergüenza. Esa se la dejo a quienes han tratado de hundirme utilizando mi intimidad”, dice el personaje de Malen en los minutos finales del primer capítulo.

El caso paralelo que se cuenta, está basado en la historia real de Verónica, una mujer que trabajaba en Madrid en la fábrica perteneciente al grupo Iveco. En mayo de 2019 un video sexual con ella como protagonista –que había sido grabado seis años atrás con una anterior pareja- se viralizó entre los 2.500 trabajadores de la fábrica. Antes de que llegase el video a su familia y por temor a que esto suceda la joven se suicidó. Ella fue a trabajar durante dos semanas mientras sus compañeros seguían compartiendo el video. “No queda duda de que todos los trabajadores que difundieron el video de su compañera, sin su consentimiento, habrían cometido un delito de revelación de secretos, cuya pena oscila entre los 3 meses y el año de prisión, además de la responsabilidad civil, cuya sanción económica quedaría en manos del juez, en base al perjuicio moral que los hechos pudiesen haber causado a la familia de la víctima”, explicó al medio “El Español” Borja Adsuara, experto en Derecho Digital. El delito se podría extender tanto para la primera persona que decidió compartir el video como para los que después lo hicieron, según detallan las leyes de este país.

Inspirada en varios casos reales, la serie Intimidad toma detalles de situaciones conocidas que despiertan el morbo de quienes ven ese tipo de videos en la deep web. “Ya no se habla de ‘pornoverganza’, un término que implica que el sexo es pornografía, que las imágenes fueron hechas para su difusión y que algo habrá hecho la mujer para que el hombre difunda ese video. Es violencia digital y hay mucho morbo en ver y compartir estas imágenes”, explicó días atrás Luciana Peker, periodista y autora de “Putita golosa” en Radio con Vos y relató el caso de Gabriela Fernández Aberastaín. “Ella vive en San Luis, fue víctima de violencia de género y, en medio de la pandemia su ex pareja cumplió la amenaza de enviar a todos sus familiares, amigos y contactos fotos y un video íntimo de ella. Tuvo una enorme depresión, se moría de vergüenza, se le cayó el pelo. Según sus propias palabras, se deberían dar penas más duras para quienes difunden y comparten estos videos. No alcanza con una indemnización económica”, resaltó la especialista en cuestiones de género y citando a Fernández Aberastaín.

En octubre de 2021, LA GACETA habló en exclusiva con Olimpia Coral Melo, una joven mexicana víctima de violencia digital, quien pudo pelear por una Ley que respalde y acompañe a quienes transitan por este hecho. Luego de recorrer un largo camino para recuperar su estabilidad emocional, Olimpia se volvió una referente y militante contra la violencia digital a nivel latinoamericano. En 2021 logró que se sancione una ley integral que abarcó tres reformas: que se reconozcan los delitos contra la intimidad, es decir, la difusión de contenido íntimo sin consentimiento; el ciberacoso, que es violencia sexual en internet, y por último, la ley de acceso. Esta última es para que las instituciones se concienticen sobre cuáles son los derechos sexuales y qué es la violencia y que lo hagan saber a los ciudadanos. El sexting (enviar mensajes, fotos o videos sensuales o explícitos), no es violencia. El delito está en compartirlo sin consentimiento”, explicó Olimpia y reflexionó: “ojalá fuéramos feministas sin que nos haya tenido que pasar algo malo”.

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