A 50 años del caso Watergate: el escándalo que derivó en la renuncia del presidente Nixon

A 50 años del caso Watergate: el escándalo que derivó en la renuncia del presidente Nixon

El seguimiento de la trama de espionaje y escuchas por parte de los periodistas de The Washington Post es un emblema del periodismo de investigación

EN THE WASHINGTON POST. La directora del diario, Katherine Graham, con los periodistas del caso. EN THE WASHINGTON POST. La directora del diario, Katherine Graham, con los periodistas del caso.

El caso Watergate, el escándalo de espionaje y corrupción que llevó a la renuncia de Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos, comenzó hace 50 años, el 17 de junio de 1972, con la detención de cinco hombres que habían entrado a poner micrófonos en la sede del partido Demócrata en el complejo de oficinas Watergate en Washington. El seguimiento del caso por parte de los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, y su editor Ben Bradlee, del diario The Washington Post, se convirtió en el emblema mundial del periodismo de investigación y los detalles y vicisitudes de la pesquisa dan cuenta, con plena vigencia, de las claves del periodismo de investigación, en busca de la verdad, para superar las maniobras y las presiones del poder. En 26 meses de investigación salió a la luz una red de espionaje político –que involucró al FBI y a la CIA-, sobornos y uso ilegal de fondos, hecha a través del Comité de Reelección Presidencial, con el objetivo de asegurar a Nixon su permanencia en el poder. Acorralado por la investigación en el Congreso y ante un seguro proceso de destitución (impeachment), Nixon renunció el 8 de agosto de 1974.

EL FINAL. Los diarios reflejan la renuncia de Nixon, el 8 de agosto de 1974. EL FINAL. Los diarios reflejan la renuncia de Nixon, el 8 de agosto de 1974.

Detalles y secretos

Intrusos vinculados al poder

Las características de los cinco ladrones detenidos en el edificio Watergate generaron curiosidad. En la audiencia en la justicia por su detención, cuatro se describieron como “anticomunistas” y uno como asesor de la CIA. Estaban llenos de dinero (uno tenía 800 dólares en la billetera) y entre sus papeles había un teléfono con las iniciales de Howard Hunt, asesor de la casa Blanca. Eso disparó la investigación periodística, que fue acercándose al Comité de Reelección Presidencial, en el que se manejó dinero “negro” para pagar una campaña “sucia” contra dirigentes de la oposición. Las más conocidas fueron la “Carta Cannuck” (una carta falsa enviada a un diario que relataba mentiras del precandidato demócrata Edmund Muskie, y que determinó que renunciara a su candidatura) y el incidente de Chappaquiddick (un accidente en el que estuvo involucrado el senador Ted Kennedy). Pese a que todas las encuestas daban como ganador a Nixon (fue reelecto ese año) la tarea de espionaje se llevó a cabo sin pausa e involucró al gabinete presidencial y a las agencias de seguridad de EEUU. En 1973 comenzó una investigación del Congreso y se reveló que Nixon grababa sus reuniones en la casa Blanca. Y cuando la Corte Suprema intimó al Presidente a entregar copias de las grabaciones, este renunció.    

A 50 años  del caso Watergate: el escándalo que derivó en la renuncia del presidente Nixon

Las razones de Nixon

Hijo de agricultores, padre metodista y madre cuáquera, ambos de origen humilde, California, fue educado con rigor, con conciencia del sufrimiento, y de que está obligado siempre a luchar, según lo pinta Oliver Stone en “Nixon”. “Esperaba más de ti… puedes engañar a todos pero no a mí”, le decía la madre. Tras la muerte de su hermano lo enviaron a la universidad y después de la segunda guerra ingresó a la política. Fue diputado y senador republicano, y fue vicepresidente de Dwight Eisenhower durante ocho años. En 1952 se ganó a la audiencia por TV al refutar acusaciones de que había recibido fondos irregulares para su campaña aduciendo que había recibido un perrito de regalo para su hija, que no pensaba devolver, y al que llamó Checkers. El “discurso Checkers” lo hizo muy popular. En 1960 fue candidato a presidente y perdió por escaso margen a causa del histórico debate contra John F. Kennedy .Según se dijo, fue negativo el impacto de su imagen en TV, frustración que lo acompañó siempre. En la película de Stone, frente al cuadro de Kennedy en la Casa Blanca, le dice: “Cuando te miran a ti, ven lo que quieren ser. Cuando me miran a mí, ven lo que son”. Volvió a la carga en 1968 y fue elegido, y reelegido en 1972. En su gobierno hubo bombardeos a Laos y Camboya, la visita a la China de Mao y comenzó la retirada gradual de tropas de EEUU de Vietnam. En su tiempo ocurrió el escándalo de “Los papeles del Pentágono”, o la desinformación oficial sobre la guerra de Vietnam, revelada a los diarios por el analista militar Daniel Ellsberg, historia que se relata en la película “The Post” (2017), de Steven Spielberg, centrada en los problemas de los medios para publicar información a riesgo de querellas del Gobierno. Los diarios ganaron el derecho a publicar. Así llegó 1972 y el escándalo Watergate. Inseguro, desconfiado, Nixon pensaba que tenía enemigos dentro y en eso se justificaron las  grabaciones de sus reuniones en la Casa Blanca. Y eso determinó su final. No perseguía el dinero, sino el poder. Tras la renuncia fue perdonado por su sucesor, Gerald Ford. Falleció 20 años después, en 1994    

