River, el campeón más contundente de los últimos años

River, el campeón más contundente de los últimos años

River cumplió con la “formalidad”: goleó a Racing y se coronó a cuatro fechas del final.

LA FIGURA. El juvenil delantero Julián Álvarez, que hizo un gol anoche, ya consiguió 17 en lo que va del campeonato. LA FIGURA. El juvenil delantero Julián Álvarez, que hizo un gol anoche, ya consiguió 17 en lo que va del campeonato.

BUENOS AIRES.- “Fiesta, qué fantástica, fantástica esta fiesta”. Allí está el “Muñeco” Gallardo, levantando sus ojos al cielo, seguramente dedicándole a su mamá el final de su karma liguero, celebrando su título 13 con la embarcación más artesanal que haya llevado a buen puerto como timonel de River.

El día que la Conmebol se tomó el atrevimiento de bautizar una estrella del firmamento con el nombre de Maradona, el “Muñeco” consiguió la que le faltaba, la demorada Liga local que agiganta aún más su leyenda. La goleada 4-0 sobre Racing fue hasta innecesaria. Después de todo, un empate alcanzaba. Pero en el ADN de este River no está el espectacular. Y el Monumental se convirtió en una pista de baile, la recientemente desaparecida Rafaella Carrá podría haberle puesto música a una noche perfecta. En sus pobladas vitrinas ya había dos Libertadores, una Sudamericana, tres Recopas, una Suruga Bank, tres Copas Argentinas, dos Supercopas argentinas. La Liga local, esa muchachita que por h o por b no había terminado de seducir, ahora también se entregó a los brazos de Gallardo.

Para festejar no hacen falta razones, basta con tener buena predisposición de espíritu. En ese sentido, los más de 70 mil hinchas de River que colmaron/rebasaron la capacidad del estadio –y miles se quedaron sin poder entrar- llegaron henchidos de buenas vibras tras un nuevo “derrape” de Talleres. Y llegaron al éxtasis con una goleada que certificó un título de merecimiento indiscutido.

Ausencias, como las del lesionado Enzo Pérez y del suspendido Milton Casco, no hicieron mella en el rendimiento de un equipo que aprendió a reinventarse fecha a fecha. Era previsible que le costara el partido. El principal enemigo a priori, en circunstancias como estas, es la ansiedad. A menudo el último paso, el que se da para atravesar el umbral, es el que más cuesta. Y eso sucedió, le llevó algo más de media hora romper el cero. Hacerlo, fue el mejor ansiolítico.

El interrogante estaba planteado. ¿Racing se metería tan atrás como lo había hecho en su anterior visita al Monumental o en su versión “jogo bonito” de Fernando Gago arriesgaría un poco más y buscaría arruinarle la fiesta al anfitrión y acercarse a la Sudamericana? Ni una cosa ni la otra. La “Academia” salió con línea de cinco, aunque no renunció a una cierta ambición. Consumido el primer cuarto, el anfitrión empezó a manejar sus nervios y la visita perdió presencia hasta quedar totalmente desdibujado.

Julián Álvarez se siguió floreando, esta vez ante la mirada in situ de su posible próximo empleador (Juventus) e hizo lo que más le gusta y mejor sabe (su gol número 17 en el certamen). Más tarde, también Brian Romero se sacó las ganas de gritar, y por partida doble. La consagración llegó con tres símbolos en cancha: “Leo” Ponzio -16 vueltas olímpicas en el club- y Javier Pinola, titulares, Jonatan Maidana, sustituto. Y la gente meta “ole, ole” y los reconocimientos para todos desde las gradas.

La fiesta fue completa en una jornada de ambivalencias emocionales. El primer aniversario de la muerte del “Diego” derivó en un Monumental vestido de rojo y blanco que por primera vez en la historia lo ovacionó unánimemente. También para el “Muñeco” fue una fecha especial: un 25 de noviembre, hace siete años, despidió a su mamá Ana María. “Por vos, voy por más”, declaró en aquel entonces. Lo cumplió con creces. El pueblo “millonario” solo ruega: “Larga vida al ‘Muñeco’ en River”. Una renovación de contrato se festejaría más que este título incluso.

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