31 Marzo 2022
Los países desarrollados no tienen el problema de la creación de riqueza. Tienen los instrumentos para generarla. El problema de ellos es la distribución de esa riqueza. En los Estados Unidos reina hoy una desigualdad social vergonzante, por ser la potencia económica e industrial más importante de Occidente. Más de 30 millones de norteamericanos viven en la pobreza; en Canadá hay un fenómeno similar con los pueblos originarios, que son maltratados. No todo lo que brilla es oro. El Occidente poderoso y rico tiene grandes deudas sociales. Millonarios increíbles y pobreza incomprensible. Pero como se ve en muchos países nórdicos, el sistema capitalista sigue siendo el que más oportunidades y mejor calidad de vida brinda a los ciudadanos. Podemos verlo inclusive en autocracias como China. Argentina tiene grandes oportunidades de ser un país económicamente exitoso y también socialmente justo, ya que tenemos una clase media que, pese a ser castigada por los gobiernos, sobrevive y se reinventa a cada paso. Nuestra urgencia es la creación de riqueza, pero debe ir acompañada del achicamiento del Estado y los privilegios de la casta gobernante. La distribución del ingreso vendrá con el achique o la eliminación de impuestos distorsivos, que atentan contra la inversión. El apoyo a las pymes y salarios acordes al crecimiento serán fundamentales. Los ingresos al Estado aumentarán con una menor presión impositiva e impuestos que vayan sólo sobre ganancias. La inflación desaparecerá cuando se deje de inventar dinero sin respaldo para financiar la incompetencia y se nivelen la oferta y la demanda. Es posible.
Esteban Tortarolo
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