A 50 años  del caso Watergate: el escándalo que derivó en la renuncia del presidente Nixon

La historia en el cine

Tres películas permiten entender esas claves y las razones profundas que llevaron al escándalo. La primera es “Todos los hombres del Presidente” (1976), de Alan J. Pakula, con Robert Redford y Dustin Hoffman, muestra el caso desde la investigación en el diario The Washington Post y explica también la aparición de una fuente secreta, llamada “Garganta profunda”. La segunda es “Nixon” (1995), de Oliver Stone, con Anthony Hopkins, detalla la infancia y la extensa vida del político y explica sus temores. También cuenta cómo se habían colocado micrófonos en la misma Casa Blanca, donde el desconfiado Nixon grababa sus reuniones con sus propios colaboradores. La tercera película es “Frost-Nixon” (2008), de Ron Howard, con Frank Langella y Michael Sheen, abarca la entrevista que le hizo el periodista David Frost a un abatido Nixon tras su renuncia, y lo forzó a confesar que había abusado del poder y había mentido al país.  

A 50 años  del caso Watergate: el escándalo que derivó en la renuncia del presidente Nixon
A 50 años  del caso Watergate: el escándalo que derivó en la renuncia del presidente Nixon

El misterio de “Garganta profunda”

Mark Felt, un ex directivo del FBI, que había sido separado de su cargo, fue la fuente anónima que guio los pasos de los periodistas. Había sido informante de Woodward y se encontraba con él en sitios recónditos. Le pusieron el apodo por una película pornográfica famosa en esa época, pero ahora a los informantes de secretos de corrupción se los conoce como “garganta profunda”. Tres décadas después, cuando él falleció, su nieta reveló su identidad a la revista “Vanity Fair”, en 2005. Los medios del mundo habían hecho todo tipo de conjeturas e investigaciones en busca de saber quién era. Crítico del periodismo superficial y de las erratas, guio a los periodistas a construir la investigación desde los márgenes, y les aconsejó seguir la pista del dinero (“follow the money”). Fue la clásica fuente “off the record”, que orienta para entender lo que sucede pero no da informes para publicar, excepto al final de la investigación, cuando el Washington Post estaba recibiendo intensas presiones del Gobierno.

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Las claves de la investigación

La historia del Watergate era incomprensible. ¿Para qué querría el Gobierno hacer una campaña sucia o gastar dinero negro en pinchar teléfonos, si las encuestas daban ganador a Nixon? Los periodistas partieron de la curiosidad que les generó la detención de los ladrones y sus vínculos que llegaban a la casa Blanca. Fue su iniciativa personal y no una filtración la que dio lugar a la investigación. Después se vio que había personajes importantes que habían aportado a la campaña y cuyos cheques habían terminado en los bolsillos de los ladrones. Y cuando empezaron a investigar sobre los hombres del Presidente, las presiones sobre el medio fueron tremendas. Nadie hablaba con nombre y apellido. Los periodistas buscaron personas honestas vinculadas al caso y trataron de acercarse a la verdad. Buscaron tres fuentes anónimas pero independientes entre sí que pudieran corroborar los datos. Era un escándalo de corrupción en el seno de poder, que se extendió a toda la administración. Desde entonces se usa el sufijo “gate” para describir los escándalos de corrupción política.

A 50 años  del caso Watergate: el escándalo que derivó en la renuncia del presidente Nixon

El “efecto Martha Mitchell”

Martha Mitchell (1918-1976), esposa del asesor de Nixon John Mitchell, era una mujer extrovertida que siempre aparecía en programas de TV, rodeada de en celebridades y periodistas y contaba chismes del poder. Se escandalizó ante el caso Watergate y sus comentarios asustaron al Gobierno a tal punto que se desató una furibunda campaña de desprestigio para mostrarla como una mujer que sufría delirios, borracha, que no estaba en sus cabales. Y nadie le creyó. En Psicología se conoce como “el efecto Martha Mitchell” a situaciones en que los hechos son difíciles de creer y son diagnosticados erróneamente, aunque el paciente esté diciendo la verdad. La historia de Martha Mitchell se puede ver en un documental de Netflix y también en una miniserie, ”Gaslit”, donde es encarnada por Julia Roberts.

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